Según lo veo: La lógica de la calle
Cuando de la liga se trata, un equipo de fútbol puede ganar el título aun cuando haya perdido varios partidos. En cambio, en otros torneos una sola derrota bastará como para eliminarlo incluso si antes se anotó una larga serie de triunfos apabullantes y no perdiera más partidos en los meses siguientes. Por razones evidentes, en las democracias maduras los conflictos políticos se asemejan más a los partidos de una liga que a los de alguna que otra copa, puesto que la ciudadanía suele dar por descontado que hasta los gobiernos más exitosos perderán algunas batallas sin por eso verse obligados a renunciar; pero parecería que a juicio del ex presidente Néstor Kirchner y, es de suponer, de su esposa la presidenta la democracia argentina es demasiado joven como para permitirse tales lujos. A su entender, aquí la política es un juego de todo o nada en que cualquier derrota podría ser fatal. Se informa que luego de la votación en la Cámara Baja en que se ratificó una versión diluida de la ley de retenciones móviles Kirchner dijo: "Si perdíamos, nos teníamos que ir. El gobierno se caía". Según parece, imaginó que un revés parlamentario hubiera desatado una marejada incontenible de protestas en todo el país y que por lo tanto a Cristina no le hubiera quedado más alternativa que poner pies en polvorosa.
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