Calles detonadas: por la profundidad de los baches, una ambulancia rompió su GPS en Roca
La calle La Plata se volvió intransitable por baches. Tras las últimas lluvias, una ambulancia del Servicio de Emergencias se quedó sin un instrumento crucial para la labor diaria.
Circular por los barrios Brentana y Los Olivos, se ha vuelto una tarea más que complicada para los trabajadores del Sistema Integral de Atención Rionegrina de Medicina de Emergencias (Siarme) de Roca.
Tras las últimas lluvias, que generaron anegamiento de algunas calles de la ciudad, los ambulancieros sufrieron las consecuencias de los pozos de calle La Plata, ya que por el impacto, el vehículo golpeó su rastreador satelital (GPS) y se desenganchó del soporte.
Las tormentas de la última semana profundizaron los problemas en los barrios que venían padeciendo del deterioro en asfalto. Uno de los casos más resonantes es el de Avenida La Plata, una arteria pavimentada pero estropeada por las roturas, la acumulación de agua y los desbordes cloacales.
Además de la enorme tarea de circular rápido, los ambulancieros sumaron otras labores para evitar posibles roturas en los rodados.
Día a día, los trabajadores realizan un mapeo previo a las salidas para evaluar cada una de las alternativas a las calles más complicadas para evitar la demora, por los baches sobre el asfalto.
No obstante, pese a que se toman los recaudos necesarios, un fuerte impacto contra un pozo de calle La Plata terminó aflojando un GPS de una ambulancia del Siarme.
Los cráteres son cada vez más profundos y se multiplican. Ese es parte del análisis que realizó Jonathan, un joven carnicero que tiene su comercio sobre calle La Plata y Japón, en barrio los Olivos.
«Cada vez que llueve se llena de pozos, porque la calle no tiene desagote. Desbordan siempre las cloacas y, a partir de la última tormenta, se rompió bastante el asfalto. La gente ni siquiera puede cruzar la calle«, confirmó el carnicero.
Además, el joven comentó el panorama se complica porque el agua tapa todas los pozos y se vuelve intransitable. «Si llueve mucho, no se ve prácticamente el asfalto y te comés todos los baches. No he visto que nadie venga a tapar los pozos«, concluyó.
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