Congelar óvulos: en qué consiste y cómo acceder en Neuquén

Es un tratamiento elegido para diferir la maternidad. El rango recomendado para el procedimiento es entre los 30 a los 35 años. Costo, preguntas y las posibilidades de un embarazo a futuro.

El laboratorio de embriología de Albor, donde se identifican los óvulos extraídos y se congelan después. Foto Florencia Salto.

“No tengo la certeza del deseo de ser madre, al menos ahora”. Laura es médica y acaba de cumplir 34 años. Hablamos mientras está en el aeropuerto, y se refugia del bullicio. Ya averiguó en Córdoba y en Neuquén en qué consiste la criopreservación de óvulos. Me explica que para ella no es una barrera el alto costo del tratamiento, pero no está segura. “Es mi cuerpo, ¿a qué me voy a exponer? Me da dudas esa parte. Lo que más me llama la atención es someterme a esta estimulación hormonal para que te extraigan óvulos, para después en un futuro, que tampoco sabes que va a pasar porque todo es incertidumbre, vaya a funcionar. Es una forma de prevenir, es una herramienta más, tampoco te asegura nada”, cuenta. Me dice que lo definirá antes de los 35.

Pensar en la maternidad a través de un embarazo, decidirlo, cuándo, cómo, con quiénes son preguntas que nos hacemos en algún momento, aunque más no sea para confirmar que no queremos ese proyecto para nuestras vidas. Un dato clave es la edad.

En Neuquén, en 2021, nacieron en el subsector público y privado un total de 7.690 niños y niñas, de acuerdo a los datos del ministerio de Salud de la provincia. El 26,15% fueron de personas gestantes que tenían entre 25 a 29 años, el 25,94% entre 30 a 34 años, el 15,4% entre 35 a 39 años y el 4,26% entre 40 a 44 años. Hubo 16 nacimientos -el 0,20%- que ocurrieron de personas que tenían entre 45 a 49 años.

“La criopreservación de óvulos es una estrategia para diferir la maternidad o conservar el potencial reproductivo de una mujer en un determinado momento, para que ese potencial se mantenga y pueda ser utilizado hacia adelante. A medida que va pasando el tiempo y se avanza en edad, se va perdiendo el potencial reproductivo en relación fundamentalmente al deterioro de los óvulos. La forma de frenar o evitar esa progresión es sacar un número determinado de óvulos y congelarlos”, asegura Marcelo Domínguez, médico especialistas en fertilidad de la clínica Albor e integrante del comité de fertilidad del hospital Castro Rendón.

Lo que se conserva entonces es una posibilidad. “Uno no está congelando un embarazo. Es un potencial reproductivo. No se puede negar que la expectativa detrás de ese potencial es un bebé, lo que está preservando es el mejor potencial posible para acercarse a eso”, subraya el profesional.

¿Cuál es la mejor edad para hacerlo? Según Domínguez de los 30 a los 35 años es un rango recomendado para congelar. De 35 a 37 años es necesario evaluar finamente la reserva ovárica.

Horacio Marino, médico del equipo de Imer Sur, que junto con Albor son los dos establecimientos en los que se hace la práctica en la región, sostiene que es mejor realizarlo incluso antes de los 30. Señala que de los 150 tratamientos de reproducción anuales que se hacen en la clínica, el 10% son criopreservación. Aquí es necesario hacer una aclaración: en los casos en los que hay un motivo de salud (un tratamiento oncológico, por ejemplo), la ley de fertilización cubre el congelamiento (ver aparte). De lo contrario está fuera de las prestaciones obligatorias.

El costo del procedimiento ronda entre los $307.125 a los $400.000, sin contar la medicación que representa casi el mismo valor: entre $350.000 a $450.000.

Los profesionales coinciden en que el número de consultas ha crecido y también el momento: antes llegaban muy tarde (después de los 39 años), por lo que ya no era efectivo realizar el tratamiento. Ahora se ha levemente adelantado.

La criopreservación tiene una serie de etapas: la evaluación de la reserva ovárica para saber si es factible hacerlo, la estimulación con inyecciones y la punción de ovarios (ver aparte). Cuando se quiere utilizar, se descongela y se fertiliza. En esta etapa, el tratamiento tiene la cobertura completa por ley y puede hacerse con una pareja, o recurrir a un banco de esperma.

