Aurelia es una jubilada de Bariloche que necesita una prótesis de 13 millones de pesos

Tiene Ipross, pero por un error de la Anses, está sin cobertura social.

Aurelia Huala tiene 61 años. Foto: gentileza

La dirigente de carreras de calle de Bariloche, Aurelia Huala, cayó por las escaleras de su casa los primeros días de noviembre, quebrándose el hombro, el codo y la muñeca. Fue sometida a una cirugía de urgencia, pero necesita una prótesis para su hombro que cuesta 13,5 millones de pesos.

«Hoy mi hombro está partido en cinco partes«, explicó esta mujer de 61 años, sin poder ocultar su dolor.

Se jubiló como empleada municipal en marzo y si bien debería tener la obra social provincial Ipross, por un error de Anses, hoy no tiene cobertura social.

«Anses reconoció que, por error, pasó mis aportes a Pami, de modo que quedé sin cobertura de Ipross. Me jubilé con la moratoria, pero nunca dejé de hacer mis pagos», señaló y advirtió: «Me han transmitido que mi situación recién se podría regularizar de acá a enero. Lo cierto es que necesito con urgencia la operación del hombro«.

El presupuesto de la prótesis es de 13,5 millones de pesos, aunque este valor se mantiene solo por cinco días hábiles. «Eso supera ampliamente nuestra economía. Y del Ipross, por otro lado, no tenemos respuesta. Ya agotamos los trámites administrativos, por eso presentamos un recurso de amparo en el Juzgado de Familia», comentó.

Ante la desesperación, la familia de Aurelia organizó una rifa solidaria con diez premios. Cada número tiene un valor de 10 mil pesos. El número de contacto es (2944) 92-6930.

«Tenemos una orden del médico que la atendió en el hospital Ramón Carrillo y que podría operarla ahora nuevamente. Indicó que es urgente. La cirugía le permitiría recuperar su mano y codo, pero necesita la prótesis. Y hoy mi mamá sigue figurando como afiliada de Pami pese a que no tiene esa obra social porque no le corresponde», señaló Raquel Chiguay, la hija de Aurelia.

Recalcó que la mujer no puede hacer ningún movimiento y tiene que dormir sentada. «Lo que más me angustia es verla a ella. Se le caen las lágrimas del dolor o permanece sentadita pensando. Los días pasan y no tenemos respuestas. La alentamos diciéndole que en poco tiempo más, todo esto habrá pasado y que tenemos que pedirle a Dios que nos ayude», dijo Chiguay.

Advirtió que sin cobertura médica es «aún más difícil»: «Los medicamentos cuestan carísimos sin el sello del médico, a la vez los calmantes le afectan el estómgado y también necesitaba un cabestrillo. Son gastos que se van generando», manifestó, al tiempo que pidió ayuda para conseguir una cama ortopédica ya que la mujer debe dormir sentada y lo hace en un sillón con almohadones.


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