Se curó de cáncer en plena pandemia: así lo cuenta la productora de moda Eugenia Rebolini
En noviembre pasado le diagnosticaron un linfoma de no Hodgkin y ahora acaba de terminar el tratamiento de modo exitoso. ¿Cómo fue su confinamiento? Lecciones que le deja la enfermedad a esta fashion stylist en plena crisis de Covid 19.
Eugenia Rebolini es una de las fashion stylist más importante del país. No hubo producción de moda de indumentaria, calzado y marroquinería importante que no la tuviera a ella como protagonista. En noviembre pasado, después de dar una charla a aspirantes a ingresar a la industria de la moda llegó a su casa, la reciben sus dos perros y cuando alza a uno de ellos de inmediato siente algo raro en una de sus mamas.
Tu confinamiento fue más que especial. La vida venía a full, con mucho trabajo y un santo día… páfate…te diagnosticaron Linfoma no Hodgkin. ¿Cómo fue ese momento?
Ni bien me lo descubrí fui corriendo a la guardia. Demoraron varias veces en hacerme la eco. Tuve que correr de un lugar a otro hasta poder dar con una atención rápida porque me daba cuenta que era algo que había salido de golpe. Tenía planificado un viaje de trabajo a EE.UU y cuando el mastólogo me dijo que tenía 15 días de espera me aconsejó “andáte nomás de viaje”. Me fui pensando que a la vuelta tendría un resultado que no iba a ser el mejor. En este punto creo que fue bueno porque pude seguir con mi vida y no entrar en pánico. Y cuando volví tuve que ocuparme muy seriamente de internarme: el Fleming tardó mucho en darme los resultados; entonces me fui a lo de la oncohematóloga Astrid Pavlovsky, directiva de Fundaleu. Me recibió maravillosamente y me internó ahí nomás. Soy de las que cuando tengo que actuar actúo. Avanzo dejando todos los sentimentalismos de lado. De hecho toda la quimio fue así más allá de que tuve momentos de muchísima sensibilidad. Es así que puse todo para salir adelante.
¿Cómo fue tu confinamiento en pleno tratamiento del cáncer?
Mi tratamiento empezó en diciembre. Sabía que en Europa el tema del coronavirus se estaba instalando. Es más, me llamaba la atención que los turistas entraban a nuestro país sin ningún tipo de control por esos días. “¡Qué loco esto que nadie tome cartas sobre el asunto!”, pensaba. Mis internaciones eran de 5 días seguido, 24 horas de quimioterapia, cada 20 días. Fueron muy duras y fuertes. Estuve muy guardada y me tuve que cuidar antes que todo el mundo con más razón. Tenía que tener cuidado extremo de los contagios, de no estar con gente, de no ir a lugares públicos. Mi confinamiento empezó en diciembre. Me pelé tras la primera quimio. Decidí que ese iba a ser mi look. Y que me iba a ayudar a asumir más rápidamente la situación. Lo tomé con soltura; quizás me ayudó el que sea estilista y pensar que diferenciarse es una cualidad.
Y finalmente, el tratamiento resultó. En pleno confinamiento te curaste.
La última etapa de mi tratamiento fue marzo-abril. La crisis del coronavirus ya estaba complicada, el país se estaba cerrando. Entonces comencé a tomar conciencia de que ésto iba a ser muy difícil. Lo mío venía bien, mi tomografía también… hablé con mi doctora y le propuse hacer la última quimio más leve y ambulatoria para evitar así más riesgos. Hasta ese momento estaban mis padres que se habían venido del campo a vivir a Buenos Aires para acompañarme, que se turnaban con mis hermanos Luciano y Andrea. Y de pronto nos tuvimos que dejar de ver. Me quedé sola, aislada.
Iba a hacerme las quimio en mi auto para no tomar taxi. Tengo la suerte de tener dos vecinas divinas y valiosas, Lily y Grace que son también amigas, que me compraban las cosas que podían en el barrio. Ah, cuando mi internaban mis dos queridos sobrinos venían a casa a cuidarme los dos perros que tengo. Tuve un buen clan familiar y amistoso a mi lado. Antes del confinamiento tres grandes amigas me visitaban en mis internaciones en Fundaleu y se quedaban a dormir. Una era Matilda Blanco, la otra Milagros Irastorza y también Ani Enriquez.
En Instagram primero se te vio pelada… después con gorrito hablando de tu proceso de curación, hablando de tu vida interior con un tono poético enternecedor… y en las últimas semanas modelando la ropa vintage que tenés en tu guardaropas.. ¿Qué significado le das a la ropa?
Un día me encontré sola en mi departamento preguntándome qué voy a hacer, cómo voy a sobrevivir física y emocionalmente a esta situación. Me preguntaba qué hiciste durante toda la vida cuando la realidad no te gustaba. Cambiarla con creatividad era la respuesta. La creatividad siempre me llevó a los lugares que quise estar. Estaba muy dolorida y frágil física y emocionalmente tras seis meses de quimioterapia. Qué tengo en este espacio que es mío, que me gusta y hace feliz: “mi colección de ropa antigua”, concluí. Ahí nomás decidí que iba a hacerme una foto por día construyéndome una imagen, que es lo que sé hacer, que es mi oficio. Cada mañana me despertaba de modo creativo pensando en el desafío de ese día. Fue muy poderoso. Si bien tenía muy poca fuerza y me cansaba y me tiraba en el sillón a respirar pude reencontrarme con un montón de ropa de colección que hacía mucho que no veía ni tocaba y que la había archivado.
