Bomberos voluntarios de Villa Pehuenia, lo hicieron de nuevo: esta vez, le salvaron la vida a un caballo

De madrugada sonó el teléfono. Y desde ese momento los bomberos voluntarios de Villa Pehuenia, Neuquén, tuvieron una tarea por delante: liberar a un animal que pedía ayuda.

La noche ya estaba en marcha, pero Villa Pehuenia tiene once bomberos voluntarios listos, atentos, esperando cualquier llamado para salir a ayudar. Y así fue. El jueves, cerca de la 1:30 de la madrugada, sonó el teléfono. Un vecino, del otro lado. Un caballo se había quedado atrapado en un guardaganado.

Sin perder tiempo Defensa Civil se acercó al lugar: la entrada de un complejo de cabañas, Puerto Malén. Si, efectivamente, ahí estaba el caballo, con una de sus patas atrapada. Al costado, del lado de la calle, con sus patas a salvo, su potrillo.

“El caballo quiso entrar al complejo, tal vez buscando comida”, cuenta Jorge Fernández, bombero voluntario y trabajador de Defensa Civil Villa Pehuenia, “pero metió la pata entre los fierros y se quedó atrapado”.

No fue la primera vez que tenían una situación de estas características. El año pasado tuvieron que liberar a una vaca que también había quedad atrapada entre los fierros del guardaganado. “Pero esa vez el animal estuvo toda la noche atrapado, lo vimos a la mañana”, cuenta Fernández, “y fue complejo, porque la tuvimos que liberar con una pala cargadora”.

La pata del caballo atrapada en el guardaganado, Villa Pehuenia. Foto: Gentileza

La solución, para darle libertad al caballo, vino de la mano de una tijera de corte. Cerca de las 2 de la madrugada, después de cortar los fierros, pudieron destrabar la pata del caballo. “No sufrió quebraduras”, precisa Fernández, “solo un golpe y calambre por el tiempo que estuvo atrapada”.

Fernández es bombero voluntario desde el 2018. En estos seis años vio de todo. Colaboró con cientos de familias que, verano tras verano, tienen accidentes viales sobre la Ruta 13. Y también con las que, durante el invierno, quedan atrapadas en la nieve. Pero hay un rescate que es de sus preferidos, que le viene a la memoria: “el salchicha busca conejos”.

Ya lo rescataron tres veces. Fernández participó de dos. El perro salchicha se fanatiza con los conejos silvestres que hay en la zona. Los persigue y así se mete en líos. La última vez, desenfrenado, terminó encajado en una de las cuevas más profundas.

“Trabajamos como tres horas para poder sacarlo con vida”, cuenta Fernández, “los conejos están por todos lados, así que debe haber estado persiguiéndolos. Pero esta última vez, se metió en una cueva muy profunda”.

“Siempre buscamos la manera de liberar a los animales o lo que sea necesario”, dice. Fernández es parte de un equipo mayor: 11 bomberos voluntarios entre varones y mujeres hay en Villa Pehuenia y tres en el destacamento de Moquehue. Están preparados. Ante cualquier llamado: salen a ayudar.

El perro salchicha seguramente movió la cola cuando los bomberos lo rescataron. Lo mismo debe haber hecho el caballo, sea cual sea su gesto de alegría. Ver luz al final del túnel, o personas que voluntariamente y sin pedir nada a cambio se preocupan por ayudar, siempre es una excusa válida para festejar.


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