Aires democráticos, hace 30 años se aprobaba la enmienda de la Constitución de Neuquén
Hace tres décadas la Cámara de Diputados, hasta entonces regida por un insoportable 15 a 10, obtuvo una representación proporcional.
La Legislatura de la provincia de Neuquén funcionó, cuando los golpes militares no lo impedían, desde 1958 hasta 1995 con un sistema de representación que hacía de su existencia una verdadera escribanía. El que ganaba, que fue casi siempre el MPN, se quedaba con 15 bancas y el que perdía, con sólo 10.
Hace 30 años se puso a consideración de los neuquinos la propuesta de enmienda constitucional que había sido sancionada por la Legislatura en 1993.
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Incorporaba la representación proporcional por el sistema conocido como D’Hont y la reelección del gobernador, además de algunos derechos no contemplados en la versión original.
Pocos se oponían a semejantes aires de democracia, pero el procedimiento no era el mejor porque la Constitución de la provincia contempla una enmienda sólo para asuntos que no alteren el espíritu de lo que los convencionales de 1957 habían votado (sin el peronismo, claro, porque estaba proscripto).
Y una reelección y la representación proporcional está claro que alteraron mucho el espíritu del texto original.
Que nadie le endilgue al MPN semejante autoritarismo en la forma de representación política: esa Convención de 1957 estuvo dominada por los radicales (de los intransigentes y de los del Pueblo), además de otros partidos más pequeños, incluido el Comunista.
Jorge Sobisch había ganado en 1991 la gobernación con esa promesa, la de la proporcionalidad, pero está claro que lo que le interesaba la reelección. Poco le sirvió porque ni siquiera se pudo presentar: perdió en 1995 la interna del MPN contra un Felipe Sapag que como candidato oficial se impuso por un resultado abrumador en las generales: más del 60%.
Pero esa es otra historia. En marzo de 1994 los neuquinos fueron a las urnas y ratificaron el nuevo texto de la Constitución por una amplia mayoría, de casi el 60%. Los que se resistieron a los cambios fueron esencialmente los más ortodoxos del MPN, identificados con lo que entonces se llamaba “el felipismo”.
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La integración de la Cámara pasó de 25 a 35 bancas, y el resultado de la elección general le dio al MPN una amplia mayoría, con un bloque de 22 diputados. En tiempos de guerras fratricidas en el partido provincial, esa mayoría no le sirvió a Sapag porque el sector sobischista se transformó rápidamente en el más tenaz opositor. El PJ se quedó con 6 bancas, la UCR con 4 y una fuerza entonces nueva, el Frepaso, metió 3 representantes.
La Legislatura había dejado de ser una escribanía y los gobiernos que ejercieron el poder desde 1995 debieron buscar apoyos por afuera, a veces con armas políticas y otras, con procedimientos demasiado oscuros. Hubo votaciones que fueron realmente escandalosas, pero nunca por fuera de las reglas de la democracia.
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