40 años de democracia: el día que Alfonsín pisó el suelo de Neuquén como presidente
Había pasado casi un año desde el día histórico en que Argentina recuperaba la democracia. El mandatario constitucional llegó para ser parte de los festejos por los 80 años de capitalidad. Una jornada histórica para la ciudad que se transformaría luego en la capital de los Derechos Humanos.
En menos de 20 días se celebrará el día en que la Argentina recuperó la democracia con la victoria de Raúl Alfonsín en las elecciones presidenciales de 1983. En septiembre de 1984, la ciudad de Neuquén cumplía sus 80 años de capitalidad y además de los actos oficiales y el tradicional desfile de festejo, la capital iba a tener un regalo especial. El “padre de la democracia” llegaba para ser parte de la celebración.
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Aún quedaban restos del temor y el horror de la década de atrocidades cometidas por la dictadura cívico militar que dejó 30.000 personas desaparecidas, luego de ser víctimas de secuestros y tortura.
La ciudad se colmó en cada una de sus esquinas de grupos de las fuerzas de seguridad y dispositivos especiales. Pero también se engalanó de fiesta. Un gran palco se instaló en la esquina de avenida Argentina y calle Roca, donde el presidente constitucional daría su discurso al pueblo neuquino.
Era un jueves lluvioso y de mucho frío, que no permitían adelantar la primavera incipiente. Sin embargo, nada opacó el festejo.
A las 10.30 de ese día el avión presidencial aterrizó en el aeropuerto Presidente Perón con el mandatario nacional, el ministro de Trabajo, Juan Casella y el secretario de Energía, Conrado Storani, entre otros funcionarios. Una multitud los esperaba enarbolando banderas argentinas.
En el VIP de la estación aérea lo esperaban el gobernador de Neuquén, Felipe Sapag, su par de Río Negro, Osvaldo Álvarez Guerrero, el intendente de la capital neuquina, Jorge Sobisch, ministros y jueces.
Una extensa caravana acompañó el traslado de Alfonsín hacia el municipio capitalino donde se realizó el acto central que se redujo por las condiciones climáticas. Además, se suspendió el desfile.
En su alocución el presidente prometió la construcción de la planta de fertilizantes, Fertineu y la recuperación de las tierras de Pulmarí.
De allí se trasladó al colegio Don Bosco, donde mantuvo una reunión a puertas cerradas con el obispo Jaime De Nevares, de la que también participó el gobernador Sapag. Inmediatamente después, recibió a María Pifarré y Oscar Ragni, quienes le entregaron un documento sobre la desaparición de neuquinos durante la última dictadura cívico militar.
Ya promediando el atardecer de ese jueves, Alfonsín participó de un acto en el que se cambió el nombre de la calle Conquistadores del Desierto por Arturo Illia. Y se le entregaron las llaves de la ciudad.
Cuando la agenda estaba cumplida el presidente fue trasladado al aeropuerto para que el avión presidencial lo regrese a la capital del territorio nacional.
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