Así trabajan los ganaderos de Neuquén para recuperar los campos arrasados por el sobrepastoreo

Una práctica que no insume grandes inversiones. Cómo pasar de lo seco a lo verde en unos años. Quiénes la realizan en la zona de Aluminé. Avanza la toma de conciencia del mal uso de la tierra.

En un campo familiar ubicado en la zona de Catatún, departamento Catan Lil, en la provincia de Neuquén, Ñaco Rambeaud y Eduardo Zinni ponen todos sus esfuerzos en el terreno para intentar manejar una realidad que lleva décadas arraigada en el quehacer campero y que varios están dispuestos a cambiar: el mal manejo de la tierra y un destino de desertificación inexorable.

La técnica implementada es la Ganadería Regenerativa a través del Manejo Holístico de la tierra y la recomposición de pasturas.

Pasturas regeneradas en campos de Aluminé.


La implementación de este programa en el campo mencionado comenzó hace un par de años y los resultados obtenidos a la fecha son por demás alentadores.

“Nosotros siempre tuvimos como objetivo más que la cuestión productiva la cuestión biológica, transformar un campo de cordillera difícil, duro, muy ventoso, con poca agua y con suelo intermedio entre la roca que está arriba de la montaña y los mallines que están más abajo”, comenta Zinni.

El objetivo era “teñir el campo de verde y en ese proceso descubrimos la ganadería regenerativa, cuyos postulados nos parecieron muy lógicos y se dio justo la posibilidad cuando el Centro Pyme-Adeneu largó una suerte de Grupo de Formación de ganaderos regenerativos y ahí nos anotamos”.

“El hombre a través de su accionar ha cambiado el clima; y la forma de revertirlo, además de no emitir tantos gases de efecto invernadero, es fijarlos a la tierra, almacenarlos, que estén en su lugar”.

Eduardo Zinni, productor ganadero.

Actualmente el campo en cuestión está con ganado vacuno. “En este momento tenemos 115 madres”, dijo el productor.

¿Hacer pastura regenerativa qué cambio les implicó a ustedes y qué beneficios ven?, consultó Diario Río Negro. “Hay que entender en principio que la ganadería regenerativa puede llegar por dos vías, una es la de la producción, la otra es la vía medioambiental. En nuestro caso optamos por la vía del medio ambiente, pero sabemos que esto repercute muy positivamente en la producción, ya que si mejoramos las pasturas vamos a tener más ganado, más sano y una mayor marcación de terneros. Mejora todo”, argumenta Zinni.

Pasturas y árboles, todo sirve para combatir la desertización.


“En estas dos vías uno tiene una responsabilidad humana, moral, de cuidar y preservar la tierra (y asegurar alimentos a futuro), uno no es dueño de la tierra, está de paso”, sostiene convencido.

“El hombre a través de su accionar ha cambiado el clima; y la forma de revertirlo, además de no emitir tantos gases de efecto invernadero, es fijarlos a la tierra, almacenarlos, que estén en su lugar”, y el uso racional del ganado y el pastizal se constituye en uno de los métodos más eficientes y efectivos, explica a este medio.

Un cambio de relación con el campo



“El otro concepto tiene que ver con la ganancia que no es solamente económica, hay una ganancia social ya que la ganadería regenerativa no solo regenera los suelos sino también a las personas, en el sentido de que uno empieza a tener otra relación con el campo. Esto es concreto, nos ha pasado a nosotros en la familia, donde mis hijas y mis nietos, participan y están pendientes de los logros que vamos obteniendo”, sostiene este productor.

Por otro lado “hay una ganancia ambiental que tiene que ver con mejorar el paisaje y tener la certeza que uno está extrayendo de la tierra, pero le está dando más de lo que se extrae”.

“El planeta se está precipitando hacia un punto de no retorno desde el punto de vista climático (y de sobrevida humana), la ganadería regenerativa solo aporta ganancias en todo sentido”.

Eduardo Zinni, productor ganadero.

En un marco donde “el planeta se está precipitando hacia un punto de no retorno desde el punto de vista climático (y de sobrevida humana), la ganadería regenerativa solo aporta ganancias en todo sentido”.

“Desde el punto de vista económico aumenta la producción, se tiene animales más gordos, más sanos, mayor reproducción, más partos, mayor marcación, por lo tanto se va a ganar más dinero”, argumenta Zinni.

