Siguen sin identificar a los autores los disparos que mataron a Cárdenas y Carrasco

Un perito de Gendarmería declaró que los cartuchos con perdigones letales se dispararon de escopetas. Pero el trabajo que hicieron no pudo determinar de qué armas salieron.

Siguen sin identificar a los autores los disparos que mataron a Cárdenas y Carrasco

El perito de Criminalística de Gendarmería Nacional Luis Alonso declaró hoy lunes en el juicio contra el exsecretario de Seguridad y Justicia de la provincia, Víctor Cufré, el exjefe de la Policía de Río Negro, Jorge Villanova, los exjefes de la Unidad Regional Tercera, Argentino Hermosa y Fidel Veroíza y el extitular de la comisaría 28, Jorge Carrizo, que están imputados por su conducta negligente durante la violenta jornada del 17 de junio de 2010, que finalizó con dos jóvenes muertos y 13 heridos.

Alonso trabajó en la primera etapa de la investigación cuando el fiscal de la causa era Marcos Burgos. El perito formó parte del equipo interdisciplinario con el físico Rodolfo Pregliasco.

Sostuvo ante el tribunal integrado por los jueces Marcelo Barrutia, Juan Lagomarsino y Emilio Riat, que Cárdenas murió como consecuencia de una posta de plomo, pero explicó al tribunal que con una sola posta “no se puede hacer mucho”.

Además, recordó que la posta dio en Cárdenas tras un rebote en una pared y explicó que ese rebote “cambió su dirección”. Por eso, dijo que es imposible determinar de qué escopeta salió el cartucho con la posta de plomo letal.

Alonso se desempeñaba en junio de 2010 como jefe de la Policía Científica del Escuadrón 34 de Gendarmería en Bariloche.

Dijo que las postas analizadas pertenecían a un cartucho 12. Señaló que las postas la puede usar otro cartucho.

En el caso de Carrasco, el perito dijo que tres de las cuatro postas de plomo que recibió la víctima salieron de un cartucho, que se disparó a una distancia de entre 40 y 60 metros. Pero tampoco hay datos del autor del disparo.

Coincidencias

Alonso declaró que las postas de plomo extraídas de las víctimas (una en el caso de Cárdenas y otra del cuerpo de Carrasco) fueron comparadas con aquellas secuestradas en las comisarías tras los hechos y todas coinciden. “Son del tipo doble cero”, destacó. Concluyó que las postas letales salieron de escopetas. No es el primer perito que indica ese dato, pero ninguno identificó hasta ahora a los autores de los tiros.

Hasta ahora ningún testigo vio a manifestantes con escopetas. En cambio, policías declararon que usaron escopetas esa jornada pero negaron el uso de cartuchos con postas de plomo. Aseguraron que sólo emplearon cartuchos antitumultos (con postas de goma). Tampoco hubo policías heridos por postas de plomo.

Por el homicidio de Carrasco no hay imputados. En cambio, la fiscalía atribuye a los policías Víctor Darío Pil, Marcos Epuñan y Víctor Hugo Sobarzo el delito de homicidio en riña de Cárdenas. A esa acusación adhieren las abogadas Natalia Araya y Alejandra Blanco, que representan a la querellante Karina Riquelme, viuda de Cárdenas.

Mientras que la abogada Marina Schifrin es la apoderada de los padres de Carrasco, que también son querellantes.

Los fiscales Martín Lozada y Eduardo Fernández, junto con las querellas, intentan demostrar en el juicio que los exjefes policiales y Cufré con su conducta negligente, sin respetar los protocolos policiales, causaron las muertes de Cárdenas y Carrasco y los 13 heridos.

La acusación sostiene que Cufré, Villanova y Hermosa optaron por trasladarse después del mediodía hasta El Bolsón por una reunión con la familia del médico policial Guillermo Neumann, que había sido asesinado la noche del 26 de marzo de 2010 delante de sus dos hijos pequeños, en lugar de permanecer en Bariloche a dirigir a los policías que reprimían a manifestantes en la zona de la comisaría 28.

El origen de la protesta

Los manifestantes atacaron la comisaría 28 como forma de protesta por el homicidio de Diego Bonefoi, de 15 años, a manos del cabo de la Policía de Río Negro, Sergio Colombil.

El crimen de Bonefoi había ocurrido la madrugada del 17 de junio. El chico vivía a media cuadra de la unidad policial. Colombil fue condenado el 2 de junio de 2011 a 20 años de prisión.

Hoy, declararon en el juicio contra los exjefes policiales Yamile Muena, Patricia Ether Santos y Alejandra Riquelme. Manifestaron que personal policial reprimía a todas las personas, que no se podía respirar por los gases lacrimógenos y que efectivamente los chicos del barrio arrojaron piedras.

Una de ellas fue herida cerca de uno de sus oídos, tuvo una esquirla de perdigón de plomo y fue atendida en el hospital zonal. Muena aún tiene un proyectil en el brazo. El juicio continúa mañana martes a las 9, porque todavía faltan unos 15 testigos y los alegatos.


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