Rompió las redes y dio la vuelta en el ascenso italiano
El cipoleño Gerardo Masini la rompió con la camiseta del Teramo.
exterior/torneo del interior
El Teramo Calcio es uno de los tantos clubes italianos que primero descendió en los números, por las enormes deudas que acarrearon gestiones corruptas, y que después lo hizo en lo deportivo. El Diablo cayó en desgracia el 15 de julio de 2008, justo el día de su cumpleaños número 95. La quiebra generó el descenso y la desaparición en las divisiones profesionales. Para los hinchas fue desgarrador. Mudó la cancha a los suburbios, se fueron directivos, jugadores y los tiffosis juraron no volver. Pero el equipo regresó a las divisiones de ascenso y lo hizo, en buena medida, por los goles del cipoleño Gerardo Masini. El delantero, que supo dejar absorto al planeta fútbol por un par de goles de antología –(uno de rabona luego de una jugada maradoniana), convirtió 22 tantos en 26 partidos y se transformó en el máximo artillero de la serie ‘D’. Ahora, el Teramo regresa a la C y al profesionalismo. Aún conociendo la crisis económico–financiera de Europa, nada tiene que ver el fútbol de Italia con el Argentina a nivel ‘amateur’. Masini tiene un muy buen sueldo, el club le da departamento y muchas comodidades, y durante la temporada el plantel tuvo un presupuesto superior al millón de euros. En el plano deportivo pasa algo similar. “Existe un buen nivel, sobre todo porque hay buenos jugadores que llegan al ascenso a hacer una diferencia económica. En la ‘C’ están clubes como el Venecia, Pisa, Tristino, el mismo Piacenza está en divisiones de ascenso. La mayoría descendieron porque quebraron, por corrupción, y arrancan de abajo, con dirigencias nuevas. Se arman lindos campeonatos”, remarcó el ex Cipolletti, mientras disfrutaba un plato típico en una de las islas del archipiélago napolitano. “La verdad es que cierro una temporada espectacular, porque el equipo salió campeón, yo fui goleador y el club vuelve al profesionalismo. En los papeles, porque el Teramo es profesional: tiene instalaciones bárbaras, un buen presupuesto y ambiciones de seguir escalando”, explicó Geri. –¿Y ahora qué va a ser de tu futuro? –No lo sé, a los 29 años lo tengo que analizar bien, si seguir acá o esperar otras ofertas. Depende de lo económico. –¿La crisis pegó duro en el fútbol europeo. Se nota mucho? –Sí, yo lo sentí mucho cuando jugaba en España, por eso me fui. Acá ya está pegando, se siente en la calle, en el ánimo y el nivel adquisitivo de la gente. Además, los italianos dicen que el cambio de moneda (Lira italiana al Euro) los mató, les subió mucho el costo de vida. –¿Tenés pensado seguir viviendo en Europa o pegar la vuelta a la zona? –No lo sé, son cosas para analizar con mi señora. Sí pensamos invertir en la zona más adelante y a mí me gustaría, después del retiro, seguir vinculado al mundo del fútbol. Pero aún tengo ganas, me siento bien físicamente y por ahora voy a seguir rotando por Europa. En el tintero sólo me quedó jugar un campeonato entero y de titular en Cipolletti, algo que nunca se me dio. Tuve pocas chances, pero quizá en el futuro pueda cumplir ese sueño. (S.B)
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