Búsqueda del jubilado de 85 años desaparecido en Bariloche: suman un perro y rastrillajes en el Nahuel Huapi
Fue visto por ultima vez el jueves 26 de diciembre.
Ya pasó más de una semana de la desaparición de Efraín Zalazar, el jubilado de 84 años que su familia busca desesperadamente en Bariloche. Este viernes 3 de enero sumaron rastrillajes en el lago Nahuel Huapi y un perro rastreador.
Comenzó el 2025 y en Año Nuevo se intensificó la búsqueda del jubilado. Las autoridades y allegados estuvieron recorriendo el sector comprendido desde la plaza del barrio Costa del Sol, las calle Modesta Victoria y Bajada 8, hacia ambos lados de las vías del tren.
Sin embargo, no hubo resultados positivos. El fiscal encargado del caso, Martín Lozada, marcó una nueva zona para realizar operativos y sumó un can rastreador para conseguir toda la información posible.
Jubilado de Bariloche desaparecido: lo buscan cerca de su casa y el lago Nahuel Huapi
Tras más de una semana de su desaparición, el fiscal encargado se volvió a comunicar con la familia de Zalazar para repasar los detalles del caso y recabar todos los datos posibles, por si surgía una nueva punta para la búsqueda.
Trabajó con la Policía de Rio Negro, en donde sumó un can rastreador especial para estos casos. Además, dispuso volver a la zona cercana a la casa de Efraín y rastrillar el lago Nahuel Huapi junto a Prefectura.
Efraín se subió a un vehículo en Ruta 40, cerca de la estación de servicios YPF Las Victorias. El hombre estaba parado pidiendo un viaje hasta que se frenó un vehículo. La conductora lo ayudó a subirse al auto y lo alcanzó hasta la zona céntrica de la ciudad. Esa fue la ultima vez que se supo algo de él.
Hasta el momento no hay resultados positivos sobre la investigación.
Jubilado desaparecido en Bariloche: «Había prometido que iba a seguir adelante»
«No voy a parar hasta encontrarlo«. De esta forma, Romina Salazar se refirió a la angustiante búsqueda de su abuelo Efraín, un jubilado de 84 años que desapareció el último jueves de diciembre en Bariloche.
En la mañana de este martes, último día del año, la mujer se encontraba trabajando, pero aseguró que tenía previsto participar de los rastrillajes de búsqueda.
La última vez que lo vieron fue el jueves pasado: la abuela de Romina lo vio salir de la casa en el barrio Modesta Victoria, al este de Bariloche, rumbo a un camino que cruza las vías del tren.
Pero no le llamó la atención porque supuso que se dirigía, como solía hacerlo, hacia una panadería donde compraba unas tortitas de gelatina que podía comer. «Era lo único que hacía», dijo la mujer. Pero en esta ocasión, no regresó.
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