Los cambios en la ley de hidrocarburos dividen a las ciudades rionegrinas

El proyecto de YPF genera rechazo en San Antonio y aceptación en Sierra Grande. Todos coinciden en la necesidad de generar empleo pero vecinos, pescadores y prestadores sanantonienses remarcan el perjuicio que se podría generar a nivel ambiental.

La reforma de la ley 3.308 que habilitó la actividad hidrocarburífera en el litoral marítimo de la Provincia repercutió con fuerza en San Antonio Oeste y en Sierra Grande, dos de las localidades que basan sus economías en la naturaleza que resguarda el Golfo San Matías.

Es que allí se habilitaría la primera inversión, que consistiría en un puerto petrolero que se levantaría en la localidad serrana para exportar hidrocarburos que, a través de un oleoducto, llegarían desde Vaca Muerta.

Con ese panorama las reacciones son dispares. Los vecinos de Sierra, apremiados por la falta de opciones laborales, apoyan casi mayoritariamente la llegada del petróleo a la zona.

Los de San Antonio, Las Grutas y el Puerto San Antonio Este, en cambio, sostenidos por la pesca y el turismo alertan sobre las consecuencias que podría provocar una contingencia ambiental que afecte la riqueza del Golfo. Y se oponen casi de manera unánime al ingreso de la actividad.

“Hay que entender lo que la llegada de YPF representa para Sierra Grande. No es un anuncio, es una proyección de crecimiento y desarrollo para una localidad que está postergada hace 30 años. Esta es una sociedad de niños y adultos mayores, porque los pibes egresan de la escuela secundaria y se van ante la imposibilidad de conseguir alguna actividad que les garantice el sustento”, relató a Río Negro Renzo Tamburrini, el intendente.

“Por eso este proyecto es tan bienvenido en Sierra Grande. Las familias se acostumbraron al desmembramiento permanente, a que los hombres se vayan y sólo regresen a visitar a los suyos, porque es una realidad muy compleja. Con la minería parada y sin pesca en la localidad la mayoría se embarca o se va a trabajar afuera. Es una comunidad estado-dependiente, donde los que quedan viven del empleo en alguna repartición pública”, amplió el funcionario.

Lo que genera mayores divisas es el turismo– continuó-. Pero ahí no habrá una afectación porque la empresa sabe los pasos ambientales que hay que cumplir, y nadie va a permitir que se omita ninguna instancia vinculada a la seguridad”, remarcó Tamburrini.

Y agregó qué “Sierra se está preparando hace tiempo para este desarrollo industrial, y hemos armado un paquete normativo que protege nuestro ambiente, el borde costero, la flora, la fauna, al cóndor y al cordón serrano”, aseguró.

Los vecinos del lugar parecen respaldar esos planteos. Néstor, por caso, está de visita porque trabaja en Puerto Madryn, y su ex esposa y su hijo Gael residen en Sierra. “Obvio que debe haber controles, pero se necesitan fuentes de trabajo, porque todos tienen que terminar migrando. Una oportunidad como esta le daría otra vida a la zona, por eso estoy de acuerdo y apoyo el oleoducto”, remarcó.

Otra que apoyó la idea es Mariela. Ella trabaja en el municipio y, junto a su hija adolescente, hace meses que no ve a su esposo, que se embarcó a principios de año. “Ojalá que se haga. Hay mucha necesidad acá. Y no le tengo miedo a los derrames porque ahora hay otra tecnología, podrán manejarlo mejor. Pero es necesario que vuelva el trabajo”, destacó.

El que puso el acento en la necesidad de controles es Carlos Arce. Él trabaja en diferentes ‘changas’ y aseguró que “podría ser algo muy bueno para la gente”. Pero, como hijo de Fidel, aquel recordado dirigente que murió de cáncer afectado por el PCB de los transformadores que años atrás seguían activos en el pueblo, fue muy puntilloso con la necesidad del resguardo ambiental. “Tienen que hacerlo sin afectar nada”, opinó.

La otra mirada


La necesidad de proteger el ambiente es la que desvela a San Antonio.

En la localidad se conformó una multisectorial compuesta por vecinos y ong’s que no descartan acudir a la Justicia para que no se materialice el proyecto de YPF.