Lo especifica de una manera muy práctica. “Como dicen algunos regeneradores es como tener el mismo campo pero de dos pisos, porque acá la idea cuando uno habla de ganadería regenerativa el mensaje es contra intuitivo. Pocos van a entender que la vaca (el herbívoro en general), que fuera sindicada como la desertizadora, la arruinadora de suelos, la contaminadora del medio ambiente, mañana se convierta en la regeneradora y en la salvadora del mundo. Pero es así.”

Cosecha de semillas para continuar con el proceso de regeneración de pasturas y suelos.


“Si en el planeta se hiciera ganadería regenerativa en todos lados podríamos revertir la concentración de anhídrido carbónico en el aire en muy poco tiempo
y regresarlo a valores históricos preindustriales. Los estudios científicos dicen que por cada tonelada de anhídrido carbónico que una vaca expulsa al medioambiente, al mismo tiempo está fijando a través de la ganadería regenerativa entre 3,5 y 4 toneladas de gases de efecto invernadero”, expone el productor.

“La vaca es carbono negativa, fija más carbono que el que emite. Eso no ocurre con el manejo tradicional del rodeo, o con un feed lot, pero si con el manejo regenerativo”, dice Zinni.

Ganancias que deja el manejo regenerativo del campo



En este sentido el balance otorga solo ganancias: “Si Ud. tiene un campo de dos pisos es probable que gane el doble. En general, la gente que hace ganadería regenerativa mínimamente duplica su cantidad de hacienda y muchos la triplican (o más)”.

“La segunda ganancia es que dejará de usar (y gastar) insumos industriales, tercero; se pueden vender los bonos de carbono, y cuarta ganancia, una carne (fibra o leche) con certificación se la van a pagar más”, explica este productor.

Ganadería regenerativa, una práctica que tiene muchas ganancias de todo tipo.


“Desde el punto de vista inmobiliario es muy distinto que usted venda o alquile un campo con determinada cantidad de hacienda, o bien un campo con mayor capacidad de hacienda y verde”.

“Y en sexto lugar, y ya muchos gobiernos lo están haciendo, a la persona que hace prácticas ganaderas saludables (y alimentos saludables) se los premia con una baja en los impuestos y yo espero que en algún tiempo también se esté pagando ese servicio ecológico”, comenta Zinni.

Retención de agua en el campo para mejorar pasturas



Otro servicio que ya se está empezando a hablar cuando se hace ganadería regenerativa es “sobre la retención de agua”.

Según el productor “en todas las inundaciones hay un exceso de agua que puede ser por el cambio climático, pero también hay mucho de agua no retenida por deterioro de la cobertura vegetal y la estructura del suelo, es un factor que poco se tuvo en cuenta. El humus tiene la posibilidad de retener 10 veces más agua que su peso, es una esponja, si no hay cobertura vegetal en el campo y no tiene humus, toda esa agua (y la capa de tierra fértil) baja a las cuencas y termina en las represas y en el mar”.

“Con la ganadería regenerativa se gana por todos lados, económicamente, socialmente, hay un cambio familiar muy grande, la gente vuelve al campo, hay más alegría por producir, hay un resarcimiento moral”.

Eduardo Zinni, productor ganadero.

Entonces, “con la ganadería regenerativa se gana por todos lados, económicamente, socialmente, hay un cambio familiar muy grande, la gente vuelve al campo, hay más alegría por producir, hay un resarcimiento moral”.

¿Cuál es el principio de la ganadería regenerativa?



“Entender que el suelo es un ser vivo, ese es tal vez el concepto más importante.
Nosotros entendemos más o menos lo que es una planta o lo que es un animal, pero nos hemos olvidado que el suelo es un ser vivo, que tiene mucha más vida que lo que se puede ver en superficie. Si Ud. tiene 100 vacas en un cuadro serían unos 50.000 kilos… bueno, abajo hay más de 50.000 kilos de vida”.

El suelo es pura biología y esto no se compra en ningún comercio. Esto lo produce quien maneja bien su hacienda, el verdadero productor.

«Tomar el camino de la Ganadería Regenerativa supone una suerte de contradicción: para “reconstruir se debe deconstruir”.

Eduardo Zinni, productor ganadero.

