¿Se prepara la Fed para subir los tipos en EE.UU.?
ANÁLISIS:
Esta vez no ocurrió, pero se multiplican los indicios de que la Reserva Federal (Fed) estadounidense podría subir los tipos de interés en su reunión de noviembre para insuflar oxígeno a la débil coyuntura del país.
El arsenal está muy disminuido, pero el presidente de la Fed, Ben Bernanke, rechaza que no tenga munición para luchar contra la crisis. “En caso de que sean necesarias más medidas, hay disponibles opciones de política monetaria para un estímulo extra”, dijo en el lenguaje seco de la Fed hace unas semanas.
La reunión de ayer de la Fed dejó claro que está abierta la puerta para nuevas ayudas.
Bernanke propuso una serie de medidas, pero la más probable es la compra masiva de bonos del Estado con vencimiento a largo plazo para presionar sobre los intereses y hacer para los estadounidenses aún más atractivos los créditos -ya muy baratos- para comprar coches o viviendas, por ejemplo.
Desde hace semanas los expertos estadounidenses especulan sobre si y cuándo Bernanke podría echar mano a la “QE2” (Quantitative Easing 2 o flexibilización cuantitativa), es decir, la emisión de dinero. Para comprar los bonos el banco central imprime nuevos billetes, medida que genera inflación, algo que en este momento no es un problema.
De hecho, el martes la Fed dejó claro que lo que le preocupa es lo contrario, la deflación, una caída general de precios que es muy difícil de combatir y puede causar muchas dificultades.
En las tasas ya no se puede hacer nada desde diciembre de 2008, cuando se quedaron en el mínimo histórico de entre el 0,0 y el 0,25 por ciento como respuesta a la crisis. En vista de la lenta recuperación los analistas creen que hasta 2012 no será posible para Bernanke volver a subirlas.
Lo irónico es que la pasada primavera (boreal) terminó un gigantesco programa por el que la Fed compró hipotecas y otros créditos de las empresas de préstamos para la construcción garantizados por el Estado Fannie Mae y Freddie Mae, así como bonos soberanos, por valor de más de 1.000 millones de dólares.
Según las estimaciones, debido a este programa las tasas de interés a largo plazo bajaron en medio punto porcentual. Hace unos meses el debate era cómo dejar atrás las medidas de estímulo, pero la debilidad de la coyuntura congeló todas las estrategias de salida.
“Seguimos pensando que el Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal adoptará una política de flexibilización monetaria nuevamente con medios no convencionales a fines de 2010 o principios de 2011”, opinó el economista jefe de Goldman Sachs, Jan Hatzius. El “pilar más probable” es la compra de bonos por 1.000 millones de dólares o más, escribió el experto.
En la reunión de esta semana no hubo cambios, pero en la próxima, del 2 y 3 noviembre, es “posible que sí”, según Hatzius, sobre todo porque se producirá después de las esperadas elecciones legislativas. La Fed no suele hacer cambios antes de las citas en las urnas.
Algunos datos económicos muestran un mejor cuadro de coyuntura y la Bolsa marcha bien. Pero los expertos de Goldman Sachs son pesimistas a corto y medio plazo. Para principios de 2011 calculan un crecimiento anualizado de solo un 1,5 por ciento y un desempleo del diez por ciento.
Actualmente la tasa se ubica en el 9,6 por ciento, y en el segundo trimestre el producto interno bruto (PIB) se expandió un 1,6 por ciento en términos anuales.
ñññHay muchos que se preguntan, sin embargo, si la flexibilización monetaria tendrá efecto en vista de que los estadounidenses ya tienen acceso a créditos baratos. Las últimas semanas los intereses de las hipotecas llegaron por ejemplo a mínimos récord.
¿Servirá entonces la flexibilización cuantitativa? “Podría”, señala Hatzius. Por cada 1.000 millones de bonos comprados debería haber un crecimiento del PIB de medio punto porcentual. “Eso es suficiente para interesar a los analistas económicos, pero no es un crecimiento enorme”.
(DPA)
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