Censo de cóndores: por fin se pudo aplicar en Neuquén y en conjunto con Mendoza
Gran satisfacción entre un centenar de profesionales y voluntarios que se sumaron, incluso ad honorem. Los resultados servirán para saber dónde sumar protección y en función de las amenazas.
A partir de esta semana, Neuquén se sumó oficialmente a las provincias argentinas que monitorean a una de las especies más veneradas: el cóndor andino. El censo fue biprovincial, junto a Mendoza, e implicó logística para un centenar de participantes.
Este lunes 28, con voluntarios distribuidos en 17 puestos de observación, se pudo hacer realidad el 1° censo de cóndores en tierra neuquina, doble triunfo si se piensa en el paso histórico que representa y si a eso se suma que lo hicieron realidad aún con los recortes presupuestarios que se vienen aplicando a los distintos organismos de preservación.
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Satisfecho y expectante por los resultados, habló al respecto con RÍO NEGRO Luis Jácome, presidente de la Fundación Bioandina y director del Programa de Conservación Cóndor Andino a nivel nacional. “Con esto se activa un termómetro”, graficó, en el que éste operativo permite “establecer la graduación”, para conocer la dinámica del ave en su entorno y saber cuándo preocuparse por su ausencia o cambios en el comportamiento.
Después de las capacitaciones realizadas en agosto y septiembre, cada censista acudió a la cita con su lugar designado, al que en algunos casos debieron arribar un día antes y hacer noche, por la distancia que implicaba acceder desde la ruta más cercana.
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Ubicados en su posición, todos trabajaron desde primera hora del lunes, a las 6.30 de la mañana, y hasta las 13.30 de la tarde, habilitando el conteo cada media hora, por pequeños lapsos de cinco minutos. “¿Jote Cabeza Negra, Águila Mora o Cóndor Andino? ¿Macho o hembra? ¿Juvenil, preadulto o adulto?, debíamos identificar y contar todos los cóndores que pudiésemos ver. Hermosa experiencia de mucho descubrimiento en este hermoso lugar, que quedará para siempre en mi memoria”, dijo “Pachi” Girini, uno de los participantes, tras completar su aporte desde la «Tranquera del Filo», en Quilca, cerca de Aluminé.
“Entre conteo y conteo, durante media hora, charlamos sobre el paisaje y el territorio, hicimos chistes y compartimos mates con los compañeros guardafaunas y guardaparques provinciales. Y a lo largo de la jornada, pudimos observar el itinerario del cóndor, hasta qué hora duerme, hasta qué hora hace fiaca, cuándo sale a buscar comida”, completó Girini.
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A partir de ahora, el proceso se repetirá cada tres meses, siguiendo el ciclo estacional, para terminar de conocer el comportamiento en cada época del año. Todos los datos recolectados son cargados en una app para dispositivos móviles que fue desarrollada especialmente, para funcionar aún sin señal de datos. La labor más ardua será la evaluación de esa información y la comparación con lo que se debería esperar. En función de los resultados se elaborarán informes para ambas provincias, para la detección de los sitios donde es necesario fortalecer la protección de esta especie amenazada.
Así como en Neuquén fue el primero en su tipo, Mendoza ya cumplió el N° 17 en esta nueva instancia, en los últimos cuatro años, mientras Jujuy hizo lo propio ya en dos oportunidades. Junto a Bioandina, la propuesta estuvo coordinada por Administración de Parques Nacionales, Áreas Naturales Protegidas Neuquén, el Programa de Conservación del Cóndor Andino, Eco Parque Buenos Aires, Guardafaunas del Neuquén y CEAN (Centro de Ecología Aplicada de Neuquén).
Incluso con el incierto contexto de políticas públicas a nivel nacional, Jácome destacó que dentro de lo planificado en el año, se pudo participar en actividades en sitios tan distantes como Chubut y Catamarca, sumado al censo de Neuquén y Mendoza. Convencidos de la relevancia de su tarea, no dudan en “buscarle la vuelta para seguir adelante», reafirmando el compromiso.
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