Se gesta algo grande

La radiografía de un equipo que, sin lucirse, tiene el título al alcance de la mano.

En los últimos años, Racing la pasó mal en los torneos de AFA e incluso la temporada pasada, entre los dos campeonatos, sumó menos puntos que en el actual Transición, donde se encuentra a un peldaño de la gloria. Lleva 13 años la Academia sin dar una vuelta olímpica y no juega una Copa Libertadores desde 2003. La actualidad del club de Avellaneda es inmejorable y no sólo porque los muchachos de Diego Cocca tienen las mejores posibilidades de ser campeones el domingo 14 de diciembre. También porque cortaron con un enorme camino signado por la desilusión de no pelear por el premio mayor. Racing no ocupa un podio en el fútbol argentino desde el Apertura 2011 (hace seis torneos), pero esa vez ni siquiera tuvo oportunidades de pelear ya que el Boca de Falcioni fue implacable y salió campeón invicto, a 12 puntos del escolta académico. Desde aquel recordado título en el Apertura 2001, bajo el mando del “paso a paso” y con el Príncipe Diego Milito en el plantel, Racing apenas luchó palmo a palmo en el Clausura 2005 (quedó tercero, con Vélez como campeón). Tuvo varios torneos entre el quinto y el décimo lugar, y otros tantos en el fondo de la tabla. Es más, debió afrontar momentos difíciles de amenazantes promociones. ¿Qué tiene este equipo? Es difícil pensar que Diego Cocca, con un buen pasado en Defensa y Justicia pero aún de carrera incipiente, es mejor técnico hoy que antecesores como Alfio Basile, Diego Simeone y Miguel Russo. Sí logró lo que aquellos no. En un torneo emotivo como hace mucho no ocurría, puso a su “criatura” en la cima y desbancó a un River que era la sensación del momento. La realidad es que hay conjuntos que ofrecen una mejor versión futbolística que la del actual puntero: el Millonario, hasta que la doble competencia lo mantuvo fresco, lo hacía; el ciclotímico Lanús del Mellizo Barros Schelotto ofreció grandes momentos; incluso Banfield propuso más en ofensiva, aunque eso no se condice con la cantidad de puntos cosechados. Pero Racing hizo de la practicidad su lema. Tanto, que desde principios de octubre a Sebastián Saja no le convierten más de un gol (2-0 ante Rafaela). La Academia sumó 22 de los últimos 24, ganó los últimos cinco partidos y mirando hacia atrás, sólo Olimpo logró arrebatarle un par de puntos (1-1, hace seis fechas). Nada le es sencillo a este equipo y no luce, pero sabe lo que busca. Aprieta los dientes en cada jugada, tiene a un Saja que parece un pulpo y se apoya en una estructura granítica de contención, que comienza en el incansable Ezequiel Videla y se sostiene en Luciano Lollo y Jonathan Cabral. No es un equipo que apele a la posesión, como River, pero tiene en Centurión al que pone la inspiración. Le saca jugo a las transiciones veloces y la contundencia de sus atacantes. Milito, el Príncipe que volvió para reinar en sus tierras, hizo tres goles claves en los últimos partidos y aportó toda su sabiduría. Jugar tantos años en Europa le inyectó practicidad y panorama a su cadena “genética”. Es la esencia de este equipo. Gustavo Bou y Gabriel Hauche no se quedaron atrás, el entrerriano con cinco gritos de los 10 que lleva en partidos calientes, y el Demonio con tres, dos en cotejos cerradísimos (Olimpo y Gimnasia). Mejorar en defensa fue el primer paso hacia el éxito para este plantel. Sólo en las primeras seis fechas recibió 10 goles. Videla se hizo caudillo, los centrales mejoraron, desaparecieron las desconcentraciones y el equipo se encaminó. Milito fue determinante en la cancha, pero más en el vestuario. Racing se volvió fuerte anímicamente, al punto que ganó los últimos cinco partidos, cuatro por 1-0. Surgió la fortaleza anímica, que coincidió con la merma futbolística de River en el torneo. El líder suma 38 puntos y será campeón, sin pensar en el Millonario, si vence a Godoy Cruz. Aquel equipo de Mostaza Merlo, con un Milito que recién surgía, sacó 42 unidades. Tenía mucho de éste. La Academia actual, además, rompe la regla con eso de que es imposible pelear rápidamente con un plantel nuevo. ¡14 jugadores! llegaron durante el receso, más de un equipo nuevo. Y Bou fue uno de los entró al final. La última tiene que ver con otro dato insoslayable: por diferentes circunstancias, Estudiantes, River y Central le pusieron suplentes. El Pincha guardó 8 titulares, porque tenía la cabeza en Peñarol, por la Sudamericana; el Millo fue al Cilindro con Marcelo Barovero, Rogelio Funes Mori y nueve habituales relevos; y el Canaya lo esperó con muchos pibes y golpeado por el impacto que le produjo la derrota con Huracán, en la final de la Copa Argentina. Racing está cerca de la gloria y como todos los buenos equipos, pasó por todas las situaciones. Sufrió, gozó, se bajoneó, se recuperó, ligó... Está curtido, tiene oficio y se nota listo para dar la vuelta olímpica. Algo se esta gestando en el interior de este plantel.

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