“Conceptualmente es eso, el primer cambio está en la cabeza, es entender que el ganadero lo que hace es transformar insumos y energía (nutrientes, agua, sol, carbono, oxígeno, etc.) en carne, lana o leche y luego comercializarlo”, dijo Zinni.

Tomar el camino de la GR supone una suerte de contradicción: para “reconstruir se debe deconstruir”. Esto significa olvidar mucho de lo aprendido, de lo consumido. De lo enseñado. De lo propendido por las grandes empresas proveedoras de maquinarias e insumos. Se trata de romper aquellas barreras mentales y psicológicas; reaprender; tener la mente abierta a estas propuestas que ya han sido probadas y aceptadas por transformadoras en todo el mundo. Entender que existe otra forma de hacer las cosas.

Los cuatro procesos ecosistémicos que se deben mejorar



“Hablamos de lo que significa una vaca, una planta y el suelo y la relación entre ellos. El paso siguiente es apuntar a mejorar los cuatro procesos ecosistémicos: el ciclo del agua, el ciclo de los nutrientes, la dinámica de las comunidades y el flujo de energía”, ilustra el productor.

“El agua tengo que retenerla, ¿cómo hago? Puedo hacer canales, regueras, tajamares, pero cuál es la mejor forma de retener el agua: el humus. Es la cobertura vegetal y todo el batallón de bichos perforando y el humus como esponja”, explica sobre el primer paso.

Paso dos: la dinámica de las comunidades. “Esto significa la diversidad en todo sentido, desde fauna micro, meso y macroscópica (bacterias, hongos, insectos, gusanos, etc), tiene que haber plantas de todo tipo, además de la pastura tiene que haber arbustos y árboles, eso es biodiversidad”.

A continuación, el ciclo de los nutrientes. “El pasto, la pradera, necesita ser consumido. Si usted deja la planta esta nace, crece, desarrolla su semilla y se seca. Y no se perenniza. Hay que ver cómo todo ese material se incorpora de vuelta a la tierra y eso lo hace un biodigestor de 4 patas que es la vaca”.

Por último está el flujo de energía, “saber cómo se está aprovechando el sol, cuántas pantallas solares tiene. Si no hay pantallas solares, que son las hojas, no hay aprovechamiento de la energía, el flujo es cero”.

Objetivo: tener cobertura vegetal



“El objetivo es tener cobertura vegetal, mientras más cobertura vegetal habrá más de todo: bichos, herbívoros, agua, animales salvajes, energía”.

¿Cómo se logra eso? Hay varias herramientas… Manejo Holístico no se niega ninguna, ni al fuego incluso ni la tecnología, pero la herramienta principal que tiene la ganadería regenerativa es el pastoreo racional.

“El pastoreo tiene dos acciones, una tiene que ver con el “efecto manada”, que es el pisoteo. En ganadería regenerativa y en esto de la biomimesis se trata de reproducir el accionar del movimiento de las grandes manadas. Usted tiene el pisoteo que rompe la costra, que entierra semillas, que airea suelos. Este pisoteo racional de corto plazo es muy bueno para el piso, pero lo más importante que tenemos que entender es que la planta necesita ser consumida y reciclada”, sostiene Zinni.

“Acá hay 3 personajes: el herbívoro, la planta y el suelo, y está el director de orquesta que sería el productor. Hay que entender la relación simbiótica entre los tres primeros. Saber que son una cooperativa de trabajo/producción de retroalimentación positiva. Y en este trabajo colaborativo la vaca tiene un rol fundamental».

«La planta –como se dijo- necesita ser consumida, salivada, tironeada, defecada y orinada, así está diseñado por la naturaleza (este diseño cooperativo tiene 4.500 millones de años). La vaca es un biodigestor, tritura, digiere, inocula el material vegetal y lo expulsa. Después viene todo un batallón debajo de la tierra que continúa ese proceso. La lógica es clara, necesito reciclar la materia orgánica y aprovechar lo que más pueda la energía solar, el agua y el batallón biológico”.

La importancia del pastoreo y cómo se hace



En todo este proceso el pastoreo es lo más importante, tiene que ser intensivo y corto.

“Porque ¿cuál es el problema con la ganadería extensiva? la planta una vez consumida corta sus raíces y se prepara para el rebrote, si la vaca está adentro y vuelve a comer el rebrote le quita la posibilidad de fijar reservas, esa planta se enaniza y después muere”, explica el productor.

