Ain Lihuen, el refugio solidario de Cipolletti

La asociación civil fue fundada hace siete años y se encarga de brindar asistencia a los jóvenes en Cipolletti. Fabián, uno de sus referentes detalló cómo es el trabajo que realizan.

En Cipolletti existen diferentes grupos y organizaciones que mantienen viva la solidaridad y ayuda a las personas que más lo necesitan, en especial los niños. El caso de Fabián Vega y su grupo con el que conformaron una asociación civil es el claro ejemplo de que en la ciudad la colaboración mutua continúa vigente.

Fabián es uno de los integrantes de la asociación civil sin fines de lucro Ain Lihuen. Son seis personas que se encargan de contener a familias con alimentos y organizan eventos solidarios para integrar a los más jóvenes. Entre los eventos que realizan se dedican a festejar el Día del Niño. «Lo hacemos principalmente en varios de lugares de la periferia, más que nada atrás del basural, donde hay un conjunto de viviendas y estamos activos allá con otras asociaciones», comentó.

Hace más de 28 años que vengo laburando. De muy pibe empezamos con un grupo de amigos para un día del niño y ahí quedamos. Algunos fueron quedando en el camino actualmente de ese grupo estoy yo, pero se va sumando gente».

Fabián Vega, uno de los mentores de Ain Lihuen.

Fabián (52) aseguró que esto surgió cuando tenía 18. «La mamá de un amigo hacía leche en catequesis en el barrio Don Bosco. Un día me invitó y coincidió que iban a celebrar el Día del Niño en el Puente 83 y de ahí arranqué. Fue el puntapié y nunca bajé los brazos. Después surgieron otras cosas y hace 7 años se conformó la asociación», relató.

Comentó que previamente a que se funde la asociación, se dedicaban a dictar cursos con salida laboral. «En mi casa teníamos un espacio en el que dábamos cursos de durlock y electricidad, varios que tenían salida laboral», recordó.


«Todo se hace gracias a la ayuda comunitaria»



Fabián remarcó que el trabajo que realizan se debe a las donaciones y ayuda que reciben de parte de los vecinos. «Todo se hace gracias a la ayuda de la comunidad. Hay mucha gente que ya sabe lo que hacemos y nos piden ayuda», dijo. Y contó cómo fue el festejo del Día del niño este año. «No íbamos a hacer el Día del Niño, pero la gente nos lo pidió y lo terminamos haciendo en tres lugares. También lo hicimos en Clemente Onelli, que hace 5 años estamos yendo».

Según comentó, en la localidad inauguraron una biblioteca y «les llevamos más de mil libros y también les llevamos una computadora que nos pidieron».

Estos eventos «son una gran satisfacción, en el momento es medio estresante, pero es satisfactorio», comentó. Y agregó que «uno tiene que estar para ver la felicidad de los chicos cuando reciben algo, un caramelo, por ejemplo. Hacemos los juegos clásicos para que se diviertan, de kermes, los que se jugaban antes. Embolsados, carreras de la soga y esas cosas, es algo muy lindo».

Este año el festejo se llevó a cabo en la Isla Jordán. «Tuvimos una concurrencia de 400 chicos, en el predio de Smata convocamos e hicimos un almuerzo familiar junto con la asociación Gaju», contó.

Adelantó que ya están comenzando a pensar en las Fiestas de Fin de Año. «Estamos pensando en Navidad, se junta alimento no perecedero y se sale a repartir depende la cantidad de donaciones», comentó. Y aseguró que han recibido asistencia del municipio con alimentos para poder organizar estas jornadas.


«No recibimos dinero, solo productos»



Fabián detalló que Ain Lihuen no tiene un manejo económico y la organización de las jornadas se hace exclusivamente con la ayuda de la comunidad. «No nos proyectamos porque no recibimos dinero, solo recibimos productos. Por ejemplo, si solicitamos leche queremos el producto, no tenemos cuenta bancaria«, comentó.

Y explicó que las actividades y jornadas surgen a partir de los pedidos que reciben. «Lo hacemos cuando se va dando, en algún bingo o alguna compra que necesite alguna familia como un remedio. La plata no pasa por la asociación, en todo lo que se hace está siempre la familia abocada, solo damos el apoyo y puntapié. No pasa dinero por nuestras manos«.

Celebración del Día del Niño en el predio de Smata. Los chicos disfrutaron junto a sus familias.


Recordó que en los inicios de la asociación comenzaron a trabajar para los días festivos, pero con el paso del tiempo han ayudado a diferentes personas en la zona. «Primero fue para los días festivos y después casos específicos. Hemos hecho muchas cosas. La primera fue hace muchísimo, fue un chico que necesitaba hacer un trasplante de médula entonces se hizo un peña grandísima. Lograron irse a Buenos Aires y tuvo el trasplante. Otra que hicimos fue cuando se compró una silla de ruedas eléctrica para un chico de las 1200», contó.

Aseguró que todas las actividades contienen el mismo significado para la asociación. Todas son iguales y se le pone el mismo empeño a las actividades, sea chico o grande, hasta hemos salido a pintar escuelas, se han hecho trabajos silenciosos», explicó.


Una asociación que abraza a la comunidad



Las personas que integran la asociación fueron acercándose con la intención de colaborar hasta formar una amistad. «La gente se fue acercando, se fue quedando y fuimos formando una amistad. Gente que colabora todo el tiempo. Cada cual tiene su trabajo y vida y nos convocamos cuando se necesita hacer algo, para nosotros es satisfactorio porque nos queda el recuerdo hermoso», explicó.

Actualmente, además de Fabián, integran Ain Lihuen seis personas más: David, Raúl, Rosa, Belén, Ana y Abraham. «Siempre es lo mismo, uno lo hace y queda hinchado de alegría de que las cosas salgan bien. No hemos tenido problemas, hacemos las cosas transparentes, por algo no recibimos dinero sino eso llama a otras cosas o la gente malinterpreta, siempre pedimos productos».

Además de la asociación, Fabián participó en una escuelita de fútbol. «Fui cofundador de la escuelita de futbol Antártida Argentina y trabajamos en conjunto. Hoy por hoy estuvimos con la escuelita y los chicos que ya tienen 25 o 26 años, algunos ya son papás, cuando te ven en la calle te dicen ‘profe’ y eso te da una alegría enorme. Cuando ves que un chico avanza y lo que hiciste en la vida le sirvió a algunos, te llena el corazón. Ojala le sirviera a todos los chicos que hemos ayudado», opinó.

Con respecto al progreso de los jóvenes, Fabián planteó que «te llena el corazón cuando ves que están en un ámbito que es difícil y los ves que ya salió«. «Cuando veo a los chicos que avanzaron me llena de orgullo, por eso también quiero volver a activar los cursos con salida laboral», aseguró.


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