Primer censo de cóndores en Neuquén: buscan datos clave para preservarlos
Revisarán 18 puntos de observación, en simultáneo. Hoy habrá curso para los técnicos participantes.
Distintas organizaciones buscan mejorar el cuidado del cóndor en Neuquén, por eso realizarán el primer censo en el territorio. Éste permitirá conocer cifras más exactas sobre esta especie amenazada, al norte de la Patagonia.
El esperado evento, que ya tuvo sus ediciones en provincias como Mendoza (16 censos) y Jujuy (dos), es la oportunidad esperada por todo el espectro de profesionales que participa de la preservación porque allí se puede “tomar una foto” del comportamiento de los ejemplares, en una estación del año determinada y así conocer más de su conducta, las zonas que visitan y dónde hay que fortalecer su protección.
En diálogo con RÍO NEGRO, Luis Jácome, presidente de la Fundación Bioandina y director del Programa de Conservación Cóndor Andino, una de las organizaciones participantes, compartió con mucho entusiasmo que se espera que las capacitaciones de los censistas alcancen a un centenar de inscriptos, de los cuales casi 60 estarán a disposición en el territorio designado, en el momento elegido, que estiman, será entre septiembre y octubre. El resto apoyará en la logística.
Este jueves 22 será la primera jornada del curso, vía Zoom, pero quienes no se anotaron tendrán una segunda instancia de posibilidad. Allí conocerán sobre biología y el estado de conservación, detalles del programa y los ejes que incluye, junto a la organización propia que incluye este censo. Anticipó que desarrollaron una app que les permitirá la carga de datos y su posterior análisis.
Áreas Naturales Protegidas de Neuquén, CEAN, Guardafaunas de Neuquén, Administración de Parques Nacionales y Ecoparque de Buenos Aires son las entidades que completan el equipo a cargo de este desafío al que la provincia adhirió, pero que aún espera poder ser aplicado en otras más, como Río Negro, donde aún está pendiente, aseguró Jácome. El inconveniente que eso genera, a pesar de que Sierra Pailemán, cerca de la costa atlántica, es un área de liberación reconocida, es que no se tienen datos para poder elaborar mejores políticas de cuidado, o visto de otra manera, entender cuáles son los factores que generan una mayor mortalidad. “Lo que se busca es achicar el margen de error”, graficó el referente.
“Un ejemplar de cóndor puede volar por más de 300 kilómetros en un día, a 200 km por hora y a miles de metros de altura”, señaló Jácome, para dar una idea del esfuerzo de coordinación y recursos que demanda mantener este programa en medio del aislamiento que generan las grandes distancias.
Frente a ese accionar habitual en este tipo de aves, ¿cómo hacer para contabilizarlas? La estrategia aplicada es la de observar y contar cuántos cóndores ven pasar en un determinado lapso de tiempo, en lugares de mayor presencia habitual como los “dormideros”, diferenciándolos por categoría de edad y sexo, aprovechando los rasgos visibles típicos. “Eso te da una foto de lo que está pasando, ese número lo tratas de repetir por estaciones para empezar a marcar patrones, para entender qué uso hace el cóndor de esos ambientes protegidos. Lo interesante de esto es que los censos permiten validar mapas para predecir qué lugares son más importantes”, contó el responsable.
Aclaró finalmente que llevar estas estadísticas tiene un impacto a escala binacional, ya que Argentina y Chile son uno de los principales hábitats de la especie y por lo tanto, tienen la responsabilidad de su continuidad.
Comentarios