30 años del atentado a la Amia: sobrevivió 9 horas bajo los escombros y lo cuenta en Bariloche

Alejandro Mirochnik es uno de los sobrevivientes del acto terrorista perpetrado en Argentina que dejó un saldo de 85 personas muertas.

“Ese 18 de julio, Alejandro se fue en el atentado de la Amia: murió ese Alejandro cordial, ese deportista de élite que se llevaba al mundo por delante, pero renace otro Alejandro: uno más duro, más enojoso, más lastimoso, pero que sigue adelante”. Alejandro Mirochnik permaneció nueve horas debajo de los escombros en Pasteur 633, en ciudad de Buenos Aires, hasta ser rescatado por los socorristas. Es uno de los sobrevivientes del atentado de la Asociación Mutual Israelita Argentina, el mayor atentado terrorista en la historia del país, que dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 personas heridas.

A 30 años, el relato de Mirochnik conmueve y estremece. Pero desde los últimos seis años, lo reitera una y otra vez en diversas ciudades del país, con el deseo de que “la gente no olvide y los jóvenes menores de 30 comprendan qué fue lo que pasó”. En esta oportunidad, se presentará a las 15 en la sala de prensa del Municipio de Bariloche, en un evento organizado por Vaad Hakehilot de Amia (Federación de Comunidades Judías de Argentina).

Mirochnik tiene 62 años y está jubilado. En 1994, trabajaba en el departamento de prensa en el edificio de la Amia. Esa mañana del 18 de julio, los diarios no habían llegado al edificio y fue a buscarlos a dos cuadras para hacer “la síntesis de prensa”. De regreso, tomó el ascensor con el paquete en mano. El reloj marcaba las 9.53. De repente, sintió que el elevador comenzó a descender a toda velocidad hasta tocar fondo. Sintió una lluvia de piedras sobre su cabeza, un desgarrador dolor en una de sus piernas y una nube de polvo cubrió la estructura del ascensor que, según supo después, fue lo que le salvó la vida.

En ese momento, pensó que se trataba de un accidente. Gritó pidiendo socorro, pero no obtuvo respuesta hasta que, de pronto, escuchó el sonido de un helicóptero sobrevolando la zona. También se escuchaban movimientos de máquinas.

Mirochnik recuerda cada detalle de ese 18 de julio de 1994. Foto: Chino Leiva

“De golpe, hubo como una luz que me permitió ver que mi pierna estaba quebrada. Logré pararme como pude y empecé a subir por el agujero del ascensor. Se veían escombros gigantes. Cuando veo la bota de un bombero y le grito: ‘Los boludos de seguridad ¿no se dieron cuenta que se cayó el ascensor?´. Me explica que todos estaban muertos porque habían tirado una bomba y se habían caído como cinco pisos por la explosión”, detalla.

En ese instante, le explicaron que estaba a dos metros de distancia de los bomberos, le pidieron paciencia y le arrojaron una manguera de oxígeno y una campera para que cubriera su cabeza a fin de resguardarse de las piedras que seguían cayendo. Ya eran las 15, habían pasado cinco horas de la explosión.

“En ese momento, yo era campeón argentino de triatlón, un deporte que combina la natación, la bicicleta y el pedestrismo. Estaba entrenado porque en diciembre tenía pensado correr el primer triatlón con distancia Iron Man -4.000 metros de natación, 180 kilómetros de bicicleta y 42 kilómetros corriendo-”, cuenta. Asegura que mientras estaba atrapado en el ascensor, solo atinó a imaginarse en una bicicleta, “pedaleando sin dolor”. Se alentaba a sí mismo a aguantar hasta que se concretara el rescate.

Durante la explosión, Mirochnik quedó atrapado en el ascensor de la Amia. Foto: Chino Leiva

Los bomberos me pedían que no dejara de hablar porque tenían miedo que me desmayara. Me preguntaban qué hacía, si respiraba, si tenía dolores. Fue muy angustiante, muy desesperante”, reconoce. En un momento, le arrojaron una cuerda con la que pudo sujetarse y salir a la superficie.

“Cuando me suben, me acuestan sobre una camilla y veo que todo estaba demolido. Todo era escombros. Una desolación absoluta. Esa sensación me quebró, me hizo llorar y me agarró miedo. Ya eran las 7.30 de la tarde”, recuerda.

En el atentado, perdió a muchísimos amigos, compañeros de trabajo y también a un tío que trabajaba como mozo en el primer piso de la mutual. “Bernardo era un divino, ayudaba a todo el mundo y como muchos compañeros, quedó entre los escombros”, lamenta.

Mirochnik fue trasladado al Hospital de Clínicas, ubicado a unas pocas cuadras, donde los médicos comenzaron a evaluar la recuperación de su pierna. Dos meses permaneció internado y durante 28 días, debió tener la pierna levantada «en tracción».

“Recuerdo que me visitaban los futuros traumatólogos que estaban haciendo la residencia y cuando el profesor les preguntaba qué harían con mi pierna, alguno sugería amputarla. Escuché de todo. Cuando se iban, le consultaba despeserado a un doctor que tranquilizaba, diciéndome que eran alumnos y que me iba a recuperar”, subraya.

Resalta que nunca dejó de hacer actividad física y siempre mantuvo el buen ánimo.

No solo recuperó su pierna sino que volvió a practicar natación y ciclismo. Los médicos le advirtieron que no podría correr más, “que se dedicara al ajedrez”, que buscara cualquier otra actividad. Sin embargo, desafió todos los pronósticos y ya lleva 12 competencias de Iron Man. “Dos semanas atrás, me quise demostrar de que estoy más vivo que nunca y corrí 50 kilómetros en un Trail de Nono, en Córdoba, en homenaje al atentado a la Amia”, concluye.

Mirochnik relatará su historia en la sala de prensa del Municipio de Bariloche este jueves a las 15. Foto: Chino Leiva

Atentados «en países lejanos»

Constantemente, Mirochnik leía sobre atentados en otros países. Su trabajo lo obligaba a estar informado, e incluso a difundir esas noticias. Pero jamás imaginó ser protagonista de algo así en Argentina.

“Solíamos decir: ‘Mirá vos, lo que pasa en Israel, en Medio Oriente, en distintos países del mundo´. Cuando salí de los escombros, quedé shockeado. Eso que pasaba en otro países tan lejanos, hoy ocurría en Buenos Aires”, comenta este hombre que es profesor de Educación Física, entrenador de natación y atletismo, preparador físico, guardavidas y psicólogo social.


Ese 18 de julio, Mirochnik concurrió a trabajar como siempre. Unos días antes, había pedido tomarse unos días de vacaciones que tenía acumuladas, pero se las habían denegado.


Actos en Buenos Aires y Neuquén

Como todos los años, el acto central por el aniversario del atentado se realizará hoy a las 9.53 en la sede de la AMIA, en Buenos Aires, donde se renovará el pedido de justicia por parte de las autoridades de la mutual, los representantes de la comunidad judía y familiares de las víctimas. En la ceremonia estará presente el presidente Javier Milei, junto a sus pares de Uruguay y Paraguay, Luis Lacalle Pou y Santiago Peña.

A la misma hora, la Daia Filial Neuquén convoca a un acto en la sede de Alderete 1700. También habrá actos conmemorativos en Cipolletti, Allen y Viedma.


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