Advierten sobre riesgo geológico en el área del cerro Tronador y sugieren un plan de contingencia
El informe fue elaborado por el Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) a pedido de Parques Nacionales. El alerta surgió por un aluvión en 2009, con una crecida repentina en la zona del lago Manso.
El Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar) alertó sobre la peligrosidad geológica en la cuenca del río Manso. El estudio abarcó la zona desde la naciente de ese río en el cerro Tronador hasta su desembocadura en el lago Mascardi, uno de los sectores más visitados del parque nacional Nahuel Huapi.
«Al tratarse de una zona con marcado relieve, una compleja geología y geomorfología, sumada a condiciones climáticas de montaña, sísmica y volcanismo activo, presenta una variada y significativa peligrosidad geológica natural», plantearon desde el Segemar.
El alerta surgió el 21 de mayo de 2009, con una crecida repentina y un aluvión en la zona del lago Manso. Se trató de un fenómeno llamado Glof (Glacial Lake Outburst Flood) que significa crecida repentina de un lago proglacial. Esto motivó el pedido del estudio por parte de la Administración de Parques Nacionales.
«Ese aluvión generó un desastre y no hubo que lamentar víctimas porque no había mucha gente en el sector en ese momento. Solo estábamos los que vivimos ahí que somos pocos, en las casas porque el tiempo estaba feo», recalcó un poblador.
El informe fue entregado tiempo atrás a Parques Nacionales recalca que «ante la posibilidad de ocurrencia de otro fenómeno similar, la Administración de Parques Nacionales solicitó al Segemar la realización de una serie de estudios tendientes a evaluar la peligrosidad geológica de la zona y la vulnerabilidad de las instalaciones presentes en la zona «, detalla
El objetivo del trabajo, aclara, fue evaluar la posible ocurrencia de eventos que «pongan en riesgo las vidas de residentes y visitantes de la zona» ya que entre el lago Manso y el paraje Pampa Linda, hay un puesto de Gendarmería Nacional, un centro de informes y una seccional de Parques Nacionales, instalaciones recreativas (hostería, albergue, campings, estacionamiento, miradores) y viviendas particulares.
Inundaciones y caídas de rocas
El estudio especifica que la cuenca superior del río Manso presenta «una gran variabilidad geológica y geomorfológica, un alto relieve relativo y una morfodinámica muy activa y compleja». Por lo tanto, «numerosos procesos naturales activos pueden constituirse en peligrosos o amenazas y afectar de múltiples formas las diferentes actividades humanas que se realizan en la zona«. Se mencionan inundaciones, erosión hídrica y remoción en masa (caídas y avalanchas de rocas y deslizamientos).
Advierte que ese sector presenta «una marcada fragilidad» frente a acciones del hombre. Las inundaciones y la inestabilidad de pendientes son los principales factores de peligrosidad natural, mientras que la degradación del paisaje, de la vegetación y de los suelos, junto con los incendios y contaminación de aguas y suelos, aparecen como «peligros de tipo mixto (natural-antrópico)».
En relación al aluvión del 2009, se determinó que el fenómeno fue disparado por un pico de precipitaciones la semana anterior, «sumado a un crecimiento más rápido del nivel del lago en el período 2008-2009». Sin embargo, advierte el informe, «la peligrosidad natural excede la posible ocurrencia de fenómenos de tipo Glof e incluye procesos más frecuentes asociados a inundaciones y a fenómenos de remoción en masa».
En las cercanías de la desembocadura del arroyo Blanco en el río Manso, se observan numerosas evidencias de la ocurrencia de grandes caídas y avalanchas de rocas, con bloques de varios metros cúbicos acumulados cerca de la ruta. «En algunos casos puede establecerse que se trata de procesos recientes, por lo que este sector presenta una peligrosidad muy alta frente a estos procesos. Es notorio el papel de retención que juega la vegetación arbórea en estos casos», resalta el informe.
Monitoreo de riesgo
El estudio plantea que la zona de Pampa Linda es especialmente vulnerable a inundaciones; mientras que la ruta que une el lago Mascardi con el glaciar Ventisquero Negro lo es a fenómenos de remoción en masa.
Concluye que «casi la totalidad de las instalaciones se encuentran expuestas, tornándolas de alta o moderada vulnerabilidad, de acuerdo a su ubicación con respecto a la planicie aluvial del río y los laterales de los valles glaciarios«. En este sentido, las dos estructuras más vulnerables son el puente de Pampa Linda sobre el río Manso y el pequeño puente sobre el arroyo Blanco.
Para realizar el estudio, se empleó un Modelo de Elevación Digital, mapas geomorfológicos, de pendientes y de peligrosidad, así como se modelizaron diferentes potenciales escenarios de inundación. Finalmente, se evalúo la potencial vulnerabilidad de las principales instalaciones y asentamientos de esa zona.
Los investigadores del Segemar plantearon que el diagnóstico de la situación actual podría ser útil para la toma de decisiones de los organismos nacionales, provinciales y municipales orientadas a la elaboración de planes de prevención y de mitigación de desastres.
Ante los diferentes factores de peligrosidad, se sugirieron dos líneas de acción para reducir los impactos. Por un lado, las medidas estructurales incluyen obras de infraestructura tendientes a disminuir la vulnerabilidad o a mitigar los impactos. Por otra parte, medidas de menor impacto como el monitoreo continuo, un ordenamiento territorial, sistemas de alerta temprana y la elaboración de planes de contingencia y evacuación a partir de la definición de potenciales escenarios de análisis de caudales, niveles del río y condiciones climáticas.
«No hay riesgo inminente», dicen en Parques
Este diario consultó a Parques Nacionales respecto a la puesta en marcha de medidas preventivas, pero no fue posible entrevistar a ningún técnico. Desde el área de prensa manifestaron que «no hay ningún tipo de riesgo inminente«.
«Sin embargo -señalaron-, se trabaja en la capacitación del personal de Parques Nacionales, Gendarmería y Defensa Civil, el monitoreo de la situación, el desarrollo de un sistema de alerta temprana que incluye la instalación de tres estaciones meteorológicas en la zona para la toma de datos y monitoreo y, la elaboración de un plan de contingencia que incluye la definición de posibles escenarios, planes de evacuación y ordenamiento territorial en el caso que ocurra algún evento que lo amerite».
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