Seis gráficos que definen la desigualdad que existe en el sistema educativo argentino

En nuestro país hay una clara relación entre educación y pobreza. Los grupos sociales marginados son los que tradicionalmente tienen más dificultades para acceder al sistema. Un informe liderado por el Observatorio Argentinos por la Educación muestra con crudeza esta realidad.

Más del 54% de los chicos y chicas son pobres en nuestro país. Un drama que va más allá de la educación.

No es necesario sumergirnos en las frías estadísticas para saber que el nivel de educación es un factor muy importante para poder insertarse en el mundo del trabajo y el progreso.

En la Argentina -como en mucho otros países de la región- hay una clara relación entre educación y pobreza. Los grupos sociales más pobres son los que tradicionalmente menos educación reciben y los que tienen más dificultades para acceder a ella y, por ende, a sus beneficios.

Y esto queda plasmado cuando no hay igualdad de oportunidades en una sociedad. Lo contrario lo define cuando todos tienen las mismas probabilidades de ingresar en el sistema educativo, mantenerse en él, aprender lo mismo y obtener los mismos beneficios de lo aprendido. Lejos está hoy la Argentina de encontrar este último camino.

Seis gráficos reflejan la desigualdad que existe y su relación con la pobreza.

-A nivel nacional, el 93% de los mayores de 25 años terminaron la primaria. Pero hay 10 puntos de diferencia entre los sectores de mayores ingresos (donde la primaria se ha universalizado) y los de menores ingresos, donde solo el 89% completó este nivel educativo.


-En la Argentina el 58% de los mayores de 25 años terminaron la secundaria, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en el ámbito urbano. Pero cuando se desgrana este indicador hay desigualdades significativas: en el decil de ingresos más bajo (de menor poder adquisitivo), solo 3 de cada 10 -un 32% para ser más específico- alcanzaron el título, mientras que el número se triplica en el decil más alto (el de mayor poder adquisitivo), donde cerca de 9 de cada 10 -un 87% en este caso- tienen secundaria completa. En otras palabras, entre los sectores de mayores ingresos y los sectores más pobres de nuestra sociedad existe una brecha de 55 puntos porcentuales en la terminalidad escolar.


-La desigualdad se profundiza al observar los datos de finalización de la educación superior. En el nivel socioeconómico más alto, el 51% de los mayores de 25 años logró completar la universidad (y el 6% además realizó estudios de posgrado). En el otro extremo, en el decil más bajo solo el 2% de la población consiguió terminar la universidad (y virtualmente nadie alcanzó un posgrado).



-La asistencia a escuela pública o privada se asocia estrechamente con el nivel de ingresos. En primaria, el 94% de los estudiantes de menores ingresos (decil 1) asisten a escuelas públicas, mientras que la cifra desciende al 20% entre los estudiantes de mayores ingresos (decil 10): en este segmento, 8 de cada 10 niños y niñas asisten a escuelas privadas.


-Los datos evidencian un alto nivel de segregación socioeconómica, que también se observa en la secundaria, aunque en este nivel hay un predominio mayor de la educación pública. El 93% de los estudiantes de menores ingresos (decil 1) asisten a escuelas secundarias de gestión estatal, mientras que la cifra desciende al 37% entre los estudiantes de mayores ingresos (decil 10).


Definiciones de los especialistas


Si bien el acceso a la educación –inicial, primaria y secundaria– está muy extendido, es obligatorio y está garantizado por ley, la finalización, especialmente del nivel medio, está lejos de ser una realidad y tiene una conexión estrecha con el nivel socioeconómico del estudiante y su familia. Es aquí donde se conectan los conceptos de desigualdad de ingresos y desigualdad educativa”

Ivana Templado, economista de FIEL

La desigualdad educativa es uno de los desafíos más importantes de nuestro sistema educativo. Las trayectorias educativas dependen mucho más del origen de los estudiantes que de sus capacidades. Este informe provee un análisis riguroso para entender la situación, con un foco en la escuela secundaria, donde la desigualdad educativa se hace más evidente. Comprender estos desafíos es el primer paso para abordarlos”

Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial.

Detrás de esta gran división social entre la educación pública y privada, cada barrio y cada escuela congregan grupos cada vez más estratificados. Esta destilación socioeconómica atenta contra la cohesión social, la calidad educativa y la consolidación de la democracia misma. Urge implementar políticas para atenuar la segregación, como la articulación entre las políticas urbanas y educativas, la asignación de aportes al sector privado o los sistemas de inscripción de los estudiantes, para limitar las estrategias selectivas de las escuelas y las familias”

Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación

El informe no deja dudas respecto a la capacidad de nuestro sistema educativo de reproducir las desigualdades sociales. El sistema hace muy poco para emancipar a las nuevas generaciones de las limitaciones de origen. Aunque aumentemos el porcentaje de niños y jóvenes que concurren a la escuela, las distancias relativas entre las jerarquías sociales se mantienen. A las distancias existentes entre quienes terminan o no la secundaria, se agrega la segregación socioeconómica en dos circuitos, el público y el privado, que refuerzan la dinámica desigualadora a través de una socialización que encierra a cada sector en su propio mundo”.

Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO

Comentarios finales


1. La desigualdad educativa se hace más evidente en el secundario. El decil más alto de la población concluye los estudios secundarios en proporciones similares a los de los países desarrollados mientras que en el otro extremo menos de un tercio lo logra. Hay una brecha de 55 puntos en la concreción del nivel medio entre los grupos más y menos favorecidos económicamente.

2. La asistencia al sector público o privado según el nivel de ingresos deja en evidencia el alto nivel de segregación socioeconómica en el sistema educativo argentino. Casi la totalidad de los niños y niñas del decil de menores ingresos, asisten a la escuela primaria pública, mientras que en el extremo de los ingresos más altos, casi el 80% concurre a escuela privada.

3. El 80% de las madres de los estudiantes del sector privado terminaron la secundaria, y de ellas casi el 40% son universitarias. Sin embargo, sólo el 40% de las madres de los niños, niñas y adolescentes que concurren al sector público, culminaron sus estudios obligatorios.


Fuente: Toda la información fue tomada del informe titulado “Evidencia sobre desigualdad educativa en la Argentina”, trabajado por Gabriela Catri, Martín Nistal y Víctor Volman del Observatorio Argentinos por la Educación, con autoría de Ivana Templado (FIEL).


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