Ataque de perros en Bariloche: necesita una operación, pero el hospital no tiene insumos
La mujer de 27 años fue atacada por ocho perros cuando circulaba en moto al sur de Bariloche.
«Me preocupa perder la movilidad de mi pierna si no me operan en estos días«. Ruth Díaz conducía su moto por la calle principal del barrio 645 Viviendas, al sur de Bariloche, el último sábado por la noche, cuando fue atacada por ocho perros.
«Bajé un poco la velocidad cuando se me vinieron encima, pero no pude hacer nada. Uno de los perros se me cruzó adelante, se me nubló la vista y me caí. Mientras estaba en el piso, debajo de la moto, me empezaron a arrastrar con fuerza«, relató la mujer de 27 años y aclaró que no llegaron a morderla porque estaba muy abrigada.
Ruth sintió un fuerte dolor en todo su cuerpo y en un momento, perdió el conocimiento. «Cuando vuelvo en sí, empiezo a escuchar gritos de los vecinos que ahuyentaron a los perros que, según me dijeron, tiene dueños. La gente llamó a la ambulancia, pero dijeron que tenían pinchada una rueda así que no iba a concurrir», señaló. Finalmente, un familiar de Ruth la trasladó hasta la guardia del hospital Ramón Carrillo.
«Sentía un dolor insorpotable en la cadena, en la clavícula, el codo y sobre todo, en la pierna. Me pasaron calmantes pero no me hicieron efecto. Me hicieron radiografías y una tomografía y, resulta que tengo la pierna quebrada», subrayó.
Según le indicaron los médicos, debe someterse a una intervención quirúrgica aunque el hospital no cuenta con los insumos necesarios. «Me dijeron que está todo atrasado, que no tienen insumos y que hay gente esperando desde hace dos meses hasta por un clavo para la cadera. Lo cierto es que en mi caso, no puede pasar tanto tiempo porque implica que pierdo movimiento en el pierna«, lamentó la mujer.
Dijo que requiere de «una placa y tornillos para la reconstrucción ósea. Estos insumos cuestan alrededor de 4 millones de pesos en Neuquén y 6 millones de pesos en Bariloche«.
Ruth trabaja limpiando casas, pero no está regularizada; de modo que, al no estar trabajando debido al accidente, no está cobrando. Su esposo es camillero y tiene dos pequeños hijos.
«Es preocupante que no me den una fecha estimada para la operación. El martes me colocan unos tornillos en las piernas para evitar que se formen callos porque, en ese caso, sería imposible recuperar la pierna. Le pido a las autoridades sanitarias que me escuchen, que me ayuden. No quiero perder mi pierna. Mis hijos me necesitan bien», señaló.
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