Adicciones: cuando lo afectivo resulta clave para la recuperación de los pacientes en Roca
La comunidad terapéutica “La Salida” de Stefenelli es ejemplo de que la internación no es la solución definitiva. Los espacios de contención y los valores son parte crucial de todo tratamiento.
Las cifras sobre el consumo de drogas se dispararon de forma exponencial en las últimas décadas. Y aunque la ingesta de sustancias para uso recreativo tiene en su haber una larga historia, hoy las consecuencias se encuentran mucho más agravadas debido a una cultura que propicia desde edades tempranas un primer acercamiento con la marihuana, la cocaína, el alcohol y un sinfín de otros fármacos sintéticos.
Aulas seguras e integradoras
Son aquellos quienes intentan encender las luces de alerta a la población acerca de sus graves perjuicios, quienes se topan con el mayor número de resistencias. De ahí, la importancia del trabajo mancomunado entre los Estados y las organizaciones sociales, las cuales en muchas ocasiones son las principales en llevar adelante labores de prevención y atención.
Un ejemplo de ello es la comunidad terapéutica “La Salida”, cuya sede principal descansa en una chacra de Stefenelli, en Roca. Aunque debido a la alta demanda pudo diversificarse hacia otros puntos de la provincia.
El centro fue creado en 2010 por Osvaldo Monroy, un pastor menonita y trabajador del Poder Judicial que se mostró interesado -junto a su congregación- en iniciar una ayuda para personas en situación de calle. Pero pronto debieron comenzar a capacitarse en adicciones, ya que muchos de los residentes que llegaban resultaron ser consumidores.
“Nos dimos cuenta de los problemas de drogas en un momento en que no sabíamos nada. Así fue que un grupo de 20 personas decidimos formarnos en el “Programa Vida” para operadores espirituales en adicciones. A partir de ahí empezamos a funcionar como una comunidad terapéutica”, comentó Monroy en diálogo con RÍO NEGRO.
El lugar funciona como espacio de rehabilitación gratuito. Pero quizás debería ser pensado principalmente como lugar para la contención, la aprehensión de valores y la desintoxicación. Procesos que no necesariamente requieren llegar al extremo de una internación.
Monroy remarcó que la demanda para acceder a un tratamiento en el centro es alta. “Cada día se toman seis entrevistas de admisión y muchos deben quedar afuera. Realmente hacemos lo que podemos”, destacó.
Un sentido de vida
La contención y la inculcación de valores “sanos”, son parte fundamental del proceso de rehabilitación de una persona dependiente de las drogas. Aspecto que comprendieron rápidamente las comunidades religiosas abocadas al voluntariado en esta problemática, y cuyas acciones ayudaron a fortalecer.
“Hemos desarrollado un sistema de comunidades ‘sanadoras’ que es la que acompaña, genera vínculos y amistades que permiten sostener el tratamiento. Está muy ligado a las iglesias, donde la persona de acuerdo a sus preferencias elige dónde sumarse. Es lo que verdaderamente le da el éxito al proceso, porque tenemos una inserción en el territorio que ni el Estado puede abarcar”, comentó el director.
Tratamiento: “un traje a medida”
“La solución no está en la internación y hay que dejarlo claro”, comentó enfática a RÍO NEGRO Mabel Dell Orfano, directora ejecutiva de la Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y Adicciones (Apasa). La mujer insistió en la importancia de un pronto abordaje y el no “esperar a tocar fondo”.
“En la medida que una persona puede poner el problema sobre la mesa puede tener una intervención temprana. Si tengo compañeros en el trabajo y una familia al lado, se puede decir: ‘yo quiero cambiar’. Y a lo mejor un espacio como Narcóticos Anónimos sea más que suficiente”, detalló Dell Orfano. La atención precoz ayuda a evitar riesgos de enfermedades, modificaciones neurológicas y trastornos de la personalidad.
Desde la agencia sostienen que no existe una única receta para tratar la dependencia de drogas, sino que debe ser analizada en cada situación particular de acuerdo a la trayectoria de vida. “Cuando tengo un familiar enseguida lo quiero internar y en realidad tengo que ver cuál es la situación y el diagnóstico. Analizar a fondo cuáles son las capacidades de recuperación que se puede tener”, precisó.
La agencia estatal de prevención y atención
La Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y Adicciones (Apasa) fue creada en 2016 por medio de la Ley Provincial N° 5151. Como ente autárquico cuenta con un presupuesto derivado de lo recaudado por Loterías y Casinos, lo que le permite desplegar más de 28 dispositivos de atención en todo el territorio.
Si tengo compañeros en el trabajo y una familia al lado, se puede decir: ‘yo quiero cambiar’. Y a lo mejor un espacio como Narcóticos Anónimos sea más que suficiente
Mabel Dell Orfano, directora ejecutiva de la Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y Adicciones (Apasa)
A través de los Centros Rionegrinos de Abordaje Integral de Adicciones (Craia), articula con municipios y ONG’s una amplia red que cuenta con dos modalidades de funcionamiento. Por un lado permite la “escucha y admisión” para poder plantear los miedos, buscar ayuda y asesoramiento. Y por otro ofrece acceso a tratamientos en modalidad ambulatoria, centros de día o residencias.
En el último año y medio pasaron unos dos mil pacientes por estos dispositivos.
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