Un derrame es algo que inexorablemente va a ocurrir. El petróleo es una actividad sucia y, cuando pase, la pesca y el turismo de la que vivimos todos se dañará para siempre. Por habilitar una actividad van a ir en contra de lo que ya existe. En lugar de generar propuestas sustentables, que convivan sin perjudicar”, aseguró Suyay Quilapán, una de las vecinas que integra el grupo.

Para definir los pasos a seguir días atrás sus miembros mantuvieron una reunión vía zoom con un abogado especializado en derecho ambiental. Y además siguen promoviendo actividades para hacer visible el repudio a las modificaciones de la ley, que tienen como principales promotores a los jóvenes de la localidad.

De hecho, organizada por los centros de estudiantes, el miércoles pasado hubo una protesta en la entrada del instituto de formación docente.

Y el viernes marcharon, en el marco de un paro de estudiantes que, como uno de los motores de la protesta, llevó el rechazo a los cambios en la normativa.

El turismo, en alerta y con preocupación


Las voces que se alzaron desde distintas áreas vinculadas a la actividad turística manifestaron preocupación por la habilitación de las actividades hidrocarburíferas para la zona.

Hay muchos vecinos que muestran su disconformidad con el proyecto hidrocarburífero en el Golfo. Foto: Pablo Leguizamón

Un gran número de prestadores turísticos directamente rechazaron la idea dejando abierta la posibilidad de acudir a la Justicia si el proyecto de YPF avanza en la costa marítima rionegrina.

“La nulidad parece ser la única salida. Realmente no sé cómo podremos instrumentarlo, pero que arruinen el Golfo San Matías con un posible derrame podría ser fatal. ¿Qué vamos a salir a vender? ¿Quién va a querer venir de vacaciones?”, dijo Carlos Rivas, uno de los referentes de la Asociación de extrahoteleros, que es la que más camas le aporta al sector.

Desde la hotelería también repudiaron los cambios, y coincidieron con la necesidad de hacer algo para que no se materialicen proyectos como los que YPF tiene para la zona.

“Mienten con eso de ‘nos morimos de hambre o contaminamos’, porque hay que pensar en lo sustentable, no en cosas que vayan en contra de lo que ya tenemos para crear empleo”, argumentó la empresaria Analía Izco.

Es tristísimo lo que está pasando -continuó-, la Justicia realmente parece ser la opción para revertir esto. Nuestros legisladores votaron los cambios a esta ley a puerta cerrada, sin ninguna convicción para defender nuestros intereses y dándonos muy pocos días para organizarnos como sociedad”, cerró.

La pesca, atemorizada por el posible impacto


“Hay que cuidar el recurso pesquero. No se tienen que olvidar que el Golfo San Matías es una ‘ollita’, llega a ocurrir un derrame y las consecuencias serían terribles. Además por lo que van mostrando el proyecto de YPF lo quieren poner en una zona cercana a Punta Pórfido, y ahí existe un área de reproducción de merluza. Hay veda de pesca para ese sector, pero de ahí se nutren otros bancos de los que sacamos el pescado. Un daño ahí sería un golpe para la extracción de la especie”.

Con esas palabras Esteban Aquiles, el dueño de una embarcación pesquera de la flota de San Antonio, analizó los cambios que habilitarían la actividad hidrocarburífera en la zona.

“Todos quieren que haya trabajo, pero hay que analizar las cosas. Hacer los estudios que correspondan. No votar por votar y abrirle la puerta al petróleo así como así, en un lugar como éste”, opinó el hombre.

Su parecer coincidió con el del biólogo marino Raúl González. “Desde los gobiernos tendrían que tener una actitud más interesada hacia lo que tenemos para aportar desde la comunidad científica”.

González aseguró que “la información preliminar que tenemos sobre Punta Pórfido, por ejemplo, es que es una zona crítica no sólo para la cría de merluza sino también para otras especies. Y si quieren impulsar sí o sí lo hidrocarburífero, hay que saber cómo impactaría un incidente y qué alcances tendría, para diseñar estrategias que mitiguen daños”, subrayó, consternado frente a la posibilidad de desarrollo de actividad hidrocarburífera en la zona y sus posibles implicancias.


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