Sin respuesta al pedido de comedor en Fernández Oro 22-6-03

FERNANDEZ ORO (AC).- En la comunidad educativa de la escuela 137 de esta localidad existe inquietud, porque se ha detectado que entre el alumnado hay chicos con menos peso del normal y dos con síntomas de desnutrición. Sin embargo, ya antes de conocer estos indicadores, y dada la condición social de la población que concurre al establecimiento, se viene solicitando, con el soporte técnico de encuestas, notas de padres, apoyo de la Unter y una presentación oficial de la dirección, la instalación de un comedor, hasta ahora con resultados negativos. «A nosotras nos duelen nuestros chicos. Nos duele que no coman, que no aprendan, o que coman poco y aprendan poco. Nos duele la sordera de los dirigentes y de los funcionarios públicos. Nos duele que nieguen la realidad y que insulten nuestra inteligencia, con tantas excusas y silencios cómplices», dice una declaración dando cuenta del grave problema, firmada por Andrea Arcuri, la responsable de la escuela en cuestión, la 137, y por las docentes Laura La Banca, Marcela del Brío, Laura Villarreal, Claudia Urizz y Mónica Ortiz, entre otras personas. La inquietud sobre la puesta en marcha del comedor se remonta al año pasado, y este año se repitió el pedido, no sin antes lograr de parte del nosocomio local la medición de altura y peso de los alumnos de la escuela para comparar los datos con las tablas nacionales. Bajo peso y desnutrición Surgió entonces la novedad de que hay 14 chicos con bajo peso y 2 con síntomas de desnutrición, y estos resultados fueron derivados a las autoridades sanitarias pertinentes para un posterior tratamiento personalizado. Una vez más, pero ahora con las copias de los resultados de los análisis, encuestas, apoyos de padres y demás volvieron a pedir la instalación del comedor «asumiendo que si bien esto no resolvería el problema de raíz, sí descomprimiría la situación de necesidad o extrema necesidad de alimentación que tienen muchas de nuestras familias». Sin embargo, tampoco hubo suerte, y cuando la secretaria general de la Unter-Cipolletti, Adriana Romero, apoyó el reclamo, la ministra Ana Mázzaro «lo relativizó y descalificó», señalaron Arcuri y las otras docentes. Aún así hubo un alivio porque en mayo, con fondos del plan nacional que referencia el mejoramiento de la calidad de los servicios alimentarios de escuelas en situación de mayor vulnerabilidad económica se pudo servir a los chicos un refrigerio reforzado que, para muchos, se constituyó en la comida fuerte del día, a lo que se sumó la colaboración de comercios y empresas con sus aportes. Con los 500 pesos que se recibieron se gastaron 25 centavos por alumno, sin contar los aportes extras. Y desde el 13 del corriente están sin alimentos para los escolares, a la espera de una nueva partida y del comedor que le pondría un corte al caso.