Cómo fue la ceremonia mapuche que abrió el Encuentro de Mujeres y Disidencias en Bariloche
A las siete de este sábado, unas 30 mujeres mapuches encabezaron una rogativa para dar la bienvenida. Fue en la costa del lago Nahuel Huapi, debajo del Centro Cívico y la participación fue masiva.
Con una ceremonia mapuche en el lago Nahuel Huapi, que atrajo a cientos de personas, comenzó en Bariloche la 36 edición del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries.
Minutos antes de las 7 de este sábado, unas 30 mujeres rodearon a Felisa Curamil, una de las mujeres mapuches para escuchar algunas indicaciones sobre la ceremonia Wixa Xipan (una rogativa del amanecer). «La ceremonia consiste en darles la bienvenida y en agradecer estos días que vamos a estar trabajando todas juntas«, resumió, al tiempo que pidió apagar los teléfonos celulares y no sacar fotos ni filmar la ceremonia.
Poco a poco llegaron más y más personas que fueron ubicándose de a dos, detrás de unas 30 mujeres mapuches que encabezaron la rogativa. La fila era interminable.
El sonido de los cultrunes (el instrumento más importante de la cultura mapuche) anunciaba el inicio de la ceremonia. Las mujeres avanzaron lentamente hacia el lago, pero antes dieron dos vueltas. Los gritos (conocidos como «afafán») irrumpían cada tanto entre el sonido de los cultrunes. El resto de las mujeres avanzaba detrás.
Quienes encabezaban la ceremonia se dispusieron una al lado de otra y permanecieron unos minutos frente al lago en silencio. Solo se escuchaba el oleaje. Detrás, el resto de los participantes observaba con atención.
«Vamos y volvemos como el agua«, invitó una de las mujeres mapuches que comenzó a danzar al ritmo de los instrumentos. Las mujeres, entonces, comenzaron a acercarse un poco más al lago; luego, retrocedían. De pronto, el sonido de los instrumentos se detuvo y los gritos se retomaron.
Las anfitrionas comenzaron a ofrecer semillas, yerbas, yuyos a las mujeres participantes de la ceremonia que, segundos después, serían ofrendados al lago.
«¿Hay que pedir algo?», se escuchaba entre las mujeres.
Los instrumentos volvieron a sonar y las mujeres mapuches levantaron las manos hacia el cielo, moviéndolas incansablemente. El resto las imitó. De repente, hubo silencio. Fue el momento de repartir más semillas a las personas que habían quedado atrás y fue su turno de avanzar hacia el lago. Las manos volvieron a elevarse.
Una bandera mapuche sobresalía entre las hileras de mujeres. Los aplausos y gritos daban cuenta de que la ceremonia estaba llegando a su fin. El sol recién empezaba a asomar.
Las mujeres mapuches volvieron a ponerse en parejas y se fueron alejando de la costa del lago. Antes saludaron al sol. Se dirigieron hacia la plaza del Centro Cívico donde giraron en torno al Monumento de Roca que se encuentra tapado por un cultrum gigante desde el 12 de octubre, el Día de la Diversidad Cultural, y luego de gritar «Marici weu» (que significa diez veces venceremos), se abrazaron emocionadas.
Al término de la ceremonia, Curamil resaltó que la elección de Bariloche como sede del Encuentro de Mujeres y Disidencias estuvo vinculada a la detención de mujeres mapuches durante ocho meses tras el operativo en Villa Mascardi. Afirmó que abundan las problemáticas en la provincia y que hoy, Yésica Bonnefoi continúa como «presa política».
«Participamos en este encuentro para mostrar que los mapuches, cuando peleamos por el territorio, no peleamos porque sí. Queremos dar a conocer que, sin el territorio no podemos desarrollar nuestra espiritualidad. No es una cuestión folclórica sino una cuestión de consciencia. Estamos insertos en esta sociedad y es importante que entienda la importancia para nosotros de la cuestión espiritual», señaló Curamil.
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