CFP, sigla de esperanza para adultos que buscan un futuro mejor en Neuquén

Los Centros de Formación Profesional brindan cursos certificados en oficios para jóvenes y adultos que finalizaron su educación formal a tiempo. Son además, un espacio de contención social. Sus directores temen que el “ajuste” los obligue a cerrar sus puertas. Organizará una Expo para resistir.

Los Centros de Formación Profesional (CFP) de la provincia de Neuquén, son un eslabón fundamental en la vida de personas adultas que no tuvieron la oportunidad de completar su formación académica siendo niños, adolescentes o jóvenes. Pero hoy quieren una chance más.

En todo el territorio neuquino funcionan unos 39 Centro de Formación Profesional y 5 orientados a la formación agropecuaria (CFA). A estos se suma otro para de Escuelas Primaria para Adultos (EPA). Anualmente pasan por esas aulas unos 4.000 adultos que buscan capacitarse en alguno de los oficios que allí se dictan, en busca de una salida laboral.

Son establecimientos públicos, financiados por el gobierno de la provincia de Neuquén, pero como pasa en otros niveles de la educación formal, el dinero no alcanza y la están pasando mal. Las autoridades de los CFP temen que por falta de financiamiento, si nadie hace algo, puedan llegar a cerrar algunos o quizás todos.

Es por esto, que se pusieron todos de acuerdo y el próximo sábado 2 de noviembre, a partir de las 18, realizarán una Expo en la plaza de la Casa de las Leyes, ubicada en avenida Olascoaga y Libertad de la ciudad de Neuquén. Allí darán cita los CFP del área Confluencia para visibilizar las producciones los estudiantes que asisten a los diferentes cursos que allí se dictan. Pero sobre todo para mostrar a la comunidad toda el “inmenso rol social”, que cumplen estos espacios formativos en e l corazón de los barrios más carenciados y para las familias que atraviesan una marginalidad que muchas veces permanece oculta.

Gerardo Amatta, es el director del Centro de Formación Profesional 35 del barrio Confluencia, en la ciudad de Neuquén.

“Son espacios que más allá de funcionar como lugares formativos, educativos, prestan una contención social para personas vulnerables desde lo social. Los y las que vienen acá en busca de tener un oficio para subsistir, también buscan pasarla bien, ser felices y saberse útiles en una etapa determinada de la vida. En estos tiempos que corren no es un dato menor esto. Es por eso que decidimos entre todos los centros, organizar esta Expo para visibilizar estas realidades, para que se comprenda la importancia que tienen los CFP insertos en la comunidad. Hace nueve años que se realizan estas exposiciones abiertas a la comunidad”, explicó.

En cuanto al financiamiento que reciben, el docente aseguró que las partidas llegan pero no alcanzan. El impacto es mayor en aquellos cursos que requieren materiales e insumos más costosos como son la soldadura y la herrería. ¿Cómo se organizan? Tienen miles de recursos. Uno de ellos es “aceptamos trabajos para particulares. Siempre alguien necesita por ejemplo, una parrilla o una reja. Nosotros se las hacemos y no les cobramos. Solo les solicitamos que de manera voluntaria donde materiales para que los alumnos puedan continuar desarrollando su trayecto formativo. No es fácil, pero la vamos llevando”, dijo.


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