Roca y su aeropuerto a mitad de camino: ¿inversión o gasto?

Durante los últimos dos años, el gobierno de Río Negro dispuso de 20 millones para mejorar el “Arturo Illia”. Sin embargo, los vuelos comerciales todavía están muy lejos. Qué se hizo, qué falta y en manos de quién está la llave para una reactivación que acumula dos décadas de frustraciones.

Reactivación de la ruta Viedma-Bariloche. Nuevo hangar para mejorar los servicios aéreos de la capital. Licitación en marcha para comprar un avión destinado a la Gobernación. El mundo aeronáutico tuvo noticias de todo tipo durante el último mes en Río Negro. Sin embargo, ninguna de las buenas nuevas “aterriza” en Roca, donde hace dos años empezaron a remodelar el “Arturo Illia”, pero el regreso de los vuelos comerciales sigue bien lejos.

Qué se hizo, qué falta y quién tiene en sus manos la llave de la recuperación son las preguntas principales alrededor del complejo ubicado al oeste del acceso norte de la ciudad.

Ahí, donde hace 21 años despegó por última vez un servicio regular (de la empresa LAPA), los aires de resurgimiento chocaron primero con la pandemia y ahora se paga el precio de ese pasado reciente sin actividad. El mercado aerocomercial empezó a moverse, pero buscando inicialmente recuperar el ritmo en la estructura que estaba en movimiento en marzo del 2020. Los que no operaban en ese momento están últimos en la lista de prioridades de las compañías. Y Roca no forma parte del mapa aerocomercial del país desde hace dos décadas.

Claro que esa realidad no significa quedarse de brazos cruzados y la necesidad de agilizar las gestiones se instaló en la agenda de los candidatos a diputados nacionales.

La representante de Juntos por el Cambio, Adriana Fenouil, fue la primera en hablar sobre la importancia de contar con vuelos desde y hacia Roca en lo inmediato.

Agustín Domingo, candidato de Juntos Somos Río Negro, coincidió en la relevancia de sumar un punto de destino para las compañías aéreas y recordó un proyecto, que surgió cuando era ministro de Economía de la provincia: lanzar un servicio entre Roca y Viedma, que se nutra principalmente del movimiento de funcionarios, legisladores y asesores oriundos del Alto Valle.

Esa idea no prosperó porque las interesadas en ponerla en marcha eran compañías low cost, que desde el 2019 advirtieron un clima más hostil para el desarrollo del mercado aerocomercial en el país y optaron por una retracción en sus planes de inversión.

Ahora bien, todas esas ideas y expectativas de contar con vuelos comerciales nuevamente en Roca dependen también de la infraestructura del aeropuerto, que fue inaugurado el 20 de marzo de 1982 y desde entonces, poco fue lo que cambió en su imagen y prestaciones.

En septiembre del 2019 el gobierno provincial puso en marcha un plan de mejoras, con la intención de crear una estructura mínima que permita la llegada de compañías low cost, que ubicaran en Roca una base alternativa a Neuquén, para distribuir los viajes que por entonces colmaban la capacidad operativa del “Presidente Perón”.

Desde la Dirección de Aeronáutica de la provincia informaron que esas obras se completaron, con una inversión que superó los 20 millones de pesos.

La erogación más importante fue para la pavimentación del camino del acceso al predio, desde la rotonda de Ruta 6 hasta la playa de estacionamiento, con unos 11 millones de pesos surgidos del Presupuesto provincial.

Por otra parte, unos 6 millones se destinaron a la recuperación de 1.600 metros de alambrado perimetral, que durante los últimos años sufrió sucesivos robos, que incluso dejaron fuera de operaciones al aeropuerto.

Y finalmente, más de 3,8 millones se utilizaron para la modernización del edificio, con impermeabilización de techos, recambio del sistema eléctrico, luminarias, sellados de aberturas, pintura y arreglos en baños.

La incógnita central para responder ahora es si conviene seguir invirtiendo millones en un aeropuerto que no resulta tentador para las empresas de transporte aéreo.

Desde el gobierno provincial admiten que la pista de 2.200 metros necesita ser repavimentada para recibir aviones de mediano a gran porte en forma regular.

