Atrapados en alambrados de la Patagonia: miles de guanacos mueren por mes y buscan solución
Un biólogo de Neuquén lidera una inédita investigación para reducir la mortalidad. "El guanaco no es plaga", dijo y habló sobre los incidentes de tránsito.
Las estadísticas son alarmantes. Por día, unos 74 guanacos saltan y mueren enganchados en promedio en toda la Patagonia; en cercos de rutas, campos y estancias.
Estiman que son unas 27.000 muertes anuales por estas barreras que delimitan caminos y propiedades. Convencido de que podría evitarse la mortandad masiva, el biólogo neuquino Emiliano Donadío dirige un estudio pionero en la región, que busca reducir la muerte de estos mamíferos característicos del sur del país. Según un estudio, en 2016 había 1.8 millones de guanacos entre Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz.
Nacido en San Martín de los Andes (Neuquén), Donadío estudió Biología en la Universidad Nacional de La Plata. Hizo posgrados en Estados Unidos y luego trabajó como investigador en el Conicet durante cinco años, en su regreso al país. Ahora, es director científico en la Fundación Rewinding Argentina.
“Si uno recorre distintas rutas de Patagonia, pero especialmente la Ruta 3 y la Ruta 40, por ejemplo, se ven los animales colgados de los alambrados. Es muy impactante”, aseguró a Diario RIO NEGRO y dijo que esa tasa de mortalidad es más alta que la de otros grandes herbívoros.
Desde que inició la investigación en los últimos tres meses, lleva cientos de kilómetros recorridos y cuenta que la triste imagen se repite en las rutas de la provincia de Santa Cruz. Los guanacos saltan el alambrado y un porcentaje de ellos queda enganchado y muere, principalmente crías y subadultos.
El científico partió de la hipótesis que reduciendo la altura de los alambrados podría evitar el desenlace fatal. Fue así como tomó la medida y ahora realiza mediciones para evaluar su efectividad en dos lugares clave: los parques nacionales Patagonia, al sur de Perito Moreno, y el Monte León.
Donadío implementó la remoción de la última hebra de alambre. Según determinaron, debería estar un metro del suelo; mientras que habitualmente supera los 1,20 metros, según científicos de Conicet. Es decir, reducen por lo menos 20 centímetros de altura total en los cercos de rutas y campos.
Su objetivo es medir el impacto de esta medida en el transcurso de un año. La acción ya había sido sugerida por biólogos del Conicet, pero nunca se había implementado ni puesto en práctica para su evaluación. De esta manera, el biólogo busca influir en políticas de conservación a nivel región y hacerlas extensivas a otras partes del mundo.
No solo los guanacos son afectados por esta causa, también sucede en otras partes del mundo con ciervos y antílopes. Millones de kilómetros están cercados en todo el planeta y en términos de conservación, el impacto de los alambrados sobre la fauna silvestre es un problema. Y por eso sigue siendo un desafío aún sin respuesta: el cómo generar una sana convivencia.
Muertes
- 5.5%
- de los guanacos de un año de edad o menos muere en los alambrados y el 0,8% de los adultos también, según el estudio de Andrés Rey en Rio Negro. Eso da la cifra estimativa de 27.000 muertes anuales por esta causa.
Hechos de tránsito por guanacos: otra preocupación
A estos herbívoros no solo se los ve atrapados, también se los ve en las banquinas, bordeando las rutas buscando alimento y calor. En Chubut y en Santa Cruz, el guanaco está la agenda pública y siempre es una temática candente ya sea por la abundante cantidad o por estar involucrados en algunos incidentes.
Sobre los siniestros viales, el científico dijo que las estadísticas muestran que es menor de lo que se cree. “Es mucho menos de lo que algunos actores interesados salen a decir”, polemizó Donadío, aunque de igual manera trabajan para identificar si existen puntos específicos donde estos accidentes son más frecuentes, para tomar medidas.
Según el Informe Anual de Siniestralidad Vial en Santa Cruz, en 2018 hubo dos accidentes por atropellamientos de guanacos: el 1% del total. Desde el Observatorio Provincial de Seguridad Vial de Santa Cruz, la directora María Sanz, aseguró que en 2019 se mantuvo la cifra. “En realidad el problema no es el guanaco”, postuló la funcionaria y habló de las altas velocidades de circulación.
“Existe una presión enorme para controlar las poblaciones de guanacos. Uno de los argumentos que se utiliza es el tema de los accidentes, pero la Provincia ha desmentido eso con su dato», fundamentó. Además, dijo que incide el factor humano y es necesaria la conducción vehicular defensiva en estas zonas.
“Creemos que hay otro manejo que se puede hacer del animal”, postuló el biólogo, en función de aprovechar sus recursos y que no tiene que ver con el fomento a la caza, aunque está regulada por Ley.
“El guanaco no es plaga”
“El guanaco no es una plaga; es una especie que está volviendo a recuperar sus números naturales históricos”, explicó el director científico en la Fundación Rewinding Argentina; sobre un tema que también está en el sentido común del habitante patagónico.
El investigador reconoció que es un animal abundante en comparación con otras especies, pero que su supervivencia es “crucial” para el equilibrio ecológico. Además, aseguró que fue blanco de “caza de control” durante décadas, lo que los redujo en número.
Según los científicos de la Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamíferos, “la población actual de guanacos en Argentina representa apenas el 10 % de lo que supo haber”, argumentó.
Crear políticas de conservación
Al fin y al cabo el estudio busca medir la efectividad de la acción. “Si los datos muestran que los animales se enganchan menos, esta medida podría convertirse en una herramienta probada y útil para la conservación del guanaco en general y de sus movimientos migratorios en particular”, señaló.
Además, Donadío dijo que probar esto, podría beneficiar también otras especies silvestres y hasta generar cambios en la legislación sobre el manejo de alambrados en áreas protegidas, incluso en otros países.
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