Separación de basura en Los Coihues: la experiencia que rompe con fracasos históricos
La junta vecinal de Villa Los Coihues desarrolló un sistema propio, con muy buena respuesta.
El municipio cuenta desde hace años con ordenanzas y programas de separación de residuos en origen, que han dado muy escaso resultado. Pero existe una experiencia que comenzó a destacarse en los últimos meses en Villa Los Coihues, donde la junta vecinal desarrolló un sistema propio, con muy buena respuesta.
El manejo ordenado de la basura se transformó en un objetivo de alta prioridad para la Junta, que trabaja en equipo con la Asociación de Recicladores Bariloche para asegurarse que el material seco recolectado “no termine en el manto” del vertedero municipal, mezclado con el resto de los desechos, y pueda ser reutilizado.
El municipio tiene legislación abundante sobre separación y recolección diferenciada, pero en los hechos no funciona. La enorme mayoría de la gente saca la basura mezclada y el que no lo hace ve cómo el camión compactador se lleva todo junto, sin discriminación alguna, a pesar de que existe en teoría una indicación de que “miércoles y jueves el operativo es sólo para residuos secos”.
Emilia Genaro, referente de la junta de Los Coihues, explicó que en ese barrio el municipio retira secos los miércoles y orgánicos los lunes y viernes, pero “todo va directamente al manto”, sin destinos diferenciados.
La solución que encontraron fue generar una especie de “trazabilidad” de sus propios residuos y comenzaron en enero con la convocatoria a los vecinos para que lleven a la sede de la jJnta sus bolsas de “secos reciclables” (papel, cartón, envases plásticos, latas, telgopor, vidrios), y en simultáneo acordaron con la ARB para que los retiren con su propio camión.
“La primera vez tuvo tanta repercusión que fue necesario hacer dos viajes, porque uno no alcanzó”, dijo Genaro. Desde entonces lo repitieron mes a mes, con una regularidad ya acordada: los terceros miércoles de cada mes pasa el camión de los recicladores y en los dos días previos los vecinos pueden llevar sus residuos secos a la junta, que destina un depósito con ese fin.
Genaro dijo que son 800 familias las que viven en el barrio y el hábito de separar y recuperar no alcanza a todos, pero está cada vez más extendido. Señaló que el compromiso de agrupar y llevar los residuos al centro de acopio (no sacarlos simplemente al cesto de la vereda) contribuye a crear conciencia.
Otro factor clave es el aceitado esquema de comunicación que la junta mantiene con cada uno de los frentistas. Unos 600 reciben mes a mes un boletín impreso con avisos diversos, incluido el de la basura, con fechas y horarios precisos. Además difunden en su página de facebook y se valen de correos electrónicos, redes de whatsapp y una radio barrial que replica los mensajes y que es muy escuchada.
Según Genaro, también consiguieron muy buenos resultados con los volquetes comunitarios “para residuos de obra y voluminosos”, que la gente aprovecha con alto nivel de prolijidad, ya que “en general cumplen con la indicación de no tirar restos de poda u otros residuos”. Allí van a parar escombros, televisores viejos, colchones y neumáticos, por ejemplo, que también reciben un tratamiento diferenciado.
Como los operativos se transformaron en un ejemplo, desde hace un tiempo la junta solo paga una parte de los contenedores y otros los aporta el municipio.
La presidente de la ARB, Gladis Pichiñanco, dijo que la experiencia que desarrollaron con Villa Los Coihues “es muy buena” y esperan replicarla en otros barrios. El camión está a disposición. Reconoció que la recolección general del municipio no les sirve porque “todo llega mezclado”.
El boletín de Los Coihues es claro en sus consignas. “Si aun no estás separando los residuos, te invitamos a hacerlo. Podés empezar por sumar un tachito en tu casa en el que solo pongas materiales secos y limpios. Lo que vas juntando lo vas guardando y llegado el momento lo acercás a la Junta -adiestra el texto-. Así sumás tu granito de arena para un mundo más limpio y saludable, en todo sentido”.
Otra mirada
El secretario de Servicios, municipal, Eduardo Garza, tiene una mirada menos optimista y considera que la separación de residuos en gran escala es por ahora un problema implosible de resolver, porque la población en general no cumple con las indicaciones. El municipio llenó el centro de la ciudad y también algunos barrios con modernos tachos diferenciados y su respectiva cartelería para recibir basura seca y húmeda. Pero basta abrir con abrir las tapas para comprobar que casi nadie los respeta.
“Igual si la gente separara como corresponde yo llevaría a la planta 100 metros cúbicos de residuos secos por día y la clasificación no daría abasto -aseguró el funcionario-. Hace cinco años que salen de la ciudad los mismos siete camiones por mes”.
Reconoció que la separación “en la práctica no existe” y se mostró escéptico respecto de los intentos para multiplicar legislación sobre el tema, que “no ha servido para nada”.
Señaló que tiempo atrás comenzaron a colocar “puntos verdes” en varios puntos de la ciudad pero muchos “hubo que sacarlos porque la gente no respeta y tira perros muertos, inodoros quebrados, cualquier cosa”.
En Los Coihues pudieron demostrar que es posible comenzar a revertir esas conductas con mensajes claros, difusión permanente y el trato personalizado con los vecinos.
Comentarios