A sus 93 años saldó una deuda pendiente y terminó la primaria, luego de servir a la patria toda su vida

A sus 93 años y luego de una larga vida de servicio a su país, Don Carlos Lagos saldó una deuda pendiente. Llegó a su escuela de Loncopué con su maletín en mano y una actitud de determinación que lo caracterizó siempre. Ese día recibió su diploma de egreso de la escuela primaria. Un momento que demuestra el compromiso y esfuerzo de los adultos mayores que tras muchos años cierran una etapa fundamental en sus vidas.

Este también es el caso de Susana Rodríguez, de 70 años y Ester Zapata, de 75, compañeras de Don Carlos Lagos, un amigo que nunca van a olvidar.

Don Carlos inició sus estudios en el 2017 de Loncopué. Sin embargo, su esfuerzo y valentía se remonta años atrás.

Durante el egreso de los estudiantes, sus profesoras contaron un poco de la historia de cada egresado. Muchos se enteraron de que Don Carlos sirvió a la patria durante toda su vida. «Custodió fronteras nacionales, un trabajo que lo enfrentó a situaciones extremas, como estar cara a cara con un puma», relataron las maestras.

No solo se destacó entre los demás por sus vivencias durante su juventud, sino que su actitud y compromiso eran los útiles que nunca faltaban en el maletín de Juan Carlos. Un estudiante que siempre se caracterizó por llegar temprano a la escuela.

Amante de la música, la melodía de poesías y canciones relatadas por el flamante egresado de 93 años adornaban las clases. Nadie se va a olvidar sus participaciones en los actos patrios recitando alguna que otro verso.

Susana y Ester, las compañeras de Don Carlos, ingresaron en el 2019 y se destacaron por su dedicación. «Susana, con su prudencia y entusiasmo, y Ester, con sus modos amables y su sonrisa, son el reflejo de la gratificación que da aprender, más allá de la edad«, manifestaron sus maestras.

A algunos kilómetros, en Zapala, Juan Carlos Mellado y Darío Fuentes se sumaron a la lista de egresados de Las Escuelas Primarias para Adultos.

Juan Carlos se caracterizó como un excelente compañero, colaborador y solidario. Una persona que siempre participó activamente de las propuestas institucionales con gran entusiasmo. Asistió a talleres, viajes, exposiciones y momentos recreativos.

Sus aportes, compartidos en forma de anécdotas fruto de su experiencia, van a quedar en la memoria de compañeros y docentes.

También recordarán «la dulzura y picardía» de Darío, un estudiante con discapacidad, quien con su personalidad supo vincularse afectuosamente con docentes, auxiliares y compañeros, siempre dispuesto a ayudar y compartir sin esperar nada a cambio.