Betina, la escultora que homenajeó a las 85 víctimas de la AMIA con madera de San Martín de los Andes
Tiene 57 años, es de Buenos Aires y viajó específicamente a la provincia de Neuquén por las bondades de la madera. Hace años empezó con la escultura por el atentado y hace pocos días la terminó, mientras continúa formándose en la disciplina.
Betina Kolaczyk en plena producción de la obra por el atentado a la AMIA. Foto: gentileza.
En el barrio porteño de Balvanera, una Trafic blanca convertida en coche bomba estalló contra la entrada del edificio de la mutual judía el 18 de julio de 1994, cuando faltaban solo siete minutos para las 10 de la mañana del 18 de julio de 1994. Ese día se convirtió en una de las fechas más negras de la historia argentina.
Una escultora y tallista de Buenos Aires, integrante de la colectividad judía; sintió en lo más hondo la injusticia y decidió dejar su legado para no olvidar, para mantener viva la memoria. Betina Kolaczyk talla hace 30 años, vive en Capital Federal y decidió que su obra más importante fuera sobre el atentado a la AMIA.
Luego de muchos años de trabajo y búsqueda personal, este 2024, al cumplirse el 30 aniversario del ataque terrorista, Betina logró terminar su objetivo, la pieza en homenaje a las 85 víctimas fatales del atentado. Sin dudas, una de las esculturas más grandes en tamaño que realizó en su carrera: mide 1,10 metros de alto por 40 centímetros de diámetro.
Su idea era homenajear a esas tantas vidas perdidas y sedientas de justicia. Lo hizo a partir de un tronco neuquino de gran porte que se convirtió en esa pieza con un significado, esculpida en detalle.
Ese suceso la marcó en lo personal. «Quería representar a cada una de las víctimas y se me ocurrió hacerlo a través de una mano. El niño de cinco años, Sebastián, quien iba de la mano con su mamá caminando por ahí, también está simbolizado en mi obra, y es muy emocionante», contó Betina a Diario RIO NEGRO. Luego, las manos se multiplicaron.
Cuando empezó a tallar esta pieza era cerca de un aniversario de AMIA. Decidió emprender el desafío y viajó especialmente a la cordillera de los Andes en 2019 desde Buenos Aires para hacerse de la mejor madera. «Viajé a San Martín de los Andes donde tengo un amigo que me ayuda a conseguir la materia prima», relató.
Ahora espera que su obra pueda exponerse y circular en distintas muestras para concientizar sobre la historia a través del arte. Para Betina, aunque hayan pasado 30 años es sumamente necesario porque a pesar del tiempo, ni la investigación judicial ni las acciones de los distintos gobiernos arrojaron resultados satisfactorios para hacer justicia por quienes perdieron la vida en el ataque terrorista y sus familiares.
Fueron 77 las personas estaban dentro de la sede de la mutual judía y otras 18 en la vereda y edificios aledaños al momento del atentado, cuyos responsables aún siguen impunes. Sobre la AMIA se produjeron miles de expresiones artísticas pero también artículos periodísticos, libros, ensayos, videos, imágenes y actividades educativas a partir de testimonios orales.
En carrera para perfeccionarse a los 57 años
Betiana talla hace más de 30 años, primero como un hobby y ahora a sus 57 años, se dedica a estudiar la disciplina artística en la Escuela Municipal de Berazategui y en simultáneo cursa Artes visuales en la Escuela Municipal de Caseros, para hacer caso a la pasión que le brota desde muy joven.
«Comencé a los 21 años a tallar maderas», recordó. Empezó la carrera universitaria de profesorado pero tuvo que desertar al enviudar. Sin embargo, fue avanzando en nivel de talla, ya que primero hacía bajo relieve, ahora esta haciendo más esculturas.
En 2014, la mujer recibió una mención especial por parte de la Municipalidad de Berazategui en el 17° Salón Nacional de Creatividad y Diseño Artesanal. Desde ese entonces, no para de producir piezas de todo tipo dentro de las artes visuales. Además de tallar madera, Betina pinta cuadros.
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