Avalancha en Bariloche: revelan que solo una de las personas arrastradas llevaba kit de seguridad

La práctica de esquí de travesía requiere un DVA (Detector de Víctimas de Avalanchas), una sonda y una pala. Deben llevarlos guías y esquiadores en caso de una emergencia.

Solo un integrante del grupo llevaba los tres elementos de seguridad. Foto: archivo

La práctica de esquí de travesía establece la necesidad de contar con kit de seguridad que incluye el DVA (Detector de Víctimas de Avalanchas), una sonda y una pala. El protocolo no solo indica que hay que llevarlos sino también saber usarlos en tanto son claves en caso de alguna emergencia.

«No solo deben llevarlos los guías de montaña sino los clientes. Con la sonda terminás de detectar el lugar donde está la persona; mientras que con la pala, la desenterras», aclaró Julián López, guía de montaña de Bariloche y coordinador del Centro de Información de Avalanchas.

En el caso de las tres personas que fueron arrastradas por la avalancha al sur del refugio López ocho días atrás, López advirtió que solo Augusto Gruttadauria, el segundo sobreviviente, contaba con los tres elementos. «Andrea (Marshall) solo tenía DVA; de hecho, gracias a eso la detectamos. Cristian (Euraskin) también tenía DVA, pero, en realidad, hbaía dejado el suyo en su casa. El que tenía pertenecía a un cuarto integrante del grupo que desistió de subir el cerro a la altura de Roca Negra y pegó la vuelta», acotó López.

Sucede que el día de la tragedia, Eric Karst, un guía de montaña y esquí, se encontró con este grupo decidido a emprender el ascenso para practicar esquí de travesía. La charla fue breve y el guía les sugirió que no avanzaran más allá del refugio porque las condiciones no eran las mejores para permanecer en ese sector ya que había nevado en los últimos días. El cuarto integrante del grupo pegó la vuelta; el resto siguió camino.

López no duda al señalar que «todo falló aquella tarde«. El grupo esquió en un lugar donde «no había que estar» por el peligro, esquiaron «todos juntos» y solo uno tenía todo el material sugerido por protocolo.

«Hubo una estadística que se rompió: una persona sobrevivió 12 horas a una avalancha y la pudimos sacar viva. De todos modos, fue una cuestión azarosa«, planteó López. Pero advirtió que se confirmó una estadística a nivel mundial: «en los días en que los boletines indican peligro considerable muere más del 45% de víctimas en avalanchas. No porque el peligro es más alto sino porque la gente lo subestima. Estos chicos sumaron a la estadística».

El Centro de Información de Avalachas consiste en un programa ad honorem coordinado por la Asociación de Guías de Montaña, sin fines de lucro. Uno de los desafíos es generar información que se distribuye a través de los boletines y, por otro lado, genera formación y capacitación a través de cursos.

«Nuestros cursos están orientados a que la gente pueda usar la información para tomar buenas decisiones. Para saber a dónde ir y dónde no. No alcanza solo con emitir un boletín diario si la gente no lo puede interpretar. Son cursos de estándar alto homologados por la Asociación Americana de Avalanchas», puntualizó.


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