Cómo ayudarlos: así son los pingüinos masacrados en Punta Tombo

Cientos de pingüinos de Magallanes fueron devastados en Punta Tombo. Conoce cómo son y cómo ayudarlos.

Punta Tombo es la colonia de pingüino de Magallanes más grande de Sudamérica. (Archivo).

Cientos de pingüinos de magallanes y sus crías fueron masacrados en Punta Tombo al destruirse sus nidos y hábitat. Estos pingüinos, que anidan en colonias y dependen de un equilibrio ecológico delicado para su supervivencia, son esenciales para el ecosistema marino de la región. ¿Cómo ayudarlos?

En 1972, Luis Emilio La Regina donó 210 hectáreas al gobierno de Chubut para crear el Área Natural Protegida Punta Tombo, hogar de una de las colonias de pingüinos de Magallanes más grandes del continente.

Sin embargo, 52 años después, su nieto, Ricardo Adolfo La Regina, enfrenta un juicio por abrir caminos y provocar una masacre de ejemplares adultos y crías, destruyendo 200 nidos y causando un impacto ambiental que podría tardar medio siglo en repararse.

Pingüinos masacrados en Punta Tombo. Foto: gentileza.

Punta Tombo y Punta Clara, ambas parte de la biosfera Patagonia Azul, albergan a más de 200.000 parejas de pingüinos de Magallanes, aves monógamas que anidan cada año en el mismo lugar.

Estas aves, que se turnan para cuidar sus crías y buscar alimento en el mar, encuentran en este sitio un refugio vital. La destrucción de sus nidos y el bloqueo de sus rutas de acceso al mar tienen consecuencias devastadoras para la colonia.

Pingüino de Magallanes, una especie única


El Pingüino de Magallanes, científicamente conocido como Spheniscus magellanicus, es una especie de pingüino perteneciente a la familia Spheniscidae, que habita en las regiones costeras de América del Sur. Según el medio Greenpeace, cuáles son sus características:

-Miden entre 60 y 70 centímetros de altura y pesan entre 3 y 6 kg en promedio (tamaño mediano en comparación con otras especies de pingüinos)

-Su plumaje es mayormente negro en la espalda y en las alas, contrastando con un vientre blanco y una banda en forma de herradura que cruza su pecho y desciende hacia los flancos lo que le ayuda a camuflarse mientras nada.

-Tienen un pico estrecho y puntiagudo de color negro y en la base del pico presenta piel de color rosado. Sus patas son negras y tienen manchas rosadas que están adaptadas para nadar gracias a sus membranas.

-Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), la población mundial se estima entre 1,1 y 1,6 millones de parejas, lo que equivale a entre 2,2 y 3,2 millones de individuos maduros. Alrededor de 900.000 parejas se reproducen a lo largo de la costa argentina

-Este pingüino es carnívoro y su dieta se compone principalmente de peces pequeños, como la merluza, sardina, la achoita, el arenque, así como de calamares y crustáceos como el krill. Son cazadores expertos que utilizan su agilidad y capacidad de buceo para capturar presas mientras nadan bajo el agua.

La importancia de Punta Tombo para los pingüinos


El Pingüino de Magallanes es una especie carnívora que depende del mar para su sustento, alimentándose principalmente de peces, calamares y crustáceos.

Punta Tombo ofrece un entorno ideal para su reproducción, gracias a su proximidad al océano, la presencia de vegetación que les permite camuflar sus nidos y un suelo blando para cavar madrigueras. La cercanía al mar es crucial, ya que la supervivencia de las crías depende de la frecuencia con la que los padres puedan alimentarlas.

Punta Tombo. Foto: archivo.

Sin embargo, la colonia enfrenta múltiples amenazas en los últimos años, desde el cambio climático hasta la contaminación por petróleo y la competencia con la industria pesquera, que reduce su fuente de alimento. Estos factores provocan un bajo éxito reproductivo y una alta mortalidad entre los polluelos.

Cómo ayudarlos y por qué no interferir


Para proteger a los pingüinos de Magallanes y su hábitat, es crucial no interferir en su entorno natural. Punta Tombo es uno de los pocos sitios en el mundo que ofrece las condiciones necesarias para la reproducción de esta especie.

Foto: archivo.

Cualquier alteración en este ecosistema afecta no solo a los individuos que habitan allí, sino también a la viabilidad de la especie a largo plazo.

Las acciones humanas, como la apertura de caminos o la instalación de barreras, pueden tener un impacto catastrófico. Por ello, es esencial respetar las áreas protegidas y apoyar iniciativas de conservación, como el Área Marina Protegida de Punta Tombo, que busca conservar el hábitat marino-costero que sustenta a los pingüinos de Magallanes.

El impacto del desastre en 2021


Entre agosto y noviembre de 2021, sin autorización ni evaluación de impacto ambiental, una persona destruyó una vasta zona de la colonia de pingüinos en Punta Tombo y la ribera de Punta Clara. Utilizando maquinaria pesada, trazó un camino y electrificó un alambrado que bloqueó el paso de los pingüinos hacia el mar, afectando su ciclo reproductivo en un momento crítico: los pichones apenas habían eclosionado y requerían una alimentación constante.

Según imágenes satelitales de alta definición provistas por Nat Geo, uno de los caminos fue abierto entre el 26 de noviembre y el 4 de diciembre de 2021 por una retroexcavadora de 83.000 kilos de peso, con ruedas de dos metros de alto y una pisada de 32 centímetros.

Esta maquinaria arrasó con nidos y pichones de 90 gramos de peso. El tramo, de 900 metros de longitud, atravesó la colonia.

En algunos sectores se removieron hasta 40 centímetros de la capa superficial del suelo, destruyendo completamente las cavidades de los nidos junto con su contenido. La tierra y vegetación removidas se acumularon en un terraplén de aproximadamente 30 metros de largo por tres metros de alto, equivalente a 30 camionadas de tierra.

Además, el acusado, Ricardo Adolfo La Regina, está acusado de colocar un alambrado de seis hilos conectado a un boyero electrificado a una altura que impedía el paso de los pingüinos. Las aves, al regresar del mar en busca de sus nidos, chocaban con esta barrera y no podían alimentar a las crías.

Se arrasaron alrededor de 200 nidos, y el número de ejemplares muertos es difícil de determinar debido a que quedaron sepultados bajo las toneladas de tierra. Según estimaciones, se deben calcular tres pingüinos por cada nido afectado. El perjuicio económico se estima en más de 518.000 dólares.


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