Con cinco años Roma transitó una leucemia y una bacteria le afectó el rostro: hoy sueña con una cirugía reconstructiva

La niña de Villa Regina debe someterse a varias cirugías y su madre necesita ayuda.

Roma tiene apenas cinco años y transcurrió gran parte de su vida en consultorios médicos y hospitales. Primero, en busca de un diagnóstico, poco después, entre tratamientos, recaídas e incluso un largo período en coma, a raíz de una bacteria que ingresó por su boca y que generó que todos sus órganos comenzaran a fallar. Esa misma bacteria le afectó su rostro y a partir de ahora, se someterá a una serie de cirugías.

«Con 5 años, está cansada de que le pregunten qué le pasó. Quiero que tenga una vida normal. Calidad de vida», recalcó su madre, Gisela Corazza, oriunda de Villa Regina.

Los problemas comenzaron apenas nació. Con solo un mes de vida, sufrió una neumonía que la obligó a permanecer internada durante dos semanas. Después, todo pareció encaminarse y solo concurría a los controles de rutina.

Cuando cumplió un año, levantó fiebre por la noche y su madre detectó gran cantidad de petequias (manchas rojas) en su cuerpo. Pensó que era un estado gripal, pero la niña se desvaneció, sus labios «estaban negros» y decidió llevarla a la guardia.

«Me dijeron que tenía que trasladarla a Neuquén. Me llamó la atención porque las urgencias se trasladan a Roca. Acá hablábamos de otra provincia. Nos fuimos con lo puesto y nos dejaron internadas un mes. Tenía problemas con los glóbulos rojos y blancos y le empezaron a hacer transfusiones de sangre«, planteó.

Roma es de Villa Regina. Estuvo muchos meses internada en el hospital Garrahan. Foto: gentileza

Pero hasta ahí, no conocían el diagnóstico. La nena era sometida a más y más punciones y constantes transfusiones de sangre. «Habían pasado seis meses y las mismas médicas me reconocieron que no sabían qué más hacer. Me sugirieron llevarla al hospital Garrahan en Buenos Aires porque suponían que podía empeorar. Así que nos fuimos«, contó Gisela.

Durante tres meses, la niña y su madre permanecieron internadas en el hospital de alta complejidad de Buenos Aires sin lograr tampoco un diagnóstico. «Cada vez estaba peor y los mismos médicos decían que nunca demoraban tanto en llegar a un diagnóstico. Soy creyente en Dios y nunca dejé de orar por ella. Una mañana, Roma amaneció con un huevo en la axila, del tamaño de un limón. Le hicieron una punción y una biopsia y a la tarde, llegó el diagnóstico. Fue el momento más duro de mi vida. Tenía cáncer. Una leucemia que avanzaba rápidamente«, recalcó.

Roma debía iniciar con urgencia el proceso de quimioterapia. «Recibía más de 25 pinchazos por día porque tenía problemas con las venas. Lloraba, me decía que se quería ir a casa. Era desgarrador«, dijo. Recordó que al término de cada sesión, le bajaban las defensas y debía permanecer internada varios días. «Para la última, ya no tenía fuerza. Perdió el habla, no podía abrir los ojos y no podía ir de cuerpo. Me dijo que ya estaba cansada. Pero apareció su papá y revivió. Se levantó de la cama como si nada y volvimos a Regina», señaló.

Todavía quedaba un largo camino, pero la segunda etapa del tratamiento podría llevarla a cabo en Neuquén. Las cosas marchaban bien hasta que surgió otro imprevisto. Una tarde, Roma se puso pálida y su madre volvió a observar sus labios «negros». También presentaba «un manchón negro» en su paladar. «Su cachete -recordó- se empezó a hinchar como un globo. La internaron una vez más en terapia intensiva y entró en coma durante dos meses. Con sus defensas bajas, la agarró una bacteria que le empezó a dañarle sus órganos».

Gisela contó que los médicos le sugirieron «desconectarla», pero ella se negó. «Estaba decidida a acompañarla hasta que ella misma dijera basta. Pero lo cierto es que llegué a buscar un cajón para mi hija. Un día una doctora me dijo que estaba la posibilidad de llevarla a Buenos Aires aunque podía morir en el traslado porque era muy riesgoso. Viajamos una vez más«, indicó.

Roma es de Villa Regina. Estuvo muchos meses internada en el hospital Garrahan. Foto: gentileza

En un primer momento, los médicos sospechaban que la leucemia podría haber reaparecido, pero finalmente fue descartado. De un día para el otro, su cuerpo empezó a reaccionar y le sacaron el respirador. «De a poco, volvió a caminar, a hablar. Pero perdió parte de sus cachetes y del labio porque le sacaron el tejido que estaba feo«, afirmó.

Roma y Gisela ya tienen turno para la cirugía de reconstrucción a principios de agosto en Buenos Aires. No será solo una intervención sino varias a o largo de varios años. El proceso no será sencillo pero las llena de esperanza.

«Roma me vive diciendo que quiere un cachete nuevo para ser más hermosa todavía. Una y otra vez tiene que contar que está así porque un bichito se le metió en la boca. A veces no quiere salir de casa porque está cansada de que la miren. Se que el valor de las operaciones es caro. Son dos millones para arrancar, pero ella se lo merece y es parte de su calidad de vida», dijo.

Su alias para quien pueda colaborar es corazza15.


Roma tiene apenas cinco años y transcurrió gran parte de su vida en consultorios médicos y hospitales. Primero, en busca de un diagnóstico, poco después, entre tratamientos, recaídas e incluso un largo período en coma, a raíz de una bacteria que ingresó por su boca y que generó que todos sus órganos comenzaran a fallar. Esa misma bacteria le afectó su rostro y a partir de ahora, se someterá a una serie de cirugías.

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