Se profundiza la brecha salarial entre los empleados públicos de Neuquén

Crecen las asimetrías entre los distintos poderes. Un mismo cargo en la Justicia más que duplica a otro, con similares responsabilidades y obligaciones, en el Ejecutivo.

Los salarios de los empleados públicos neuquinos muestran grandes diferencias tanto entre los Poderes del Estado como dentro de los organismos que concentra el Ejecutivo. Estas distorsiones se manifestaron aún más durante esta pandemia. Es llamativo cómo con el tiempo estos desvíos tomaron tal dimensión que hoy, un empleado con un cargo definido duplica el salario de otro estatal que cumple sus mismas funciones. Todo depende del organismo el que se encuentre. La justicia en este tema pereciera que tampoco está presente y nadie termina por atender estas distorsiones.

Pero volvamos a las frías estadísticas brindadas por el ministerio de Economía de Neuquén.

En ellas se observa que el costo salarial promedio del empleado público provincial, que se compone del neto (bolsillo) más los aportes del empleado y contribuciones del empleador, se lo ubica en poco más de 103.600 pesos mensuales.

Cuando se desglosan los datos oficiales, queda expuesto que es, en el Poder Judicial, donde comienzan los primeros desvíos. Sus empleados -algo más de 2.400- son los que perciben el salario más alto del Estado neuquino ubicándose cerca de los 250.000 pesos por mes, más que duplica el promedio consolidado del Ejecutivo y cuadruplica al del escalafón General de este último Poder.

Esto quiere decir que el neto (bolsillo) promedio dentro de la Justicia termina entre 170.000 y 200.000 pesos dejando en claro que estos haberes están exentos del pago del impuesto a las Ganancias. Hay que destacar que un Juez de primera instancia cobra un salario con un piso a partir 360.000 pesos, uno de Cámara arriba de 450.000 y en la Suprema Corte los valores ya se ubican por encima de los 550.000 pesos.

Todos números muy altos cuando se los compara con la media salarial que se registra en el sector privado y, más aún, cuando se toma los haberes por fuera de la actividad hidrocarburífera.

El Poder Legislativo, con 670 empleados bajo su órbita, sigue en el listado como los de mejor remuneración. El costo salarial promedio está cerca de los 177.000 pesos, reflejando un neto que va desde los 110.000 y 125.000 pesos. Aquí también existen categorías con valores muy por encima de esta media. Los legisladores, por dar un ejemplo cualquiera, ubican sus salarios netos entre los 200.000 y 220.000 pesos a los que hay que incorporarle adicionales (gastos reservados y desarraigo, entre otros) que, en algunos casos, llegan hasta los 80.000 pesos mensuales.

Los haberes del Ejecutivo son los más rezagados. El gasto salarial promedio mensual se lo ubica en los 97.554 pesos. Este es el Poder que más cantidad de empleados suma: poco más de 65.000 estatales. Entre ellos se encuentran los trabajadores del sistema de Salud, Educación, Seguridad y escalafón General, entre otros. El neto promedio percibido se lo ubica entre los 60.000 y 75.000 pesos dependiendo este valor de los múltiples índices de afectación que tienen los salarios. Dentro del Ejecutivo los valores también se dispersan. Los trabajadores de Salud son los que durante el primer semestre del año percibieron los mejores haberes. Según datos oficiales el gasto salarial promedio en el sistema se lo ubicó en poco más de 135.600 pesos mensuales. Esto lleva a que en el bolsillo le quedan entre 80.000 y 95.000 pesos mensuales. No caben dudas que, dentro del actual contexto de riesgo sanitario que vive todo el país, los haberes percibidos por los trabajadores de Salud en Neuquén son realmente bajos, lo que refleja las prioridades que hoy tienen los tres poderes del Estado frente a este complejo escenario.

El Gobierno destina a Seguridad un costo salarial promedio cercano a los 116.800 pesos lo que lleva a hablar de un neto promedio entre los 70.000 y 80.000 pesos por mes.

En el sistema de Educación la inversión media por salario no llega a los 110.000 pesos. Esto determina un percibido de bolsillo que va entre los 60.000 y 70.000 pesos mensuales.

Por último, se encuentra el escalafón General dentro del Ejecutivo que es el que menor remuneración percibe. El gasto salarial promedio que consume este sector no llega a los 60.000 mensuales.

Datos clave

46.000
son los millones de pesos que el Estado neuquino erogó en estos primeros seis meses del año en salarios.
51%
fue el crecimiento interanual que registró la masa salarial estatal neuquina durante la primera parte de 2020.

Paradojas que emergen

Es llamativo que quienes mejores salarios logran del Estado por lo general son los que más criticas reciben por sus malas gestiones.

