Se expande hacia el río y las bardas

El Paseo del Bicentenario, la ampliación de la zona donde es posible lotear y la belleza del corredor Viterbori, las tres claves del boom.

Del otro lado de la Ruta Nacional 22, en dirección al río y las bardas, Roca se expande al ritmo de los loteos que surgieron en coincidencia con el Paseo del Bicentenario y la autorización para lotear hasta 500 metros a izquierda y derecha de la avenida Viterbori. Esos dos kms de asfalto reluciente con dos carriles por mano iluminados, sendas peatonales, bicisendas y césped con riego por aspersión construidos con una inversión de casi 8.000.000 de pesos atraen a los que corren, a los que caminan, a los que pedalean, a los que patinan. Y a los inversores: si se toma como punto cero la rotonda de la ruta, hay ocho desarrollos en marcha en los cinco kilómetros que siguen, es decir 638 lotes que esperan a su dueño, aunque algunos ya lo encontraron. Con matices, todos siguen el concepto de los barrios cerrados: alambrados y portones de acceso. “Con esta obra la ciudad marca un rumbo claro de crecimiento norte-sur que en algún momento llegará al río. La consolidación llevará tiempo, estimo que unos 25 años”, opina el arquitecto Maximiliano La Sala, responsable del diseño de dos de los proyectos, “Grand Parc” y “La Campiña”. “La ciudad se expande y es una idea atractiva que lo haga también en dirección al río”, afirma el arquitecto Calalo Genovesi, autor del diseño de “La Pedrera”. Y continúa: “Sin embargo, creo que hay que tener cuidado cuando se avanza sobre las chacras productivas, un tema en el que siempre hubo problemas con la regulación”. Flavio Bertolino observa este movimiento urbano desde su doble condición de operador inmobiliario y propietario de “El Viejo Polo”, el primer emprendimiento sobre la avenida Viterbori y el segundo barrio cerrado de General Roca luego del exitoso Villa del Sol, al oeste de la ciudad, un desarrollo de los 90 donde hoy el metro cuadrado de tierra vale 70 dólares. “Me parece auspicioso el desarrollo hacia el sur, pero creo que a parte de la sociedad roquense todavía le falta cambiar y aceptar que se puede vivir del otro lado de la ruta. ‘El Viejo Polo’ está a sólo 700 metros de la rotonda, pero algunos me dicen que queda lejos... Siempre fui un fanático de cruzar la ruta, de ir hacia las bardas, hacia el río, pero tengo la sensación de que sigue habiendo algún tabú, sobre todo en el sector de mayor poder adquisitivo y que por eso muchos prefieren pagar 120 dólares por metro cuadrado en el centro que comprar a valores mucho más bajos en los loteos de la Viterbori”. Hay quienes sostienen que el boom expansivo de la capital neuquina ya llega Roca. María Julia Profili no se alista entre quienes sostienen esta idea. Dedicada a la actividad inmobiliaria y con la perspectiva que le da tener oficinas comerciales en ambas ciudades, explica que aún no nota corrientes significativas de inversión provenientes de Neuquén, aunque celebra el movimiento que nota hacia las bardas. “El paseo significó un progreso para la ciudad. Y el verde es un lindo entorno para vivir. Hasta hace poco casi no había oferta de este tipo de lotes. Y ahora hay bastante. Sería importante que hubiera líneas de créditos hipotecarios para poder construir: hay que tener en cuenta que al costo de la tierra se suma el de la vivienda”. Para el arquitecto Genovesi, la irrupción de capitales neuquinos es algo que pasará más temprano que tarde. “Con mucha demanda y poca oferta primero fueron a Cipolletti y después a Fernández Oro. Y no hay que olvidar que con la ampliación de la Ruta 22 se va a poder ir de Roca a Neuquén en 20 minutos”. ¿Cómo se ven las cosas desde la municipalidad? El panorama lo brinda Raúl Néboli, director de Catastro: “La ciudad crece por la presión inmobiliaria. Y la mayor demanda cae sobre esta zona, que es a la vez la que tiene más posibilidades de expansión: no hay tierras disponibles en el este, el oeste y el norte. Recordemos que el sur es una zona buscada para casas quintas desde hace mucho tiempo. El Plan Director trazó un camino de crecimiento que se acrecentó con las sucesivas modificaciones. La última, del año pasado, permite lotear 500 metros hacia la izquierda y la derecha del corredor de la Viterbori. El Paseo del Bicentenario es el otro gran factor. Y no hay que olvidar que hace pocos años los pinos de la rotonda no dejaban ver nada. Soria los hizo tirar abajo. Y ahora todo se ve de otra manera”.

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