Por el contrario, “si al pasto se le da la paliza, se le deja una reserva de pantalla solar para que se repare y le da descanso, éste rebrota, hace la llamarada de crecimiento y después de un tiempo que fijó sus reservas el animal lo puede volver a comer”. Como se ve el sobrepastoreo tiene que ver más con el tiempo de estadía que con la cantidad de animales.

¿Cómo se hace? En forma pastoril donde una persona va controlando el movimiento de los animales, de acuerdo a un plan, o a través del alambrado eléctrico. Y en esto de planificar, en Manejo Holístico se considera muy importante la planificación, y al respecto se hacen tres: la financiera; la de la tierra y la del pastoreo.

«Esto de la ganadería regenerativa no es patrimonio de un núcleo de intelectuales o de un grupo económico sólido, sino que está al alcance de todo el mundo”.

Eduardo Zinni, productor ganadero.

“En nuestra experiencia el cambio que se produjo en el campo es asombroso. Han aparecido incluso especies vegetales que ni pensábamos que podían estar acá. Te hablo de un campo que las tiene todas en contra y este año, además del verdor del campo, vemos las mejores condiciones de los animales”, cuenta Zinni a Río Negro.

“En ganadería regenerativa se utiliza la tecnología de proceso, acá no hay mayor ciencia que no sea el manejo, por ello el principal enemigo es la cuestión cultural. Pero, si vos te vas comiendo el suelo y no regeneraste vas para atrás”, sostuvo el productor.

“¿Cómo se va a lograr el cambio?: con el ejemplo. Cuando se ve que el vecino no tiene problemas de agua, que aumenta su parición y que su campo se tapa de verde aparece el interés. Si no se hace ganadería regenerativa, en un año de sequía va a tener mortandad, enfermedades, va a vender mal la hacienda… y el que sí la hace no va a tener todas esas pérdidas. GR supone mucho mayor resiliencia”, argumentó Zinni.

“Creo que nadie tiene derecho a contaminar o degradar el ambiente y entiendo que muy pronto van a tener que venir las penalidades porque esto es un problema mundial».

Eduardo Zinni, productor ganadero.

Por último resaltó que “esta tecnología de proceso, aparte de no requerir grandes inversiones, no tiene fronteras económicas ni culturales. Esto de la ganadería regenerativa no es patrimonio de un núcleo de intelectuales o de un grupo económico sólido, sino que está al alcance de todo el mundo”.

“Creo que nadie tiene derecho a contaminar o degradar el ambiente y entiendo que muy pronto van a tener que venir las penalidades porque esto es un problema mundial, el que contamine y desertice tendrá que pagar de alguna manera. No hay ningún indicador de que lo que se está haciendo el hombre vaya a resolver en un futuro la alimentación de una población en crecimiento y el cambio climático. Y esto no lo va a resolver ni con la más alta tecnología, sólo se hará respetando el bien biológico. Y la Ganadería Regenerativa se presenta como tal vez la mejor de las soluciones y debería ser Política de Estado”, sentenció Zinni.


Jorge Martínez, tambero en Aluminé: “No depredamos, estamos reteniendo carbono”



Jorge Martínez es el titular de Altos del Aluminé, una empresa que integra la producción de leche y la elaboración de quesos y dulce,
y por muchas razones un entusiasta de la ganadería regenerativa y el manejo holístico del campo. Una práctica que suma voces a favor y que demuestra con hechos que un cambio es posible a partir de un manejo ordenado de las pasturas y de la hacienda en el terreno.

Vacas lecheras en Potrero de los Toros, un campo que pone en práctica la ganadería regenerativa.


“Nosotros tenemos un tambo sobre la costa del río Pulmarí, en un lugar que se llama Potrero de los Toros, en Aluminé, nos dedicamos a la producción de leche y en Aluminé tenemos la planta donde elaboramos quesos y dulce de leche”, dice el productor en su presentación.

Consultado respecto del manejo regenerativo del campo sostuvo que “el mallín hace cuatro años producía 1.540 kg de materia seca por hectárea y actualmente, después del manejo de pastura y el manejo del pastoreo pasamos a 5.500 Kg el año pasado y este año todavía no tengo el dato, pero seguramente es más”.

