Satanás, el ídolo eterno

Raies es uno de los máximos referentes de la Vuelta de la Manzana y en la previa de la edición 47 recordó sus mejores momentos. “Fue casi todo en mi carrera”, admitió.

Fue uno de los ídolos del automovilismo argentino. Estuvieron los que se rindieron ante su arrolladora personalidad como los que no se lo bancaron, tratándolo de ventajero. Lo que nadie puede discutir es que Gabriel Raies ayudó a escribir una gran parte de la historia de la Vuelta de la Manzana.

Si bien dejó la actividad hace mucho tiempo, cada vez que se acerca la competencia, dice presente de alguna manera. Y en la previa de una nueva edición, no podía ser la excepción. Es una referencia y, obviamente, una palabra autorizada.

“La Manzana fue casi todo en mi campaña. Una de mis pruebas preferidas, tal vez la que más me gustaba. En Roca me sentía como en casa”, recuerda Gabriel, cuando acepta hablar de la clásica prueba que organiza la Asociación Volantes General Roca (AGVR), que tendrá su prueba N° 47 entre el 4 y 6 de agosto.

P- ¿Qué nos podés comentar de la Vuelta de la Manzana?

R- Puedo hablar horas de la Manzana, de la AVGR, de su gente. Fue una de mis pruebas preferidas, tal vez la que más me gustó ganar junto con el Rally El Impenetrable, casi 10.000 kilómetros arriba de un Fiat 128. Me acuerdo como si hubiera pasado ayer. Una docena de días, largamos en el Chaco, terminamos en Tucumán, después de pasar por Santiago del Estero, Jujuy y La Rioja. La general la ganó Alfredo Pisandelli y yo terminé segundo, aunque gané en mi categoría.

P- ¿Un recuerdo que perduró en el tiempo?

R- Para graficar como subíamos al auto en esa época. Hacía tanto calor que usaba bermudas, una remera marrón y mocasines. Increíble. Hay cada foto de esa época. Fue inolvidable.

P- Como piloto y dirigente tuviste relación tanto con la gente de la AVGR como con su presidente…

R- Sí. Tengo un gran afecto por ese club. En Roca me sentí como en casa, un local más. Hasta aprendí a pronunciar bien AVGR. Con Goyo (por Jorge Martínez, el presidente) somos amigos. Pasó mucho tiempo desde que dejé la actividad y mantenemos la relación. Es uno más de mi familia.

P- Pero se pelearon varias veces.

R- Un montón. Cada uno defendiendo lo suyo. Si me peleaba con mi papá Alcides. Yo cuando defendía algo no me importaba quien estaba enfrente. Mi éxito como dirigente, si bien yo no me sentía como tal, era que me la bancaba en serio. Con Goyo me planté varias veces. Decía no largar y no comenzaba la prueba. Con el paso de los años y de conocerme, entendió que era para el bien de todos. Si las cosas estaban mal, estaban mal. En un club como la AVGR tenía que estar todo perfecto. Para mi, un piloto de rally es completo si ganó la Manzana o al menos estuvo primero.

P- ¿Cómo llegaste a la Vuelta de la Manzana?

R- Empecé a ser parte sin haber debutado como piloto. Fui a acompañar a mi papá, que tenía el equipo Fiat, con el Negro Rizzuto. Llegamos a Roca y vamos a comer a una parrilla, en la rotonda de Paso Córdoba. Me acuerdo que estaba el Piola Fieg y su gente. No sabés como nos puteamos. En ese momento me propuse ganar la Manzana y, por suerte se me dio.

Gracias a varios de sus triunfos en la Vuelta, Satanás sumó 16 títulos en el rally argentino. Es un grande y aunque ahora sea a la distancia, vive la Manzana a full.


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