Y también saben que el edificio actual quedó presentable, pero ese espacio físico no es suficiente para albergar a más de 150 personas que bajen, otros 150 pasajeros a punto de embarcar y a todos quienes lleguen a buscarlos o acompañarlos antes del despegue.

Las compañías privadas no se interesan porque la plaza no ofrece garantías de rédito. El Estado tendría que destinar varios millones más para salir a “vender” un aeropuerto competitivo. ¿Pero si no lo consigue?

Nadie quiere cargar con una segunda frustración de magnitud, después del aeropuerto de cargas que prometió el gobierno radical de los 90 y que nunca se concretó.

Mientras tanto, el complejo se mantiene activo a partir de los vuelos privados, sanitarios y las clases para quienes buscan convertirse en pilotos.

Un movimiento acotado, que poco tiene que ver con la idea original de potenciar el desarrollo local y regional también desde el aire.

Vuelos privados, sanitarios y de escuelas, la actividad actual.


Expectativa vs realidad


Fuentes del sector aeronáutico informaron que el costo de un vuelo entre Roca y Viedma ronda los 2.000 dólares, para un avión de las características del Fairchild Metro 23 que tiene la empresa Sapsa.

Esa aeronave tiene capacidad para 19 pasajeros, con una velocidad crucero de 500 km/h, asegurando un viaje en una quinta parte del tiempo que se necesita para conectar por vía terrestre el Alto Valle con la capital.

La fuente consultada aclaró que esa cifra corresponde exclusivamente al vuelo, advirtiendo que una empresa comercial debería sumar a sus costos las necesidades operativas, tanto de recursos humanos como de infraestructura para prestar el servicio.

Un simple razonamiento matemático ubica por encima de 20.000 pesos el valor promedio por pasajero, reflejando claramente por qué están tan lejos las expectativas de la realidad del mercado.

“Pensar en una ruta Roca-Viedma hoy es imposible”, dijo un directivo de Sapsa en una breve comunicación con este diario.

Voceros del gobierno provincial informaron que, años atrás, cuando se iniciaron conversaciones para evaluar la posibilidad de activar una ruta aérea provincial, el sector privado le reclamó al Ejecutivo garantizar la cobertura de al menos 9 plazas permanentes, para cubrir los costos operativos.


El debate se instaló en la agenda electoral


Dos años después de iniciarse el plan de inversiones millonarias y sin aerolíneas operando en la ciudad, los pedidos para el pleno funcionamiento del aeropuerto de Roca se metieron en la agenda de campaña.

La segunda candidata a diputada nacional de Juntos por el Cambio, Adriana Fenouil, fue quien tomó la iniciativa, con una visita y recorrida por las instalaciones del predio.

“No tenemos conectividad internet, no hay ni caminos en condiciones, por eso me interesé en el estado del aeropuerto, para que en caso de que nos toque ser diputados poder activarlo”, comentó en diálogo con RÍO NEGRO.

Si bien por el momento no hay ningún proyecto y solo es la promesa de una promesa, su visita se presentó como modo de interiorizarse y supervisar el estado actual del inmueble.

P: ¿Con qué realidad se encontró?

R: Buena, porque yo lo conocí a principios de los 90 para un curso de piloto. Vengo de una familia fundadora de aeródromos en San Pedro, de donde soy. En ese momento el Aeroclub era una tapera. Hoy me encontré con una muy buena administración, en muy buenas condiciones.

Según la candidata, el reimpulso al transporte aéreo en la región traería beneficios mucho más amplios que el mero impulso turístico que mencionaba el gobierno provincial en el momento del acuerdo. Se busca combinar los embarques de pasajeros con los de cargas, destinado a las producciones de “cerezas, trufas, chivito y cordero”.

En palabras de Fenouil, sería un modo de generar un ingreso de divisas y provocar un aumento de los puestos de trabajo, en conjunto con la mejora de la movilidad de la población.

Para la candidata de Juntos por el Cambio, más allá de las inversiones estructurales necesarias, se trata de una “decisión política”. Y que apunta directamente hacia la decisión del Ejecutivo provincial de favorecer a otras regiones.

