Arrancó la segunda convención del animé, el comic y el cosplay en Bariloche
Este sábado y domingo se lleva a cabo la segunda edición de Otaku Con en la sede de Bomberos Voluntarios.
La cita era a las 12 de este sábado. Puntualmente esa hora, decenas de chicos, jóvenes y adultos (muchos de ellos disfrazados) comenzaron a realizar la cola para ingresar a la segunda edición de Otaku Con que se lleva a cabo en el gimnasio Pedro Estremador, a unas pocas cuadras del centro de Bariloche.
Micaela García fue una de las primeras en ingresar a la convención de comic y animé. Junto a su hermano y primos, estaban disfrazados de Los Caballeros del Zodíaco. «Quisimos buscar algo clásico, que todo el mundo conozca. Buscamos el diseño por internet, encargamos la tela a Buenos Aires y mi madre nos ayudó. Nos pusimos en campaña no bien terminó la primera edición de Otaku en agosto. No nos queríamos quedar afuera», dijo la joven.
En uno de los pasillos del gimnasio, una plataforma giratoria permitía grabar videos a 360 grados para Tik Tok, a través del celular. En tanto, una pantalla táctil gigante permitía a los participantes sacarse fotos, agregándoles stickers y la firma.
Una vez más, Emanuel Zuñiga, de Cipolletti, se sumó al evento con un stand. «Tenemos una granja de impresión 3D y nos dedicamos a fabricar props que son accesorios de video juegos, réplicas, cascos, armaduras. Ofrecemos llaveros, figuras articuladas o fijas de Pokemon, Dragon Ball Zeta o Skibidi Toilets (humanos con cabeza de inodoro)», comentó. El emprendimiento lleva 4 años y según indicó, el mercado es amplio ya que «el 80% de los jóvenes o adolescentes acceden a plataformas y se les facilita el acceso al animé».
Un poco más cerca del escenario donde se presentaban bandas en vivo, Eluney Hualquimir y Clarisa Bustamante, de Cipolletti, vendían golosinas, snacks y bebidas de Japón y Corea. También ofrecían productos mexicanos, como salsas picantes, «ideales para compartir un animé o una serie coreana. «Solo trabajamos en este tipo de ferias. Si bien son productos importados y está pensado a precio dólar, no es caro. Los Pocky, unas galletitas japonesas, cuestan 4.500 pesos y las gaseosas que se llaman Ramune, 5.000 pesos. Los chicos los conocen y saben más que nosotras«, bromearon.
Mientras tanto, la escuela de artes marciales Wu Shu Tao se preparaba para hacer una demostración de esgrima oriental con espadas japonesas. «Es la misma que se ve en los animé«, explicó Ciro Bellono.
Los integrantes de Migra Style de Bariloche proponían talleres de tatuaje y dibujo. «Invitamos a la gente que pruebe tatuar en piel sintética y hacemos lo mismo con la aerografía», explicaron. En un rincón de la sala, también se proponía una demostración de maquillaje de efectos especiales, mientras Alejandro Fanzago se caracterizaba de Guazón. «Le tomará unas cuatro horas porque es automaquillaje«, señaló su compañera Ana Girardi, maquillada como la villana Harley Quinn.
El ilustrador Claudio Aboy, que desde hace más de 10 años realiza dibujos que la productora Disney vende como pósters, ofrecía sus ilustraciones y charlaba animadamente con el público. «Dibujo desde chico. Estudié dibujo de historieta y dibujo artístico. Como siempre me gustó la fantasía y los superhéroes, empecé a mandar muestras para afuera. Un buen día conseguí trabajar para DC Comics haciendo a Batman y Superman. Luego, me convocó Lucas Film cuando la compañía era de George Lucas para dibujar Star Wars. Cuando vendió la compañía, firmé contrato con Disney y Marvel«, contó.
Maite Rossi recorría los stands disfrazada de la Princesa Peach, un personaje del videojuegos de Super Mario Bros. «Participamos de la primera Otaku y nos gustó tanto que no quisimos perdernos esta y por supuesto vinimos caracterizados», dijo la joven. Un poco más adelante, Tomás Cayupan, caracterizado de Itachi Uchiha, un personaje de Naruto, se tomaba fotografías con algunos fanáticos del animé.
Luciano Jaime eligió para disfrazarse al enemigo de un videojuego llamado Lawachurl. «Me gusta elegir personajes que no son tan conocidos. Fue difícil diseñarlo y lo hice con goma espuma y tela mirando el juego», describió.
Sol Manrique, de Bariloche, ofrecía lámparas con diseños de animé y dibujos de Disney. «La hace una amiga que es fanática del dibujo. Tenemos 30, 40 años y pensamos que íbamos a ser las únicas pero acá hay público de todas las edades. Somos muchos. Me encanta este mundo: nos entendemos entre todos», resaltó.
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