Asambleas ambientalistas y en defensa de los ríos debatieron en contra de las fumigaciones
El mega encuentro busca intercambiar información y aportar herramientas para lograr cambios en la prácticas socioambientales y de producción.
Primer Encuentro Regional de asambleas ambientalistas (foto Gentileza)
Asambleas ambientalistas de la región se reunieron en la escuela de Cuatro Esquinas de Cipolletti (foto Gentileza)
En Cuatro Esquinas, la producción agroecológica se intercala con la producción tradicional (foto Florencia Salto)
Las asociaciones ambientalistas por el cuidado de los ríos en la zona de la Confluencia y las organizaciones en favor de la producción agroecológica se reunieron el domingo en un mega encuentro “de la resistencia” en contra de las prácticas erosivas de la naturaleza y los contaminantes en el Alto Valle.
Entre los grupos organizadores, se contó a la Asamblea Permanente por el Agua del Comahue, Salvemos los Ríos, Asamblea por los Rios Libres, Corazón del Tiempo, Chakra La Minga y la Red Jarilla de las plantas saludables de la Patagonia.
Fue en la escuela 45 de Cuatro Esquinas, Cipolletti, con talleres, conversatorios, intercambio de semillas, “plantines y saberes”, feria de productos agroecológicos y orgánicos.
El primer encuentro regional se denominó “de los pueblos fumigados por el Buen Vivir” en consonancia con la marcha mundial contra Monsanto, Bayer, Syngenta, Bioceres, entre las firmas de referencia.
Fernanda Soto (Trabajadora Social) y Adriana Senfet (Docente) de la Asamblea Permanente por el Agua, explicaron que “no tenemos una visión romantizada de la ecología ni de la lucha socio ambiental”, sino que se trata de una propuesta de buen vivir “con los cambios que se pueden llevar a cabo en la región para que se puedan consumir alimentos producidos de forma sana, con normas de aprovechamiento de agua, con prácticas de consumo y políticas de comercialización”, especificaron.
Adriana aclaró que no fue un espacio de mera crítica respecto al destrato al medio ambiente sino que “efectivamente peleamos por cuestiones concretas y reales; en todo el país hay núcleos que se asocian, producciones vinculadas a la agroecología que se enlazan para demostrar que es posible revertir” las prácticas contaminantes.
“Al mismo tiempo buscamos contribuir el mejoramiento del clima a nivel mundial”, dijo Fernanda.
Desde Cipolletti, Ornella Bellini (productora sin agroquímicos) agregó que desde el nombre de encuentro se buscó visibilizar que “más allá de los productores agroecológicos, somos un pueblo fumigado: la gente de la ciudad consume fruta y verdura que está fumigada”, recordó.
Desde sus redes, las asambleas indicaron que hubo un reconocimiento de la cantidad de «grupalidades activistas» que desde diferentes espacios buscan cambiar el sistema de extractivismo y consumo. Indicaron que se conocerán en breve acciones concretas, en un documento que está en elaboración. «La gran resistencia es fortalecer las prácticas y saberes que defienden la vida», plantearon.
Las ambientalistas recordaron el efecto negativo de las fumigaciones en la salud humana y demás vidas animales y vegetales. “Queremos visibilizar su efecto en la vida cotidiana, hablar de la complicidad de los gobiernos con el agronegocio. Discutimos el acceso a la tierra, la cadena de comercialización, compartimos modos de producción, consumos alternativos y ancestrales”, sostuvo Fernanda.
El encuentro de asambleas ambientalistas buscará articular “la pelea desde abajo y en resistencia, como la maleza”, sonrieron.
Indicaron que son organizaciones que se movilizaron por el agua en Nahueve, en contra del Fracking y las problemáticas territoriales. “Esperamos que se sumen productores, establecer un diálogo y generar cambios en comunidad. Sabemos lo que podemos hacer en pequeña escala, el objetivo es establecer una lucha para la producción en gran escala, encontrarnos y coordinar estrategias”.
Las organizadoras destacaron indignadas el anuncio del gobierno nacional de liberación de la comercialización del trigo transgénico HB4 (resistente a la sequía) que se fumigará con un nuevo componente, el glufosinato de amonio que –aseguraron- “es más tóxico que el glifosato; de esta manera, con el consumo de harinas llega a nuestras mesas algo con lo que nos están envenenando, tenemos que comenzar a cuestionar y poner en tensión a los que lucran con esto”, se indicó.
Agregó que resultaba importante no sólo el cambio de prácticas de producción sino la visibilización del conflicto.
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