Bariloche atravesó uno de los otoños más crudos, pero no tuvo «ola de frío»
Para el invierno, en cambio, los pronósticos anuncian temperaturas "normales o por encima de lo normal".
Bariloche atravesó uno de los otoños más fríos de los últimos años, aunque no sufrió una ola polar, como fue el caso de localidades cercanas como El Bolsón o Esquel. Así lo confirmó Cindy Fernández, la vocera del Servicio Meteorológico Nacional.
La temperatura más baja que registró Bariloche fue de 8 y 9 grados bajo cero, entre el 30 de mayo y el primero de junio.
«Este otoño fue muy frío a nivel nacional. De hecho, ocupó el quinto puesto en el ranking de otoños más fríos desde 1960«, indicó la meteoróloga, al tiempo que aclaró que la llamada «ola de frío» es una clasificación que se da ante ciertas condiciones.
«No cualquier frío duro es ola de frío. Durante tres días consecutivos, la temperatura mínima y máxima deben estar por debajo de ciertos umbrales. Por eso, Bariloche no formó parte de las localidades que se declararon con ola de frío, como El Bolsón y Esquel«, advirtió Fernández.
Recalcó que El Bolsón atravéso 6 días de ola de frío; mientras que Esquel tuvo dos períodos diferentes, de tres días cada uno. Chapelco, por otro lado, registró el récord de temperatura más baja, con 12,6 grados bajo cero el 31 de mayo.
En lo que va de junio, Bariloche apunta temperaturas con valores que alcanzan entre un grado y dos por debajo de lo normal. «Hace mas frío que lo normal en Bariloche y este fenómeno se ve en el noroeste de la Patagonia. En el extremo sur patagónico -en Santa Cruz y Tierra del Fuego-, en cambio, se registran valores más cálidos que los normales. Tienen un grado por encima de lo normal», sostuvo Fernández.
Para el invierno, el pronóstico indica que la Patagonia tenga temperaturas «normales a superiores de lo normal». La temperatura mínima normal de Bariloche en invierno suele ser de 2 grados bajo cero, con una máxima de 7 grados.
Al consultar sobre las causas de escenarios tan extremos, Fernández alegó que son múltiples. «La atmósfera está en continuo movimiento y a veces, aparecen fenómenos en ciertas partes del planeta que repercuten en la circulación de la atmósfera a escala global», expresó. Los ejemplos más conocidos, recalcó, son el Niño o la Niña -de calentamiento o enfriamiento- en el Océano Pacífico.
Fernández aseguró que mayo registró un déficit de lluvias en las región y resultó más seco que lo habitual. En junio, en cambio, se produjeron más precipitaciones especialmente los primeros días, con 46 milímetros en un solo día, 23 milímetros al siguiente y 24, al próximo. «Habría que ver cómo se comporta las próximas semanas. Si no vuelve a llover, el promedio cambia. Pero se esperan fuertes lluvias y nieve en toda la región para estos días«, dijo.
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