Si tu perro tiene tos… ¡Cuidado!

Esta patología afecta al sistema respiratorio de los perros y se desarrolla generalmente en ambientes donde conviven varios perros, por esta razón se la llama popularmente “tos de las perreras”. Debido a su elevado índice de contagio suele ser una consulta frecuente en las veterinarias, en esta época del año.
Como ocurre con la gripe en las personas, esta enfermedad se contagia por vía oral y nasal. 
Una vez que el animal ha sido infectado, los agentes víricos pueden ser transmitidos a otro perro durante las dos primeras semanas. 

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De esta forma, cuando un paciente enfermo expulsa los gérmenes patógenos a través de las secreciones respiratorias, otro sano que se encuentre cerca de él puede contagiarse y empezar a desarrollar la enfermedad. 

“Algunos síntomas se presentan como si el animal se encontrara ahogado, o con sus vías respiratorias obstruidas manifestando tos seca, ronca, fuerte y constante y muchas veces acompañada de arcadas”, explica Juan Manuel Montenegro, médico veterinario de Catriel. Y agrega: “Es común que las personas confundan la enfermedad con que el animal se encuentre con algún cuerpo extraño en su garganta como huesos, pelotas, pedazos de maderas y otros objetos”.

Para el profesional ante pacientes con estas características  es fundamental realizar una serie de preguntas relacionadas al ambiente donde se encuentra el animal y sus hábitos y rutinas, la alimentación y su plan sanitario. “Teniendo en cuenta que la tos puede ser generada por múltiples razones es necesario descartar toda posibilidad de que algún objeto extraño esté obstruyendo las vías respiratorias o algún problema cardíaco que esté produciendo esa tos”, indica Montenegro a Río Negro.

En cachorros, perros adultos mayores, hembras gestantes y animales expuestos a situaciones importantes de estrés, que producen una baja en las defensas como estar encerrado en una jaula, se generan causas predominantes para contraer con mayor grado la enfermedad.

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Montenegro aconseja como prevención en esta época evitar las bajas temperaturas, baños al aire libre, evitar el contacto estrecho con canes sintomáticos y por supuesto una buena alimentación y plan sanitario adecuado con el médico veterinario de cabecera.

En caso de contar con el diagnóstico es importante mantener aislado al animal afectado dentro del hogar durante el tiempo que dure el tratamiento. 

Este paso es imprescindible para evitar que se propague la enfermedad y contagie a a perros vecinos. “Una vez aislado, la forma más sencilla de controlar y erradicar la tos de las perreras es mediante antibióticos y antiinflamatorios. Generalmente el tratamiento puede llevar entre 7 y 15 días dependiendo la situación de cada paciente y patologías previas”, señaló Montenegro.