¿De dónde había salido esa ropa?
Era ropa que había llevado a EE.UU en su momento para que se inspiraran diseñadores norteamericanos. Iba a los showrooms y yo era para ellos una catadora de tendencias inspiradoras. Eso lo suspendí luego hasta no hacerlo más. Esa colección -muy valiosa porque es “una de cada” de la primera mitad del siglo pasado- la guardé y hoy la uso para asesorar a marcas de acá o cuando trabajo en proyectos específicos. O la rento. Tienen un uso fílmico y de inspiración.
Entonces…
… sigo, a ropa es un lugar donde estudio y aprendo. Es una pieza de estudio. Cada silueta, cada década es objeto de investigación. Soy autodidacta en esto. Estudié interiorismo. Llegué a la moda primero como modelo, con Tini de Bucourt como madrina. Así empecé a aprenderla. Y después estuve en pareja con el fotógrafo Urko Suaya durante 8 años con quien construimos una marca registrada de estética en los ´90. La ropa en sí es una forma de comunicación muy poderosa, más directa que la palabra. Uno visualiza y decodifica enseguida al otro por su modo de vestir; la ropa indica cómo te sentís, la ropa puede cambiarte el humor.. es multitask. Es lo que envuelve el alma.
El mundo de la moda se está haciendo replanteos que pocas veces antes se lo había hecho. ¿Cómo ves lo sustentable y consumir lo justo?
No soy una gran analista del mercado global a niveles comerciales pero si puede decir que soy muy intuitiva. Y en este sentido, muchísimo antes del confinamiento empecé a sentir que había como un exceso de oferta de ropa de descarte. Que la ropa dejaba de tener el significado que le dábamos antes. La sustentabilidad se tiene que acomodar. Hay mucho discurso mentiroso al respecto. Esto siempre lo converso con Javier Arroyuelo, que es un experto en esto. Hay muchas marcas que hablan de lo sustentable y que en el fondo solo es moda. Hay que volver a revalorizar lo que tenemos porque no se puede deshechar lo material teniendo una realidad tan dura como la que tenemos, especialmente en Argentina. La moda está en profunda crisis, el mercado tiene que modificarse y empezar a pensar de otra manera. Todos estamos entendiendo que el mundo debe ir por otro lado. Los más jóvenes vienen con otra info más adquirida y acorde a estos nuevos tiempos.
¿Cuándo volverás al ruedo como productora y estilista de moda? ¿Cómo te ves en la nueva normalidad?
Estoy haciendo cambios muy profundos internos. Mi intuición no me lleva solo a la ropa sino al style life. Ahora miro todo de un modo más abarcativo. Miro y me comprometo, por ejemplo, con la alimentación saludable. A partir de lo que viví es básica y fundamental. Ahora estoy posteando mis saludables y esto me ha abierto una puerta muy poderosa con la gente que necesita ayuda para alimentarse mejor. He entrado de lleno en el ayurveda y ese modo de alimentarme me niveló rápidamente.
Por otro lado me gusta mucho asesorar a las marcas trabajando profundamente desde la creatividad de sus colecciones. No soy una armadora de percheros. Sino que me gusta potenciar al diseñador y darle una mirada más integradora. En eso estoy. Voy por el style life y no sé en qué va a terminar.
¿Siempre hay que mirar para adelante y para arriba?
Soy productora y cuando tengo que resolver algo lo hago como Juana de Arco, yendo para adelante. Pero también soy una persona que me gusta revisar para atrás y mirar para los costados. Además tengo un dejo de nostalgia porque soy una romántica. Asi que a veces caigo en lugares un poco retros; por algo me gusta el vintage.
Como también te gusta para mirar para el pasado, ¿cómo te parece que vas a ver este tramo de tu vida?
Nada va a ser como antes. Este tramo de la vida me transformó. Es muchos aspectos estaba desnaturalizada y si hay algo que te trae enfermarte, sobre todo de cáncer, es obligarte a transitar un camino de introspección muy profundo. Puedo decir que soy más feliz ahora que antes pese a que aún sigo sufriendo.
Ya estoy parada de otro modo en la vida y esto me llevará a que mis elecciones de todo tipo sean más a consciencia no solo para mi sino para los demás. No se puede vivir sin el otro. En este punto me reconstruí, revisé valores y desde ahí voy a lanzarme con mucho cuidado. Me voy a tomar un tiempo para tomar trabajos que me signifiquen. Necesito que todo lo que haga de ahora en más tenga un sentido profundo. Tengo una familia divina que me apoya y me cuida asi que puedo tomarme el tiempo necesario para regenerarme. En estos días, tras este largo proceso, es como si hubiese salido a la luz una Eugenia que estaba en el backstage y que ahora quiere ser protagonista.
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