Bella Vista, un comercio de ramos generales y hotel de Neuquén
Fue el primer negocio que se emplazó en cercanías en la confluencia de los ríos Neuquén y Limay. Se inauguró en 1897 y perteneció a Celestino dell´ Anna.
Los alrededores del actual puente ferroviario sobre el río Neuquén fue el lugar donde se concentraron las primeras actividades. Apenas un puñado de precarias viviendas, el alpataco y la inmensidad del desierto.
Y fue allí donde se asentó en 1897, el primer comercio del que existan registros en los archivos. Se trata de un almacén de ramos que también tenía infraestructura básica para funcionar como albergue.
Se llamaba “Bella Vista” y era propiedad de Celestino dell´Ana, “un italiano radicado en la zona que fue también comisario permanente del paraje “, consta en los documentos históricos que tiene el museo Paraje Confluencia.
Los antiguos pobladores podían encontrar allí todo lo indispensable, desde materiales de construcción hasta alimentos. Y aquellos que llegaban por entonces a estas tierras inhóspitas encontraban una pieza donde pasar la noche para luego continuar viaje hacia la capital del territorio o residir hasta encontrar un terreno donde establecerse en la confluencia de los ríos Neuquén y Limay.
Luego en cercanías del comercio “Bella Vista” se instaló la comisaría de policía, a cargo de Doroteo Plot y Lorea, el juzgado de Paz la reconocida casa de comercio “La Maragata de Neuquén, propiedad de Enrique Carro y de Nicanor Fernández, dedicada a también a ramos generales. La zona donde actualmente está emplazado el puente carretero y el ferroviario, fue el principal centro de ocupación y comercio en los primeros años de Neuquén, territorio clave para avanzar con la urbanización de la capital”, se cuenta en los archivos.
Y tal vez don Celestino algo de esto pudo vislumbrar al implementar el primer servicio público de balsas parar cruzar el río Neuquén y poder llegar hasta el paraje.
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