Se cumplen 5 años sin saber qué le pasó a Nicola

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- A cinco años de la desaparición de la turista alemana Nicola Henckler no hay pistas ni indicios sobre su paradero, el misterio sigue intacto, y las iniciativas para esclarecer el hecho se fueron esfumando luego de cada fracaso de las hipótesis investigadas. Durante más de un año quedó en pie una hipótesis delictiva, vinculada a un cabello rubio hallado en un vehículo que el juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi mantuvo secuestrado, pero el análisis de ADN no estableció coincidencias y también se descartó esa pista.

Después denunciaron que podría estar en Ushuaia, o en un burdel de Entre Ríos, y aunque cada una de las pistas fue investigada con profundidad, siempre debieron descartarlas.

La fisioterapeuta alemana de 28 años, que se domiciliaba en la ciudad de Dortmund, llegó a Bariloche el 17 de diciembre de 2002 y estuvo alojada en un albergue hasta que desapareció 5 días después. La dueña del hostal denunció sus sospechas el 23 de diciembre, debido a la prolongada ausencia de la turista, que al salir habría dicho que quería «estar un poco sola», y que quería caminar por la costa del lago y luego ir al cerro Catedral en colectivo. Otro testigo le adjudicó estar «triste», porque recordaba a su hermana y su sobrino. «Camino unas tres horas y vuelvo», habría anunciado también, cuando acordaba cenar esa noche con otros huéspedes del albergue. Se especuló con que hubiera viajado a El Bolsón o Villa La Angostura, pero luego de un tiempo razonable se comunicaron con el cónsul alemán en Bariloche y éste llamó por teléfono a Dortmund para comentar la inquietud existente.

Al momento de su desaparición Nicola llevaba una pequeña mochila con su pasaporte, dinero y otros efectos personales, y cuando abrieron su cofre hallaron la fotocopia del pasaporte y un pasaje de Santiago de Chile a Auckland, Nueva Zelanda, reservado para marzo de 2003.

El 24 comenzaron la búsqueda con la utilización de perros de la policía, pero el día anterior había llovido y era poco probable que los canes pudieran seguir rastros ciertos. Alguien dijo haberla visto en el Catedral, pero el colectivero que debió haberla transportado negó esa posibilidad. Al día siguiente se sumó a la búsqueda la Prefectura, porque un suboficial creyó haberla visto en el puerto San Carlos, y después reinó el desconcierto, porque trataban de aportar datos vecinos que creían haberla visto en lugares tan distantes como Dina Huapi, el Lago Mascardi y Villa Los Coihues.

La policía realizó un completo rastrillaje en el cerro López, porque alguien dijo haber visto a una mujer muy parecida en la base, y después comenzaron a intervenir radiestesistas y videntes, alimentando la confusión que reinaba. El 27, un radiestesista aseguró que la turista se había arrojado a las aguas del Nahuel Huapi, y una vidente informó que había tomado un colectivo equivocado y que había ascendido a un auto de modelo antiguo ocupado por dos hombres que, después de violarla, la asesinaron.

El juez Gaimaro Pozzi comentó que hace poco más de un año interceptaron a una turista alemana en un paso fronterizo de Ushuaia, también llamada Nicola y de parecida apariencia, y luego siguieron la pista en un burdel de Entre Ríos, pero establecieron que la supuesta Nicola era una mujer brasileña.

El fracaso en la investigación de las últimas pistas no desanima al magistrado, pero el misterio sigue intacto.