“Hace poco salió lo del Aeropuerto de Viedma, está bien es la capital, lo merece. Pero comparado con el Alto Valle, deberíamos priorizar las necesidades de los ciudadanos de la región. Prioricemos el desarrollo económico y los puestos de trabajo. Es una decisión política que hay que tomarla”, añadió.

Frente a ello la postura de los funcionarios difiere. El responsable del sector aeronáutico dirige su mirada directamente a las aerolíneas privadas y deslinda de responsabilidades al Ejecutivo provincial, con lo que respecta al desarrollo de rutas que integren a la ciudad.

“Si a los privados no les resulta redituable, no habrá empresa que salga o llegue a Roca”, comentó Jose María Scheverin, director de Aeronáutica de Río Negro.

Cuando se produjo el pase de responsabilidades y la estatización del lugar, la finalidad prevista fue lograr la explotación económica del espacio por 50 años. Pero sobre todo se buscó tentar a las compañías aéreas en pleno boom de las low cost.

“Estamos abiertos a permitir que cualquier empresa que lo desee y pueda, opere con rutas que integren la zona. Pero es una cuestión de mercado, no depende de la provincia. Tampoco se puede hacer una obra faraónica si no va a haber empresas”, enfatizó Scheverin.

Fenouil, candidata de Juntos por el Cambio, pidió activar las gestiones.

Domingo: “Tiene que haber una política aerocomercial clara”


El candidato a diputado nacional de JSRN, Agustín Domingo afirmó que se debe alentar la llegada de nuevas aerolíneas para poder mejorar la conectividad en Río Negro y la Patagonia.

Admitió que deben existir acuerdos políticos, con reglas claras que perduren. “El gobierno anterior planteaba una política de cielos abiertos con low cost, el actual decidió priorizar la aerolínea de bandera y esa discontinuidad nos lleva a la situación actual. Debemos fomentar que haya más vuelos y que aerolíneas más chicas estén interesadas en rutas, que tal vez las grandes, no lo estén”, señaló.

Luego agregó que se deben abrir más aeropuertos, pistas alternativas que tengan menor costo operativo.

“También hay que revisar los convenios colectivos de trabajo del sector aerocomercial. Son muchos factores en los que hay que trabajar. Pero tiene que haber continuidad en el tiempo porque son inversiones muy grandes y si no hay esa continuidad, ninguna aerolínea, ningún operador de aeropuerto está dispuesto a hacer esas inversiones”, opinó.

Domingo lamentó que se haya cerrado el aeropuerto de El Palomar, al señalar “fue una mala noticia” y consideró “si hay políticas aerocomerciales claras y sostenidas en el tiempo, la provincia puede arriesgarse a invertir para mejorar aeropuertos, como lo ha hecho con el de Roca. Pero, la verdad que si no se dan las otras condiciones, es muy difícil que haya una aerolínea interesada en Roca, Jacobacci o San Antonio. Los esfuerzos deberían ir por ahí para mejora la conectividad en la Patagonia, a través del transporte aéreo”.

Debemos copiar lo que ocurre en el resto del mundo, donde las distancias de más de 500 kilómetros se cubren con aviones. Pero para eso tiene que haber una política aerocomercial clara, que sea sostenible en el tiempo.

Aguistín Domingo, candidato a diputado por Juntos Somos Río Negro


Robos y vandalismo, amenaza latente


Los hechos vandálicos han formado históricamente parte del panorama del complejo, el más reciente de ellos fue a finales de septiembre cuando se robaron más de 100 metros del cerco perimetral en dos ocasiones distintas.

En este tipo de situaciones afecta a la seguridad y el funcionamiento, ya que no se permiten las operaciones por falta de autorización de la ANAC. Lo mismo sucede con la rotura de balizas que impiden los vuelos nocturnos, hasta que sean totalmente arregladas.

Desde que se dejaron de recibir vuelos regulares en 2001, el espacio había entrado en un franco deterioro. Para 2018 faltaban más de 1100 metros de alambrado y cerca del 10 por ciento de las tulipas del balizado.


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