La mayor parte de la ciudadanía neuquina tienen una imagen muy negativa de la Justicia, que aparece como el Poder con mayor descrédito.

Los otros dos Poderes no se quedan atrás, pero hoy existe una demanda sobre una justicia que no da respuestas en la mayoría de los casos. Corrupción, intromisión del poder político e idoneidad profesional son los principales cuestionamientos de la sociedad.

Los altos cargos en el Ejecutivo y en el Legislativo (en especial diputados) también son muy cuestionados por parte de los neuquinos. Aquí también el debate pasa por el tema de la corrupción y la idoneidad.


No aparecen los gestos de austeridad ni solidaridad


Desde el inicio de la pandemia, el sector privado fue quien asumió la mayor parte de la crisis. La destrucción de empleo, el desplome de la demanda interna y la suba de costos, definieron un brutal achique de la economía neuquina.

En este contexto, la administración Gutiérrez mantuvo el nivel del gasto púbico apalancado con toma de deuda, frente a la caída de sus ingresos genuinos. Esto determinó que la masa salarial, computando los tres Poderes del Estado, durante el primer semestre de este año, se haya incrementado en más de un 50% en términos interanuales. Como si la crisis no hubiese llegado en el Estado.

La falta de austeridad en el gasto conlleva -como históricamente ocurrió- a una futura suba de impuestos que, si bien en el corto plazo puede llegar a alivianar las cuentas del Estado, en el mediano y largo plazo termina por impactar aún más en el desarrollo económico con menores niveles de recaudación.  

Pero también en esta crisis hay que hablar del costado solidario. Los funcionarios públicos que cobran importantes salarios en determinados estamentos de los Poderes el Estado tampoco dieron señales en medio de la angustia que está generando esta pandemia.

En muchas provincias, funcionarios con salarios elevados -en los tres Poderes- donaron una parte de este para la compra de insumos en la desigual lucha contra el coronavirus. Queda en claro que estas son solo señales que emite la política, ya que este pequeño gesto no ayuda a torcer la inercia de los acontecimientos sanitarios ni fiscales. Pero en Neuquén ni siquiera estos gestos aparecieron.

Sin ir muy lejos, los Poderes de Río Negro tuvieron distintas posturas, que se concentró en la decisión del partido Juntos, que resolvió el aporte del 30% de sus remuneraciones de parte de los funcionarios, legisladores, intendentes y concejales del oficialismo. Con esta medida obtuvieron 11 millones de pesos, que fueron distribuidos entre los hospitales. Por su parte, el Superior Tribunal de Justicia firmó una Acordada, proponiendo una donación “voluntaria y confidencial” para magistrados, funcionarios y empleados. Luego se conoció que el aporte llegó a los 3,5 millones de pesos.


Más empleados públicos por habitantes


Otro de los puntos que llama la atención es la evolución que ha mostrado el crecimiento de la plata estatal en el tiempo.

Este trabajo comenzó su análisis con los datos de dos décadas atrás. La estadística oficial determinaba que existían 70,8 empleados públicos por cada 1.000 habitantes -solo computando los provinciales- en el año 2000 en todo el territorio neuquino. Diez años después esta relación se elevó a 97,5 empleados, para terminar en la actualidad en cerca de 118 empleados por cada 1.000 empleados.

Esta secuencia determina que en Neuquén el crecimiento de la planta de empleados públicos provinciales creció más que proporcionalmente que su población. Sin ir muy lejos, en dos décadas lo hizo a una tasa superior al 65%.

Dos reflexiones. Uno puede pensar que es normal un salto en la cantidad de empleados por habitantes, pero lo cierto es que esa relación por lo general siempre es inversa. Es una cuestión de escala. En la medida que la población crece la presencia del empleado público tiende a diluirse (disminuir).

Respaldada por mucha de la literatura socioeconómica existente, algunos pueden justificar esta tendencia argumentando que, con la mayor carga de empleados, lo que se busca es optimizar los servicios de Salud, Educación y Seguridad que brinda el Estado. Pero lamentablemente, en estos últimos veinte años, no hay estadística que avale estos conceptos. Por el contrario, el deterioro de estos servicios ha sido progresivo en estos años.

La estadística oficial muestra que en el sistema de Salud es donde se observa un mayor crecimiento relativo del personal (por cada 1.000 habitantes) en estos últimos diez años, reflejando un salto del 41% en esta última década.

Tomando en cuenta esta misma relación, la Justicia le sigue en el ranking con un incremento relativo del 35%. Quien menos creció fue el Poder Legislativo con una suba del 7% en la última década.


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