Recuerdan a Carlos Fuentealba: reflejan el hilo conductor con el gobierno actual de Milei
Se cumplieron 18 años de su asesinato. Una marcha recorrió el centro de Neuquén.
“¡Carlos Fuentealba!” grita el conductor de la camioneta que encabeza la marcha; “Presente” contestan docentes, maestros, sindicalistas, vecinos, referentes sociales. “¡Carlos Fuentealba!”, insiste, “Presente”, replican las personas que caminan en las más de ocho cuadras por el centro de Neuquén. “¡Carlos Fuentealba!”, dice una vez más, y la respuesta punza: “Presente”.
La muchedumbre sube a la exRuta 22, cortada momentáneamente para dejar subir a quienes un 4 de abril de 2025, una vez más, marchan para recordar que al maestro Carlos Fuentealba, hace 18 años, sobre esa misma ruta, pero a la altura de Arroyito, lo asesinó el policía José Darío Poblete, integrante del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) en el contexto de la manifestación de docentes, tras haber acordado con la policía que se retirarían de la ruta. También para señalar – como se comprobó en el segundo juicio, Fuentealba II – que la cúpula policial tuvo responsabilidades en ese operativo.

Unas cuadras más atrás marcha Walter Pérez, periodista, integrante de la APDH Neuquén. “La metodología que se usó con Carlos Fuentealba es la misma que se usó con Pablo Grillo – fotógrafo que fue herido en una manifestación en Buenos Aires y que sigue internado recuperando su salud -. La protesta es un derecho«, dice, «y hoy la reivindicamos. El gobierno lo tiene que entender porque la gente va a seguir saliendo”.
A pocos metros de ahí, detrás de la bandera que dice “C.P.E.M. N° 69”, Angélica Moretti docente de la institución dice: “Cada 4 de abril nos convoca la responsabilidad que Carlos siga presente en nuestra memoria”.
A un costado, frente al Monumento a San Martín, cuatro mujeres pegan sobre un film transparente imágenes. De lejos, pareciera que esas imágenes quedan suspendidas en el aire. Obligan a acercarse y mirar. También hay frases pegadas. Una dice: “Las tizas no se manchan con sangre”; otra “No olvidamos, no perdonamos, nos organizamos”; otra “Al maestro con cariño”. La imagen de Carlos Fuentealba con guardapolvo blanco se repite. “Buscamos disputar sentido”, cuenta una de ellas, “es una intervención callejera, nos gusta mucho el collage por eso intentamos trasladar esa técnica a la calle, para cambiar un poco el sentido de la estética de la lucha”. Este sindicato de amigas, como se nombran, son de Neuquén, Cipolletti y de Fernández Oro. No es la primera vez que lo hacen, ya intervinieron paredes, murales, en los 24 de marzo, en el juicio por Otoño Uriarte. “La idea es que esta intervención se multiplique, que la hagan otras personas, que fluya por toda la ciudad”, sumó otra.
A pocos metros de la cabecera, Joaquín Berrud, presidente de la Federación Universitaria del Comahue (FUC), marcha con estudiantes. “Marchamos para que no triunfe el odio”, dice, “en ese sentido siento que el país que intenta instalar Milei está lejos de los sueños de Carlos Fuentealba y de lo que tantos docentes han luchado todos estos años”.

La marcha culmina en el punto de partida. Sobre un escenario Marcelo Guagliardo, secretario general de ATEN, micrófono en mano dice: “El día de hoy obtiene una relevancia histórica, tenemos que reivindicar la lucha que hemos dado durante estos 18 años que implica reconocer por qué peleábamos entonces y por qué lo hacemos hoy. Peleamos siempre en defensa de la educación; por un Estado que garantice salud, educación, vivienda y trabajo, también para repudiar la política de ajuste que atenta contra esos derechos y utilizan las fuerzas represivas para cuidar los privilegios de los sectores de poder”.
Con morral cruzado y pechera de ATEN blanca puesta dice: “El gobierno de Jorge Omar Sobisch tiene un hilo conductor con lo que hoy pasa a nivel nacional con Milei”. Y recordó que Eugenio Burzaco era el asesor en materia de seguridad del gobierno de Sobisch. “Y ahora Burzaco es subsecretario de la ministra Bullrich”, analiza, “no es casualidad, es la conexión de los poderes económicos con la seguridad como respuesta represiva del Estado para contener las protestas que genera el ajuste. Eso que vimos con Macri y con Bullrich, con la desaparición y el crimen de Santiago (Maldonado), la represión y el crimen de Rafael Nahuel, se vuelve a repetir hoy con la misma protagonista: la ministra Patricia Bullrich”.
Para el sindicalista el protocolo de Bullrich actualiza viejas prácticas represivas. “Este protocolo”, dice, “derogó una conquista que obtuvimos por la lucha por Carlos, que fue la prohibición de la utilización de la escopeta lanza gases en el conflicto social. Por eso, no es casual que la respuesta violenta y criminal de la gendarmería hace pocos días en Buenos Aires casi se cobra la vida del compañero Pablo (Grillo)”, grita e insiste, “No es casual”.
“¡Carlos Fuentealba!” grita el conductor de la camioneta que encabeza la marcha; “Presente” contestan docentes, maestros, sindicalistas, vecinos, referentes sociales. “¡Carlos Fuentealba!”, insiste, “Presente”, replican las personas que caminan en las más de ocho cuadras por el centro de Neuquén. “¡Carlos Fuentealba!”, dice una vez más, y la respuesta punza: “Presente”.
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