“En tres años de manejo ordenado multiplicamos por tres la receptividad del mallín».

Jorge Martínez, productor tambero, titular de Altos del Aluminé.

“En tres años multiplicamos por tres la receptividad del mallín, en ese mallín de 15 hectáreas alimentamos este año 40 vacas durante 9 meses, la pastura te permite soportar esa cantidad de carga”, aclaró Martínez.

En rigor el campo ya tenía cierta disponibilidad de agua “pero estaba con un problema de sobrepastoreo, con un pastoreo mal hecho… y el agua escurría y se iba por la carcava central que en vez de regar, cada vez drenaba más el mallín”.

Aprovechar el agua es fundamental para la recuperación de pasturas.


Eso cambió cuando comenzaron con los trabajos de remediación “y ahora hacemos retenciones y curvas de nivel, en principio para disminuir el escurrimiento rápido, elevando la napa permitiéndonos mejorar la disponibilidad de agua, y por consecuencia mejorar las pasturas”.

¿Qué otras cosas tuvieron que hacer en el manejo? “Pasamos de un pastoreo intensivo a hacer un pastoreo con eléctrico, mucho más intensivo, en parcelas más chicas”, dice el productor.

“La división en parcelas nos permitió dar dos vueltas en el mallín aprovechando el período de crecimiento, nosotros llegamos al campo con las vacas en septiembre u octubre empezando a comer la primer parcela, a la que volvimos 60 días más tarde para hacer un segundo pastoreo, así lo hacemos con todas las parcelas».

“La división en parcelas nos permitió dar dos vueltas en el mallín aprovechando el período de crecimiento».

Jorge Martínez, productor tambero, titular de Altos del Aluminé.

«Eso nos permite que en un mallín de 15 hectáreas podamos dar dos vueltas con esa cantidad de vacas, pastorear dos veces el mismo lugar de manera intensiva, garantizando siempre una sobre oferta de pasturas de primera calidad a cada animal, que es la clave de la productividad, sea para leche, carne o cria”, explicó a Diario Río Negro.

“Yo soy veterinario, nacido y criado en esta zona, mi viejo también tuvo campo acá y siempre me gustó la lechería, y bueno decidí intentarlo, me costó mucho, pero ahora estamos con mis hijos trabajando y tenemos una producción interesante”, comentó sobre su inclinación a las tareas de campo.

Así se ve hoy el campo en la zona de Aluminé.


“Siempre pensé que era un disparate lo que pasa acá, no podemos en Aluminé estar tomando leche que viene de General Rodríguez, a 1.800 km, con lo que cuestan los fletes y la huella de carbono que genera. Y lo que es calidad acá tenemos lugares absolutamente apropiados para producir, creo que no hay demasiado apoyo, porque en realidad la producción de leche se tendría que realizar en todos los valles irrigados de la provincia, que son muchos”, expresó Martínez.

¿Necesitaron una gran inversión para hacer el cambio en el campo? “No, no, no… músculo y cabeza. Las inversiones básicamente fueron a mejorar el riego y el eléctrico: se maneja todo con eléctrico, de hecho, algunos alambres que teníamos internos en el campo los estamos levantando para hacer todo eléctrico. La vaca lechera es muy dócil, una vez que conoce el alambre después aunque esté todo el tiempo desconectado no se acerca, aunque sabemos que también funciona con ganadería tradicional.

¿Obviamente recomendaría el uso de esta técnica de pastoreo? “Absolutamente, la técnica de pastoreo y la técnica del manejo holístico de la tierra, el manejo integral, yo veo campos de acá espectaculares con los mallines totalmente degradados, básicamente por mal pastoreo, por no pasar el tractor, marcar curvas de nivel y hacer regueras para distribuir el agua y evitar que se vaya rápidamente al río”, sostuvo el productor.

¿Cuáles son las ventajas de hacer este tipo de manejo?



“El manejo holístico vale la pena hacerlo por 10.000 razones.
La más importante es que tenemos que revertir la imagen que tiene el común de la gente de la gente del campo, de que estamos depredando y que estamos contaminando con el metano de la vaca. Al contrario, estamos reteniendo carbono”.

Asoma algo de verde en un campo sobrepastoreado, una luz de esperanza.


