Claudia Pía Baudracco, un espacio de salud integral para personas trans en Cipolletti
Funciona en el "hospital viejo" de Cipolletti desde 2017. Allí un equipo de profesionales acompaña los procesos de transición de quienes buscan su identidad de género.
Cada miércoles en el «hospital viejo» de Cipolletti se abren las puertas del consultorio “Claudia Pía Baudracco», un espacio seguro para que las personas trans puedan acceder a una consulta de salud con abordaje integral. Allí un equipo de siete profesionales acompaña los procesos de transición de quienes buscan su identidad de género.
El consultorio se creó el 22 de marzo del 2017. La idea surgió desde la secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional del Comahue y consistió en formar un grupo interdisciplinario capacitado compuesto por profesionales de la salud, psicólogos sociales, estudiantes de medicina y la participación continua de organizaciones como Vidas Escondidas y la Asociación de Travestis Transexuales y Transgénero (ATTTa) de Neuquén y Río Negro, coordinado por Ornella Infante.
Hoy, seis años después, el consultorio cuenta con 90 consultantes de carácter activo y cada miércoles se atienden entre 10 y 12 personas. El equipo de trabajo cuenta con siete profesionales del área medica, psicólogos y trabajadores sociales.
Equidad: dar a cada quien lo que necesita
María Verdugo, más conocida como Moro, trabajadora social del consultorio integral inclusivo, remarcó que la palabra que mejor define lo que realizan es la equidad. “Equidad es dar a cada quién lo que necesita. Y a veces las personas trans necesitan otro tipo de atención, algo tal vez más cuidado con preguntas más ajustadas, una mirada que contemple la diferencia. No es una cuestión de igualar porque no es lo mismo esperar en una sala de espera para una persona trans que para una personas cis”, explicó.
Los turnos para acceder al consultorio son otorgados mediante un número de teléfono. Allí se intenta conocer la situación de la persona, las inquietudes que tenga y lo primordial, su salud. Luego se inicia con las sesiones de seguimiento.
“Las personas pueden venir solas o acompañadas, por ahí los mas jóvenes, suelen pedir que estén sus familiares presentes durante la consulta. Solo vemos personas de más de 14 años, recién este año comenzamos con consultas de familias con infancias trans”, comentó Moro.
¿Es un acto discriminatorio que exista un consultorio trans?
La expectativa de vida aproximada de las personas trans es de 40 años, aunque hay informes donde desciende a los 35 (por eso, quienes superan esa edad se las considera sobrevivientes). La principal causa de muerte es el VIH o enfermedades asociadas, como la tuberculosis, neumonía o pulmonía (64%), mientras que la segunda son los trans y travestidicios (15%).
“Ojalá que las personas trans puedan y quieran acercarse a cualquier consultorio o centro de atención primaria. Pero los números dicen que esto no sucede, entonces a veces hay que hacer una discriminación positiva para que las personas puedan tener igualdad de oportunidades en el acceso a la salud. Las personas trans mueren, en muchos casos, de patologías porque no consultan por la estigmatización, mirada insidiosa y discriminadora. Buscamos garantizar mejor salud de vida y calidad”, describió Natalia Fernández, médica de familia del consultorio.
Los profesionales del equipo resaltan que no solo se trabaja desde el área de salud. “Vienen muchos consultantes en búsqueda de información. Hay quienes aún no lo cuentan en sus familias entonces realizamos el acompañamiento durante todo el proceso de transición”, remarcó Natalia.
La hormonización es una de las consultas que mayormente se realiza en el consultorio. “Las personas inician la transición mucho tiempo antes de la vinculación a la medicación, pero es en varios casos la puerta de acceso a la expresión del género que desean. Es clave que la imagen que el espejo les devuelve sea un reflejo de lo que desean ser”, relató Moro.
Los tiempos cambian y la lucha por la libertad continúa
Si bien hoy los jóvenes viven su género y sexualidad de una manera más libre, aún continúan los estigmas y la discriminación hacia las personas trans.
“Hay una diferencia muy crucial de alguien que puede acceder a vivir su identidad de un modo más pleno. Hay un abismo. Antes las personas trans salían de su casa sin saber si iban a volver. Por suerte y por lucha, hoy tenemos usuarios más chicos que vienen acompañados de sus familiares. Hace 30 años se las expulsaba de sus hogares, del sistema educativo y de la salud”, manifestó Natalia.
Desde el consultorio abren el espacio para que los jóvenes puedan acceder a un espacio donde charlar sobre sus inquietudes sobre la identidad de género. Todos los jueves se reúnen con adolescentes de 13 a 18 años en El Andén.
“Muchas de las personas que participan no son consultantes del consultorio pero si son parte del equipo. Y son chicos que hoy tienen un acompañamiento familiar mayor al que se tenían hace unos años”, explicaron.
Junio, el mes del orgullo
“Durante junio celebramos el mes del orgullo, celebramos que cada quien pueda vivir su identidad y sexualidad libremente. Celebramos que hay una ley que surgió de mucho trabajo y nos preguntamos ¿Dónde está Tehuel?”, dijo Moro para finalizar la entrevista con Diario RÍO NEGRO.
Si bien se habla del «mes del orgullo», este tiene un día especifico que es el 28 de junio. La fecha se remonta al año 1969 cuando en un bar de Nueva York llamado Stonewall, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, intersexuales, queers (LGBTTIQ+) hartos de los hostigamientos policiales, decidieron hacerle frente, rebelándose contra un sistema político que avalaba la discriminación, la persecución, el hostigamiento y la violencia sistemática contra la comunidad. Esa misma noche hubo protestas y fue el inicio de la reivindicación de los derechos del colectivo LGBTTIQ+.
Para 1970, ya surgirían las primeras marchas del orgullo en Nueva York y California, que conmemoraban las protestas iniciadas en Greenwich Village.
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