Agua asegurada hasta el 2024 en la región, pero la sequía no terminó
Está garantizada la provisión para las ciudades, riego e industria, pero la acumulación aun es baja
Hay agua garantizada para las ciudades, industria y riego hasta el 2024, pero no significa que terminó la sequía. Así planteó el panorama a futuro Elías Sapag, presidente del Emhidro y representante de Neuquén en la AIC. ¿Por qué mejoró la situación? por nevadas como las que no había registro en los últimos 15 años. Ahora se espera que las lluvias hagan su parte.
Sapag está a cargo de Emprendimientos Hidroeléctricos Sociedad del Estado Provincial del Neuquén (Emhidro) y representa a Neuquén en la mesa de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC). Fue desde este rol central que llamó, junto a sus colegas, a frenar la erogación de agua para generar la energía que le pedía la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa). Así, en julio del año pasado se declaró la emergencia hídrica que limitó la operación de los embalses.
Ahora, esta perspectiva no cambiará. Sapag aclaró, en su diálogo con AM Cumbre, que Cammesa no podrá pedir que se erogue más allá de los caudales que se fijaron para el riego. Esto es de 170 metros cúbicos por segundo (m3/s) a 280, que llegarán a 320 la próxima semana, para el río Limay aguas abajo de la represa de Arroyito. En el caso del Neuquén pasó de 35 a 90 m3/s. Estos son los caudales que se mantendrán hasta el fin de la temporada, el 1 de mayo de 2023.
El ingeniero explicó que ahora se anhela la llegada de las lluvias de primavera y verano para alimentar a los ríos. Señaló que el Neuquén depende más de la nieve, pero el Limay se nutre de las lluvias. Por eso se espera que las precipitaciones próximas sigan el patrón de las nevadas de julio, que tuvieron un registro que no se había dado en los últimos 15 años.
Prudencia porque los embalses están bajos
Sapag puntualizó que los embalses están a un 70% de ocupación, pero «hay que ser prudentes» porque no se han tenido crecidas. Detalló que si bien los caudales del Limay son muy buenos, con un ingreso de 900 m3/s, en el Neuquén es de 200, cuando la media es de 300 m3/s.
Resaltó que «los embalses están muy bajos» y que «no hemos salido de la sequia y menos de la acumulación». Indicó que el embalse de Piedra del Águila está ocho metros por debajo del máximo y el de El Chocón, nueve metros.
Desarrollada la ecuación, el ingeniero afirmó que desde el organismo que dirige puede garantizar el agua para el 2022 y 2023 y que van a ingresar los caudales necesario 4.000 hectómetros para asegurar el 2023-2024.
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