Conicet: descubrieron que una especie de perezosos evolucionó para sobrevivir a la intervención del hombre y evitar extinguirse

En un estudio publicado en una prestigiosa revista internacional, los científicos aseguraron que estos mamíferos eran terrestres y pesaban hasta cuatro toneladas. Pero redujeron su peso y tamaño para habitar los árboles y evitar la extinción.

Investigadores del Instituto de Ecología, Genética y Evolución de Buenos Aires (IEGEBA), integrante del Conicet, realizaron una investigación que determinó que los perezosos gigantes «originales» no son los mismos que hoy se encuentran en la selva». A estos simpaticos mamíferos placentarios se los puede observar colgados de los árboles y moviéndose por los mismos con una lentitud que hasta puede llegar a exasperar. Su parsimonia no ha cambiando, pero los estudiosos del Conicet aseguraron que sus antecesores se movían por tierra y eran capaces de recorrer grandes distancias.

¿Qué fue lo que pasó? El hombre, nada más ni nada menos, que los empezó a cazar en la transición Pleistoceno-Holoceno, hace unos 12 mil años atrás, cuando la raza comenzó a expandierse en el planeta. De esta manera, algunas especies de perezosos se extinguieron, según aseguraron los científicos del Conicet. Y solo quedó una raza sobreviviente que recurrió a las alturas de los árboles como hábitad propio.

Los actuales animales de está especie son de un tamaño mucho menor a sus ancestros y habitan las selvas tropicales del continente.

Según explicó el científico del Conicet, Ignacio Soto, integrante del IEGEBA, el grupo animales que estudió apareció en Sudamérica hace unos 35 millones de años y se extinguieron hace 12 mil años. «Eran radicalmente diferentes, se desplazaban por tierra, recorrían grandes distancias y algunas especies llegaban a pesar hasta cuatro toneladas», explicó Soto.

Se trata de grandes mamíferos que habitaron desde Canadá hasta la Patagonia, incluyendo las islas del Caribe. «De ellos teníamos fósiles y registros, pero nostros generamos la más extensa base de datos y la combinamos con el más completo mapa filogenético. Analizamos una inmensa cantidad de datos y los interpretamos exhaustivamente», agregó. Los resultados obtenidos por este grupo fueron tan contundentes que llegaron a publicarse en la revista. «Science», de renombre internacional.

Para el estudio sobre la existencia y posterior extinción de estos perezosos, el equipo recopiló datos morfológicos y moleculares, registros de ADN y restos de proteínas obtenidas de los huesos fósiles, que fueron recolectadas de las colecciones de los museos de Sudamérica, Norteamérica y Europa. El trabajo comenzó en 2017 y contempló la participación de paleontólogos y biológos que lograron trazar una mapa de la historia del grupo a lo largo de los últimos 35 millones de años.

“Con todos esos datos, obtuvimos estimaciones del tamaño corporal de todas las especies de perezosos extintos y logramos ver cómo evolucionaron en el tiempo», explicó Néstor Toledo, investigador de CONICET, en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), quien estuvo a cargo de estos cálculos de masa.

Las conclusiones que fueron reveladoras

Los científicos descubrieron que el tamaño corporal de las especies evolucionó según su estilo de vida. El hallazgo es que en principio fueron terrestres sin capacidad para trepar. Después comenzaron a habitar en los árboles, lo que «los llevó a reducir paulatinamente de tamaño, hasta que se extienguieron abruptamente. Solo quedaron las especies actuales que ya no son gigantes y habitan las selvas tropicales del continente», afirmó el científico.

Según el estudio que se publicó en la prestigiosa publicación, la razón por la que sobrevivieron algunas especies y otras no, fue «la influencia del ser humano». “En nuestro estudio, los perezosos gigantes venían evolucionando desde hacía millones de años de manera exitosa, sobrellevando los cambios climáticos y adaptándose a las condiciones cambiantes. Ocupaban variadas zonas geográficas y distintos nichos ecológicos, sobreviviendo a colisiones continentales, extremos climáticos y cambios ecológicos, hasta que en la transición Pleistoceno-Holoceno, 12 mil años atrás, se expandieron los seres humanos y comenzaron a cazarlos. Esa creemos que fue la razón por la que terminaron extinguiéndose”, consideró Alberto Boscaini, investigador del CONICET en e IEGEBA y primer autor del artículo.

“Su cronología de extinción refleja la expansión humana”, agregó Soto, y añadió: “Ninguna crisis climática previa los afectó de manera tan radical, lo que apunta a la presión antropogénica cómo la variable nueva y como el golpe final”.

Estos estudios abren nuevas líneas de investigación para el futuro sobre estos animalitos perezosos que les permitirá cerrar por completo la línea evolutiva de la especie.


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