El tanque de nitrógeno, o bombona, en el que se almacenan los óvulos. Foto Florencia Salto.

“Si uno tuviera que sugerirle a una paciente: “congelaste óvulos a los 30, a los 35 y antes de los 45 estaría bueno que los utilices”, plantea Domínguez.

El número ideal, sugerido, de conservación es de 15 óvulos, pero no siempre se alcanza esa cifra en un solo ciclo de inyecciones y es importante saberlo de antemano sobre todo por las expectativas que genera y el acompañamiento afectivo que requiere. La reserva solo se puede descartar con autorización de quien realizó el tratamiento.

Puntos básicos de la criopreservación


*Es un método para conservar el potencial reproductivo. Los óvulos se extraen de los ovarios y se preservan para su uso futuro.

*Lo primero que se hace es una evaluación de la reserva ovárica, que consiste en una ecografía y un análisis hormonal en sangre.

*Si los resultados son buenos, lo que sigue es la estimulación de la ovulación a través de inyecciones. El objetivo es que en vez de que se produzca un solo óvulo, como ocurre todos los meses en un ciclo menstrual, se recupere la mayor cantidad posible: el óvulo dominante y el resto que naturalmente se perdería.

*Las inyecciones se administran entre 10 a 15 días. En este período se hacen ecografías trasvaginales de control.

*El paso siguiente es la punción de ovarios. Se hace con sedación en un quirófano. Pasa al laboratorio de embriología que lo recibe, identifica los óvulos y los va apartando.

*El número ideal para una buena potencialidad es de 15 óvulos. Pueden requerirse más de un ciclo de inyecciones.

*Una vez que se quieren utilizar se descongelan y se inicia la fertilización.

La ley de fertilización lo cubre, si hay motivos de salud


La ley 26.862, sancionada en 2013, regula el acceso integral a los procedimientos y técnicas de reproducción asistida en Argentina. Están garantizados los tratamientos de baja complejidad, cuando la unión entre el óvulo y el espermatozoide ocurre dentro del cuerpo de la persona con capacidad de gestar, y de alta complejidad, cuando esta unión se produce fuera del cuerpo, o cuando se vitrifican tejidos vivos.

El sistema público de salud, las obras sociales y prepagas deben incorporar estas prestaciones como obligatorias y brindar la cobertura total.

En el caso del congelamiento de óvulos la ley establece que se cubrirá “para aquellas personas, incluso menores de 18 años que, aun no queriendo llevar adelante la inmediata consecución de un embarazo, por problemas de salud o por tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas puedan ver comprometidas su capacidad de procrear en el futuro.”

El médico especialista en fertilidad, Marcelo Domínguez, indica que es utilizado el procedimiento ante diagnósticos de enfermedades oncológicas, ya que la reserva de óvulos va a ver afectada. “El cáncer son células que están replicándose normalmente y de manera patológica, con mucha velocidad. La quimioterapia destruye todas las células que están en esa actividad, buscando las células oncológicas, pero no es muy puntual, afecta a todas las células. Una estrategia ante esas situación es hacer lo mismo: estimular, congelar óvulos y de esa manera proteger al menos esos óvulos que se sacaron de ese efecto de la quimioterapia. Ese tipo de tratamiento sí lo cubren las obras sociales”, explica.

Otro motivo de salud podrían ser formas graves de endometriosis. “Muchas veces requieren de cirugía, la cirugía sobres los ovarios afecta su reserva de óvulos, porque uno está sacando de alguna manera un pedacito de ovario y al sacar un quiste de endometriosis se afecta la irrigación, se termina dañando el ovario que está alrededor del quiste y eso tiene repercusión sobre la reserva ovárica de esa mujer”, afirma el profesional.

La provincia de Neuquén aprobó en 2015 su propia ley de fertilización asistida, en concordancia con la nacional. Dentro del sistema público existe un comité de fertilidad interdisciplinario dentro del hospital Castro Rendón, que vehiculiza la demanda de quienes no tienen obra social, ni prepaga. Los tratamientos de baja complejidad se pueden desarrollar en el establecimiento y los de alta complejidad se derivan por convenio a la clínica Albor.

La ley provincial establece en su artículo 10 que el Estado neuquino debe crear un Centro de Fertilización Asistida, en todas sus complejidades dentro del sistema público, que hasta ahora no se concretó.


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