Aniversario de Neuquén: Una bodega familiar produce vides en medio de la ciudad

El cemento, los desarrollos inmobiliarios, y un sinfín de razones más, han provocado que la presencia de las chacras se diluya, poco a poco, de la ciudad. Sin embargo, pareciera ser que la bodega Mabellini Wines se abre paso en medio de Neuquén capital.

Hace tan solo 7 años, Carlos Mabellini y Lorena Nicolás Creide iniciaron su proyecto en común cuando comenzaron a implantar con vides las 5 hectáreas que poseen en el barrio Confluencia, a unos pocos cientos de metros del río.

Si bien la bodega está dando sus primeros pasos, es la intención del emprendimiento hacer agroturismo, incluso ya avanzan con los trámites para la habilitación. Su atractivo es claro: “Estar en el verde en el medio de la ciudad”.

Para ir al origen de este emprendimiento tenemos que remontarnos a la infancia de Carlos, allí en Cuatro Esquinas (un paraje de Cipolletti, camino a Cinco Saltos), donde sus nonos elaboraban el vino para los festejos familiares y para agasajar a los amigos. Ese fue el origen de la pasión de Carlos por los vinos, que luego lo llevó a iniciar una colección privada, desde los 18 años.

Su esposa Lorena comentó que “Carlos tenía su sueño de hacer su propio vino y ahí comenzó la decisión” y manifiesta con orgullo: “Es un vino de alta gama, se logró lo que se buscaba para salir al mercado”.

La superficie de Neuquén se suma a las 20 hectáreas que la familia posee en Mainqué, Río Negro. Entre ambos establecimientos obtienen el total de la uva que necesitan para elaborar sus vinos, que en la actualidad son Malbec, Pinot Noir, Merlot, Chardonnay, Cabernet Franc y próximamente un vino rosado.

La bodega tiene capacidad para elaborar 150.000 litros anuales, cuenta con tecnología de alta calidad y algunos de los vinos son estacionados en fudres (cubas) y barricas de roble francés. Si bien hace poco menos de un año que comenzaron a comercializar sus vinos en puntos estratégicos, ya tienen presencia en el Alto Valle, en la zona de Los Lagos, Caviahue, Villa Traful y Buenos Aires.

También piensan en exportar sus vinos, por eso participarán en octubre de la feria ProWine, en Sao Pablo (Brasil). Su primera experiencia internacional se realizará a través de la gestión del Centro PyME-ADENEU, con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI).

“Creo que vamos creciendo a la par de una ciudad que es pujante, que te da la energía para crecer. Soy neuquina, cuarta generación de neuquinos, somos parte del terruño, y queremos dar a conocer nuestro terroir a nivel nacional y en el mundo. Estamos convencidos de que queremos hacer un vino de calidad que esté a la altura de los grandes hacedores del vino en el mundo”, resaltó con orgullo Lorena.

Hacedores de vino por tradición regional

En cuanto a lo que le retribuyen a la ciudad, Lorena considera que su emprendimiento intenta retomar la tradición de la región. “El Alto Valle es el histórico hacedor de vinos del país, en particular a principios del siglo pasado. Eso fue decayendo, pero la bodega nos permite poner en valor algo que se puede lograr bien, un producto de excelencia y calidad para el consumidor”.

Además, la bodega tiene como objetivo transformarse en una alternativa de agroturismo, relacionada a la vitivinicultura, y a minutos del aeropuerto internacional de la ciudad. La empresa también genera mano de obra local. “Tenemos una enóloga mujer que lidera el proyecto, asesores externos y trabajamos siempre con profesionales de la región”, indicó Lorena.

En medio de la ciudad de Neuquén hay una tradición viva, una pasión que empuja y un aire fresco que huele a chacra y uva. Se llama Mabellini Wines.

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