River y Flamengo, frente a frente por la gloria en la Copa Libertadores

El equipo de Marcelo Gallardo y el de Jorge Jesús comparten muchos aspectos desde lo futbolístico. El sábado es sabrá quién es el mejor.

Foto: AP

Histórico 2019 está viviendo el Flamengo, finalista de la Copa Libertadores y a un paso de conquistar el Brasileirao. Todo ello no se explicaría sin la llegada del portugués Jorge Fernando Pinheiro de Jesús, más conocido como Jorge Jesús, quien cambió la dinámica del equipo mas popular de Brasil con su llegada en junio.

A sus 65 años, el entrenador cambió por completo el rumbo del Flamengo, huérfano de títulos, cuando aterrizó en Río de Janeiro para sustituir al veterano Abel Braga, que no logró plasmar en el césped la gran inversión realizada por la directiva para hacer un equipo campeón.

Con un curriculum discreto como jugador profesional, donde militó en equipos modestos de su país, Jorge Jesús tardó en hacerse un nombre como DT, aunque lo hizo con una carrera ascendente desde el fútbol amateur, en 1989, hasta llegar al poderoso Benfica en 2009.

Tras seis años en Las Águilas, con las que ganó tres ligas y una Copa, en junio de 2015 anunció su salida del club para irse al gran rival ciudadano, el Sporting de Lisboa, en el que estuvo tres años y con el que logró una Supercopa portuguesa.

En 2018 aceptó su primer trabajo fuera de su país para dirigir el Al Hilal de Arabia Saudí durante un año y medio. Tras seis meses sin equipo, aceptó el reto de conducir al Flamengo a mediados de este año, en medio de la desconfianza que generó la llegada de un técnico extranjero en el siempre cerrado fútbol brasileño.

Sin embargo, Jorge Jesús no necesitó demasiado tiempo para conquistar a sus jugadores y a la afición. Con un fútbol ofensivo, rápido y de mucha intensidad, el Flamengo despegó con su llegada, desbancando al entonces líder Palmeiras y encadenando una vuelta entera sin perder en el campeonato local.

A la hora de jugar, Jorge Jesús tiene dos referentes: el Milán de Arrigo Sachi de fines de la década de 1980, por su táctica, y el Barcelona de Johan Cruyff de los 90, por su fútbol ofensivo y vistoso.

Con un 4-1-3-2 como sistema favorito, Jorge Jesús ha logrado sacar lo mejor de sus jugadores, principalmente de Gabriel “Gabigol” Barbosa y Bruno Henrique, que llegaron algo desvalorizados y se convirtieron en los dos referentes del ataque flamenguista, lo que les valió ser convocados a la selección brasileña.


En el depósito vacío de una fábrica al norte de Buenos Aires, Mercedes Savall repasa con premura un serrucho sobre la superficie de yeso para dar forma al enorme busto y al rostro del idolatrado entrenador, paso previo a su fundición en bronce.

De la escultora depende que una estatua de siete metros de altura sea lo más fiel posible a la fotografía de Marcelo Gallardo levantando la Copa Libertadores tras vencer al clásico rival Boca en la final de 2018, el duelo más importante en la historia de los dos gigantes del fútbol argentino. Está previsto que la obra se descubra el 9 de diciembre cuando se cumpla un año de aquella gesta deportiva y justo días después de que el último campeón de América ponga en juego la corona ante Flamengo de Brasil, el 23 de noviembre en Lima.

Pero una eventual derrota no opacará la carrera del DT, que ha logrado sobrevivir cinco años en un fútbol que no tiene por virtud la estabilidad.

Gallardo, con apenas 43 años, ha ganado diez títulos en River, siete de ellos internacionales, una racha sin antecedentes en la historia del club de Núñez

La intensidad es un rasgo distintivo de Gallardo. No la negocia a tal punto que obliga a sus futbolistas a entrenar al mismo ritmo de un partido oficial. “Se juega como se entrena’’, suele decir.

El técnico no se ata a un dogma táctico. Puede sorprender con una línea de cinco defensores. O disponer un solo delantero. Eso sí, nunca le cederá la iniciativa al rival. Pocos equipos dominaron al River de Gallardo.

Claro que esta vez tendrá enfrente a una formación que deslumbra, que es vistosa y efectiva. El poderoso Flamengo, el club más popular de Brasil, está en su mejor momento y con una voracidad de gloria alimentadas en 38 años de sequía en el máximo torneo continental.

Gallardo se va a encontrar con un equipo muy similar al suyo: en lo táctico, en la disposición de sus hombres y también en la intensidad de su juego.

La sapiencia del Muñeco en las grandes citas estará a prueba una vez más y quizás tenga a favor la experiencia en este tipo de definiciones. Bajo su mando, River, que busca revalidar el título, jugará este sábado su tercera final de Libertadores. El gran equipo que orienta el portugués Jorge Jesús deberá luchar no sólo contra River, sino también con la ansiedad y la presión de un pueblo carioca que busca reencontrarse con la gloria.

“Somos dos equipos similares en cuanto a funcionamiento y jugadores. El rol que cumple el aspecto mental también juega en estos partidos y veremos quién lo soporta mejor. Las posibilidades son repartidas”. Gallardo ya sabe de qué se trata. Quizás allí radique su plus en la gran final.


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