Sigue trabado el proyecto para revisar las leyes de género en Neuquén
El MPN aceptó modificar el plazo de funcionamiento de la comisión especial que pretende crear, pero se negó a ampliar la composición. Logró despacho la licencia por violencia en los tres poderes del Estado.
La creación de una comisión especial para revisar las leyes de género en Neuquén se debatió ayer por primera vez en la comisión de Asuntos Constitucionales de la Legislatura. El MPN defendió los términos de la propuesta del vicegobernador, Marcos Koopmann, y se mostró sólo dispuesto a delimitar el plazo de funcionamiento de esta nueva estructura, que originalmente había sido pensada como permanente.
La comisión tendría el objetivo de analizar de manera prioritaria lo que concierne a las medidas cautelares de protección, que establecen las leyes 2785 y 2786. Esto surgió a raíz del femicidio de Guadalupe Curual, ocurrido en Villa La Angostura. El oficialismo provincial considera que esa evaluación de la legislación la deben realizar exclusivamente representantes de los tres poderes del Estado y que a las organizaciones y colegios profesionales se los invite a opinar.
Este es uno de los puntos de mayor controversia. El Frente de Todos (FDT) sostiene que hay que ampliar la participación.
Otro aspecto de disputa fue el enfoque conceptual (ver aparte), ya que la propuesta de Koopmann habla de “violencia contra las mujeres”.
“Claramente estamos dejando afuera al colectivo de la diversidad”, dijo la diputada Soledad Salaburu (FdT). Su par María Laura Du Plessis (MPN) defendió esta perspectiva: “a nosotros en el tema de la terminología nos ha asesorado la doctora Soledad Gennari (vocal del TSJ), que es nuestro nexo con la Corte Suprema de Justicia de la Nación que tiene una política dedicada a violencia contra las mujeres”. Remarcó que mujeres aludía a “sus tres sentidos” y enumeró “cis, trans y travestis.”
La jefa del bloque del FdT, Ayelén Gutiérrez, a diferencia de Salaburu insistió en que no creía que la comisión sea “la solución”. “Me preocupa que se dirija presupuesto a estas cuestiones cuando hay otras áreas que bien podrían requerirlo para que funcionen”, agregó.
El diputado de izquierda, Andrés Blanco, dijo que no era necesario seguir financiando nuevos organismos. “¿Por qué no discutimos verdaderamente los proyectos que están colocados en la agenda social?”, afirmó.
Se acordó que el tema permanezca una semana más en comisión.
El proyecto de ley que crea la licencia por violencia de género logró el despacho de todas las comisiones y pasará al recinto para votarse, seguramente, la próxima semana.
La iniciativa plantea que podrán acceder todas aquellas mujeres y personas LGBTQ+ que integren los tres poderes del Estado, los organismos de control y extrapoderes (como el Consejo de la Magistratura), entes descentralizados y en las empresas del Estado.
A los cinco días hábiles de solicitada se deberá acompañar la constancia de la denuncia judicial. No tendrá un plazo acotado: las condiciones de la vigencia de la licencia se concederán en función de lo determinado por los servicios de atención y asistencia a las víctimas, o personal de salud tratante.
Hay algunos convenios colectivos en la provincia que ya la han incorporado como es el caso del Registro Civil. Si se convierte en ley regirá para todos y cada uno.
Quienes estén alcanzados percibirán sus haberes sin recortes y el propósito es que se garantice la integridad física y psíquica de la persona y su familia.
En este caso el MPN, que es uno de los impulsores del proyecto, no utilizó el concepto de “violencia contra las mujeres” siendo que la licencia se encuadra dentro de las mismas leyes que la comisión analizaría: la 2785 y 2786.
La violencia por razones de género es un concepto que hace hincapié en las relaciones de poder que sostienen las opresiones. Referirse sólo a las violencias contra las mujeres lo reduce a una dicotomía.
«Los feminismos venimos trabajando críticamente también sobre las propias conceptualizaciones. Un movimiento que se reclama para sí mismo emancipador, problematizador de las naturalizaciones también tiene que estar constantemente revisándose”, explicó Ruth Zurbriggen, activista de la Colectiva La Revuelta.
Y agregó: “Pensar en qué relaciones de poder estamos construyendo nuestras identidades es lo que hace que problematicemos la categoría “mujer”. Del singular al plural, y del plural a las interseccionalidades (los cruces) al reconocimiento de esas relaciones de poder que hace que otras identidades se vean también afectadas por el heteropatriarcado”.
Planteó que desde los feminismos populares o comunitarios lo que se trabaja es en “problematizar las dicotomías en la que nos han instalado, porque esas dicotomías también han generado mucho sufrimiento. En esas relaciones que van mucho más allá de varón-mujer es que no podemos seguir hablando sólo de violencia contra las mujeres”.
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