“Estamos generando trabajo, abriendo ahora la posibilidad de poder vender en algún momento el carbono que estamos secuestrando”.

También aumentamos la producción, la productividad mejora, eso está en los índices, son datos objetivos, no es que a mí me parece”, expresó Martínez.

“El campo que yo tengo, que es una concesión de Pulmarí, cuando lo tomé eran 5 hectáreas de mallín, el resto no había nada. Solo sobrepastoreo de vacas, caballos, chivos todo el año y ahora son más de 20 hectáreas de mallín y creciendo, se está recuperando”.

«Podemos cambiar, podemos trabajar mejor, no es caro, no es imposible, no son técnicas locas ni inventos, a mi el manejo holístico me cambió a la vida”.

Jorge Martínez, productor tambero, titular de Altos del Aluminé.

“Ahora tenemos lugares en el Departamento Aluminé donde se puede ver que la erosión que está habiendo por sobrepastoreo es tremenda. Podemos cambiar, podemos trabajar mejor, no es caro, no es imposible, no son técnicas locas ni inventos, a mi el manejo holístico me cambió a la vida”, sostuvo el productor.

Además hubo otra ventaja que muchas veces no se toma en cuenta y es que “en cuanto a producción pude sumar a mis hijos, la gente joven está muy comprometida con el medio ambiente y ellos están encantados de la vida participando de esto”.

¿La parte comercial como la resuelven?



“Vendemos solo elaborado, quesos y dulce de leche.
Va bien, hay posibilidades de vender toda la producción y si duplicaramos también venderíamos todo”.

Para tener una idea de la producción que tienen Martínez dijo: “el año pasado hicimos 50.000 L de leche, si hubiese sido todo queso son unos 7.000 kg”.

“Tenemos el campo en Pulmarí a 20 km y fabricamos en Aluminé, vendemos un poco al público y el resto en comercios en Villa Pehuenia, Junín de los Andes, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Zapala”.

“Nuestra producción coincide con la temporada de turismo, y el turista no se lleva un queso que compra en cualquier lado, se lleva un pedacito de la Patagonia. Las vacas comen del mallín y toman agua de deshielo de la cordillera, queda mal que lo diga pero es un producto muy bueno el que hacemos porque partimos de tener una leche de muy buena calidad, hay mercado para seguir creciendo y mucho”.

Bonos de carbono ¿Cómo funciona?



“Primero tenés que demostrar tu manejo y tu forma de trabajar. Desde el principio se ha demostrado que el sistema de pasturas o mallines retira más carbono que un bosque. Fijás carbono, lo transformás en pasto, raíces, materia orgánica. Luego la vaca se lo come, abona el suelo y recomienza el ciclo, o sea, que permanentemente están incorporando carbono. El balance es positivo, entonces hay empresas que contaminan por su actividad y para lavar sus pecados deben compensar sus emisiones compran bonos de carbono a aquellos que retenemos carbono para cerrar su balance que debe ser neutro”.

Parcelas regeneradas en la zona de Aluminé.


“Esas empresas están dispuestas a poner plata, que si en Neuquén el Estado presionara a las petroleras para que compren el carbono que se fija en la provincia sería un golazo para todos. No necesitaríamos apoyo del gobierno, ni créditos, ni nada, vendiendo el carbono que fijamos podríamos obtener plata para seguir invirtiendo. En simultáneo, a medida que el suelo retiene carbono, mejora sus condiciones para producir más y mejor, es un circulo virtuoso, el potencial es gigante”.

¿Y la empresa que pone el dinero qué se lleva? “Los bonos que representan tn de carbono retenido y no en la atmósfera, la certificación de que gracias a su plata se está fijando carbono en la Patagonia Argentina, eso le sirve para presentar a los accionistas que compran sus acciones en la bolsa, mejora la imagen de la empresa”.

La ganadería regenerativa suma adeptos en la región, hay interés por el cambio.


“Hay empresas que son certificadores, en Argentina ya se está vendiendo carbono de este tipo. Viene la empresa que certifica, según el manejo que estás haciendo, la cantidad de carbono fijada. Por ejemplo te dicen fijaste 5 toneladas por hectárea y eso vale x cantidad. Eso las empresas te lo pagan a vos condicionado a que sigas invirtiendo, el Gobierno no interviene para nada”.


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